28 de marzo de 2011

HOGAR



HOGAR

Se asfixia hasta la pequeña flor que el niño plantó
y dejó en la ventana…
Se asfixian los objetos, los muebles, las cortinas
con las que pensé escalar hacia el olvido
Se asfixian mis cuadernos escritos y después quemados
ante la soledad como testigo
Se asfixia el horno, los fogones, la bañera…
que te gusta muy caliente
Se asfixian las bombillas apagadas ante la claridad
amoratada de los golpes en mis muslos
Se asfixia incluso el miedo que se ha incrustado
entre los cajones de tu ropa ordenada, bien doblada...
Se asfixia también mi ropa, que me baila alrededor
de las caderas, de los pechos vaciados y ya ligeros
Se asfixia la araña, que escapa guiada por sus pequeños
sentidos arácnidos, cada vez que oye unos pasos,
los pasos, tus pasos...
Se asfixia el humo de los cigarrillos con los que quiero
asfixiarme antes de que vuelvas, sin haberte marchado
realmente nunca… Incluso, la conciencia del tiempo que pasa,
se esconde asfixiada ante la posibilidad de tu llegada



Adriana Davidova- España

2 comentarios:

Ana Muela Sopeña dijo...

Adriana, un poema duro, golpeador, directo al corazón. El retrato exacto de un hogar dominado por el maltrato, el terror, el miedo. La palabra exacta para expresar, para denunciar, para gritar.

Te dejo un abrazo
Ana

Anónimo dijo...

Un poema que hace pensar y que retrata una situación reconocible sin abandonar por ello un certero e intenso sentido del ritmo para desembocar en un imaginario poético propio, original y que entronca con lugares del corazón humano compartidos por una amplia mayoría, he leído a Adriana Davidova en su primer libro "Hacer el Amor a un Ángel" y gratamente encuentro de nuevo sus escritos en Divertinajes, en internet, y como poeta en cada vez más revistas, antologías, prensa, lo que no me sorprende dada su calidad. Enhorabuena a esta joven escritora que se perfila cada vez más completa y preclara.
Felipe Arana