15 de abril de 2011

GARROTE VIL





Garrote vil

¡Tan! ¡Tan! ¡Tan! Canta el martillo,
el garrote alzando están,
canta en el campo un cuclillo,
y las estrellas se van
al compás del estribillo
con que repica el martillo:
¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!
El patíbulo destaca
trágico, nocturno y gris,
la ronda de la petaca
sigue a la ronda de anís,
pica tabaco la faca
y el patíbulo destaca
sobre el alba flor de lis.

Áspera copla remota
que rasguea un guitarrón
se escucha. Grito de jota
del morapio peleón.
El cabileño patriota
canta la canción remota
de las glorias de Aragón.

Apicarada pelambre
al pie del garrote vil,
se solaza muerta de hambre.
Da vayas al alguacil,
y con un rumor de enjambre
acoge hostil la pelambre
a la hostil Guardia Civil.

Un gitano vende churros
al socaire de un corral,
asoman flautistas burros
las orejas al bardal,
y en el corro de baturros
el gitano de los churros
beatifica al criminal.

El reo espera en capilla,
reza un clérigo en latín,
llora una vela amarilla,
y el sentenciado da fin
a la amarilla tortilla
de yerbas. Fue a la capilla
la cena del cafetín.

Canta en la plaza el martillo,
el verdugo gana el pan,
un paño enluta el banquillo.
Como el paño es catalán,
se está volviendo amarillo
al son que canta el martillo.
¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!



[La pipa de Kif (1919).
Diez siglos de poesía castellana.
Vicente Gaos. Alianza Editorial. Madrid.]




Ramón Mª Del Valle-Inclán- España




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Ramón María del Valle Inclán
Nació el 28 de octubre de 1866, en Villanueva de Arosa (Pontevedra), donde transcurrió su infancia y parte de su juventud. En la Universidad de Compostela cursó la carrera de Derecho, pero interrumpió sus estudios para viajar por México, América del Sur y residió en Francia entre 1914 y 1918.

Es un destacado representante de la generación del 98, pero con una tendencia más esteticista.

Su primer libro fue “Femeninas” (1895), con el relato “La niña Chole”, de inspiración mexicana.

Es el poeta de la fantasía y de la exhorbitancia. Se confunden su vida real y su refinada y caprichosa vida imaginaria. Estos aspectos se confunden en su producción poética: “Flor de santidad” (1904), “Aromas de leyenda” (1907), “La pipa de kif” y “El pasajero”.

La influencia de Rubén Darío, indiscutida en sus primeros poemas, fue cediendo paulatinamente ante una recia originalidad desprovista de los temas de la generación del 98, pero signada por varios de sus aspectos formales e innovadores.
La musicalidad, recurso modernista señalado como uno de sus rasgos característicos, predomina en su primera época y se mantiene de manera maravillosa en las páginas de las “Sotanas”, escritas en prosa lírica.
Lo pictórico se fue imponiendo luego, hasta alcanzar más relieve que la musicalidad en sus poemas.

El esperpento, una especie de “fanfarronada poética”, se denuncia a cada paso en sus poemas y en el teatro, en la predilección de los temas de fantasmagoría, superstición, caricatura, sarcasmo y audacia, es ejemplo de ello “Los cuernos de Don friolera”.

Más formal que “informado”, su arte resulta, como dice Sáinz de Robles: “Simbólico por los medios, sensacionalista por su fin, nuevo en el estilo, rítmico en la forma”.

Su poesía ha perdido vigencia, no así su obra narrativa. Su obra más famosa es “Tetralogía de sonatas”, escrita entre 1902 y 1905, catalogada como novela artística, creando un ambiente de irrealidad lírica, de poesía erótica.

Entre sus comedias bárbaras, ambientadas en el medioevo figuran “Romance de lobos” (1908), “Los Cruzados de la causa” (1908), “El resplandor de la hoguera” (1909).

Retoma el modernismo en sus obras dramáticas: “Cuento de abril” (1910) y “La marquesa Rosalinda” (1913).

En “Tirano Banderas” (1926), se mezclan expresiones típicamente mexicanas con las argentinas, sin perder los giros propios madrileños y regionales.
La España de Isabel II es caracterizada en “La Corte de los milagros” (1927) y en “Viva mi dueño” (1928).

Sus últimos años gozó de períodos de reconocimiento y cargos públicos pero también sufrió épocas de padecimientos económicos. Se divorció de su esposa y vio rechazada definitivamente su candidatura a la Academia.

Murió en Santiago el 4 de Enero de 1936.




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