12 de abril de 2011

INMACULADA



INMACULADA

I

No, no son puros mis labios
porque alguien los ha besado.

--------No.

--------*

Les arrancaron, a golpes de lametazos,
el silencio que mata.
Rotos clavaron el horror
en su garganta,
rotos temblaron, ausentes,
mojados de barbas obscenas
rotos sintieron vergüenza,
rotos dejaron hacer
y morder
y rasgar
y romper.

Rotos, simplemente rotos.

Alguien sin nombre,
merecedor de ninguna lástima,
se llevó los besos guardados
para noches de amor y de calma.


II

No, no son puras mis manos
porque alguien las ha sujetado.

--------No.

--------*

Sólo un rasguño en su rostro,
un zarpazo de fiera atacada,
unos brazos de cristal que se atrincheran.
Sólo un rasguño en su rostro
que enciende, más aún, la lujuria desatada.
Sólo un rasguño en su rostro
que excita el sexo deforme
y logra que le vengan de nuevo las ganas.


III

No, no son puros mis pechos
porque alguien los ha tocado.

--------No.

--------*

Desgarró la camisa de lino
para ver mis pechos punzantes,
mordió los pezones con brutal aspereza,
que, heridos, sangraron
en aquel festín solitario.
Y mientras bebía de mis cálices
el vino del dolor y de la desgracia
yo repensaba mis sueños
para hacer con ellos jirones
con los que me remendaran el alma.


IV

No, no es puro mi sexo
porque alguien lo ha profanado.

--------No.

--------*

Golpeó mi himen
con su falo bestial.
Lo partió sin pudor.
Jadeante, embistió.

Una y otra vez.
Una y otra vez.
Una y otra vez.

Ni gritos, ni llanto.

Una y otra vez.

Su sexo buscaba placer,
buscaba a quien someter.

Y allí estaba yo,
sintiendo a aquel bárbaro
quemando mi piel.

Allí estaba yo,
abandonada por dios,
recibiendo el semen maldito
de quien arruinó mi candidez.


V

No, no es pura mi espalda,
porque alguien clavó en ella sus garras.

--------No.

--------*

-No hables,
-no cuentes,
-no digas una sola palabra...

Recogió su pene cansado,
se limpió las babas,
me dio un puntapié
y se marchó como si nada.

Sobre el suelo, una joven violada.
Sobre el suelo, un cuerpo desnudo.
Sobre el suelo, un llanto secreto,
un recuerdo de miedo,
unos pechos que supuran,
un pubis que derrama.

Sobre el suelo,
con la esperanza dándome la espalda.


VI

No, no son puros mis pies
porque alguien sepultó el camino por el que transitaban.

--------No.

--------*

Sin brújula, ni mapas,
desean andar
hasta el mañana
pero en el aire queda
un aroma de náusea
que agarrota mis pasos
y hace que tropiece
una y otra vez
con el recuerdo nómada
de aquella noche de infamia.


VII

No, no son puros mis pensamientos
porque alguien los ha ensuciado.

--------No.

--------*

Labios, manos, pecho, sexo,
pies, espalda, nuca, pensamientos.
Todo es impuro en mi cuerpo,
todo es sucio, despreciable.
Soy un bazar de miserias,
una vestal culpable por dejar apagar el fuego,
culpable de los deseos ajenos,
culpable de la violencia de género,
culpable del dolor,
culpable por ser mujer y no oponer resistencia,
culpable por caminar sola en noches sin luna llena,
culpable porque mis gritos se confundieron con los cantos de una verbena,
culpable porque mi llanto no conmovió a la bestia,
culpable porque mi cuerpo no sació su sed enferma,
culpable por dejarlo ir, triunfal, a su próxima guerra.








Silvia Delgado Fuentes- España




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Silvia Delgado Fuentes | España, 1968 | Nació en un pueblo de la rioja alavesa, desde entonces hasta ahora, es nómada de pieles y geografías. Sin obra publicada, difunde sus versos en montajes que realiza alternando texto, música e imágenes.

http://silviadelgadofuentes.blogspot.com/



2 comentarios:

Laura Caro Pardo dijo...

Este poema consigue su objetivo: llega y se queda dentro.
Felicidades a la autora y gracias por compartirlo.

Ana Muela Sopeña dijo...

Un poema necesario, tristemente necesario.

Felicitaciones
Abrazo solidario
Ana