
CARTELES COMANDOS SOBRE
LOS MUROS DE ISRAEL
1
No haréis de nuestro pueblo
un pueblo de piel-rojas.
Pues nosotros nos quedamos aquí...
En esta tierra, que lleva en su muñeca
un arete de flores.
Este es nuestro país:
Aquí estamos desde el alba de la existencia.
Aquí hemos jugado, amado, escrito versos.
Estamos tan arraigados en sus bahías
cual la hierba del mar.
Estamos arraigados en su historia,
en su menudo plan, en sus olivos,
en su trigo amarillo.
Estamos arraigados en su sentir.
Seguiremos en Marzo
y en Abril.
Seguiremos, con la talla sobre sus cruces.
Seguiremos en su noble Profeta,
en su Alcorán.
En los diez Mandamientos.
2
La Mezquita del Aqsa es un nuevo testigo
que poder añadir a la ya vieja cuenta.
Y el fuego y el incendio
no son más que candiles que alumbran
el camino.
3
Jamás descansaréis con nosotros.
Cada víctima nuestra
muere miles de veces.
4
¡Estad,
estad alerta!
Los postes luminosos tienen uñas,
diez ojos las ventanas.
Y la muerte os espera
en el rostro de cada transeúnte,
cada gesto o cintura.
Tenéis la muerte oculta
en el peine de todas las mujeres,
en la trenza del pelo.
5
Robasteis una patria.
Y el mundo aplaudió en la aventura.
Confiscasteis nuestras casas a miles.
Vendisteis a millares nuestros hijos.
Y el mundo aplaudió en la aventura.
Robasteis el aceite de las iglesias.
Robasteis al Mesías de su casa de Nazaret.
Y el mundo aplaudió en la aventura.
Y organizáis en cambio un funeral
si nosotros secuestramos un avión.
6
Lo que hay entre nosotros y vosotros
no termina en un año.
Ni en cinco, diez,
o mil.
Largas como el ayuno
son las batallas por la libertad.
Seguiremos encima de vuestros pechos
como el golpe de cincel sobre el mármol.
Seguiremos en el sonar de los desagües,
las alas de la tórtola.
Seguiremos en la memoria del sol
y los cuadernos de los días.
Seguiremos en la diablura de los niños
y el garabateo de las plumas.
Seguiremos en los mapas de colores.
Seguiremos en la poesía de Imrul-Qays
y en la poesía de Abu-Tammám.
Seguiremos en los labios de quienes amamos.
Seguiremos en la articulación de las palabras.
7
Para la pena hay niños que crecerán.
Para el largo dolor hay niños que crecerán.
Para quienes matasteis en Junio,
pequeños crecerán.
Para la tierra.
Para los callejones.
Para las puertas,
hay niños que crecerán.
Desde hace treinta años, están todos reunidos
en las salas de encuesta,
en las comisarías,
en las cárceles.
Como el llanto,
están todos reunidos en los ojos.
Y todos, todos esos,
no importa en qué momento,
entrarán por todas las puertas de Palestina.
8
Estáis asediados por el rencor y el odio.
Acá, por el ejército de Abu-Ubayda,
y por allá, Muawiya.
Vuestra paz está rota.
Vuestra casa cercada
como la de cualquier puta.
Y con nuestras kufiyyas, blancas, negras
dibujamos encima de vuestra piel
la señal de la entrega.
Como el brotar del agua,
llegamos de la matriz misma de los días,
de la tienda humillada curtida por el viento.
Llegamos desde el rostro de Husayn.
De la pena de Fátima la Clara.
De Uhud y de Badr.
De las tristezas todas de Kerbelá.
Venimos... A fin de corregir las cosas y la Historia.
Para borrar las letras
de las calles de nombres hebreos.
Nizar Kabbani- Siria
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