5 de abril de 2011

DAS BOOT





“DAS BOOT”


Sabido es

que no es

sabido


que la guerra

es


lo no sabido.



(“DAS BOOT” (“EL BARCO”) de Wolfgang Petersen).






Rolando Revagliatti- Argentina


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Das Boot ([das boːt] en alemán) es un largometraje alemán de 1981, dirigido por Wolfgang Petersen, basado en la novela homónima de Lothar-Günther Buchheim. Protagonizado por Jürgen Prochnow, Herbert Grönemeyer, Klaus Wennemann en los papeles principales encabezando un largo reparto.
Galardonado con el premio Bayerischer Filmpreis 1981. El premio Deutscher Schallplattenpreis 1982. El premio Goldene Leinwand 1982. El premio Deutscher Filmpreis 1982. El premio Goldene Kamera 1985. El premio Goldene Kamera 2007, y el premio Motion Picture Sound Editors (EEUU) 1983.
Sinopsis
Francia, La Rochelle, octubre de 1941. Un submarino alemán tipo VII C, el U-96, sale a la mar desde esa importante base de submarinos, en una misión de patrulla durante la Segunda Guerra Mundial. Junto a su tripulación va también un periodista novato, el teniente Werner (Herbert Grönemeyer), que es el narrador en tercera persona de la trama. La tripulación está compuesta por un grupo de jóvenes marinos que viven días de angustia durante estas patrullas y que cuando están fuera de servicio se extralimitan y se desenfrenan, sabiendo que es posible que no regresen de la próxima misión. Entre ellos están el Jefe de ingenieros Fritz Grade (Klaus Wennemann), el primer teniente (Hubertus Bengsch) un nazi fanático ferviente de las reglas, y el jefe de máquinas Johann (Erwin Leder), un amante de las máquinas
El capitán Henrich Lehmann-Willenbrock (Jürgen Prochnow) es un líder nato, dotado con el don de la comprensión, experimentado y criterioso, lo cual lo hace ser muy respetado por su tripulación. Su meta es cumplir con su deber lo mejor posible y volver con vida; de su criterio e iniciativas depende la vida propia y la de su tripulación.
Las condiciones de vida a bordo son extremadamente agobiantes por el hacinamiento y la falta de espacio. Tras torpedear con éxito unos barcos de un convoy emergen para comprobar con horror cómo los marinos británicos de un barco aún a flote, arden vivos. También se ven obligados a abandonar a los supervivientes siguiendo órdenes existentes de no rescatarles, no rescatados por el convoy por temor a nuevos torpedeos, y dejados a su suerte por el submarino por la imposibilidad de transportarlos. La vida sigue a bordo del U-96 donde deben aguantar sendas tormentas o aburridos días sin salir a superficie.
Nuevas órdenes los hacen dirigirse al puerto de Vigo en España. Allí son recibidos por la oficialidad de un buque alemán internado, que en realidad es un buque de abastecimiento, siendo los oficiales del submarino agasajados con un banquete. Allí reciben nuevas órdenes, dirigirse al puerto La Spezia en Italia, para lo cual deberán cruzar el peligroso estrecho de Gibraltar. Con el submarino repleto de alimentos frescos y torpedos, inician la travesía. Al llegar a las cercanías del estrecho el capitán decide cruzar durante la noche la barrera de navíos británicos, dejándose llevar por la corriente, pero son descubiertos y atacados por un avión. Con los motores a máxima velocidad, el submarino se sumerge para evitar ser destruído, pero su proa se incrusta en un banco de arena y debe soportar un ataque con cargas de profundidad al ser localizados por los ingleses con sonar, siendo casi destruídos. A más de 100 metros de profundidad, las filtraciones aparecen por todos lados y el gas cloro de las baterías inunda el compartimiento de máquinas, apareciendo el fantasma de la muerte por asfixia. La lucha por sobrevivir actuando en equipo es ardua, extenuante, casi ahogándose mientras luchan contra las filtraciones. Cada uno a su modo, se convierte en héroe al lograr sus objetivos.
Finalmente, gracias al trabajo en equipo y a la férrea voluntad de su capitán, salen del fondo del mar y ya en la superficie reciben órdenes de navegar a La Rochelle, su punto de partida, donde son recibidos como héroes, siendo nada menos que el mismo almirante Karl Dönitz quien los espera en el muelle.
Sin embargo, un ataque sorpresa de aviones británicos De Havilland Mosquito rompe el solemne momento, y todos corren por la dársena para salvar sus vidas en medio de una lluvia de bombas, el submarino intenta buscar refugio en un muelle antiaéreo, pero es alcanzado por las bombas y comienza a hundirse inevitablemente.



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