
Inmigrante. Número fatídico
Números, números… el número 68, 265, 500…
No me salen las cuentas.
La matemática viaja por mi mente
sin encontrar acomodo.
Treinta cuerpos aparecen bajo las aguas.
Dormimos cientos de noches con tranquilidad,
soñamos con la nueva hipoteca,
el coche del vecino, la comunión de la niña.
Ellos también solo que el sueño
se rompe en mil aristas silenciosas.
¿Quién decide mi frontera?
¿Quién mi destino?
Negro sobre blanco;
blanco sobre negro.
Sin unirse…
Contrincantes en un torneo llamado vida
en el que compiten desnudos.
Cuarenta cuerpos, uno tras otro,
aparecen en la playa una inocente mañana.
Cuarenta vidas segadas.
Las lápidas dicen solo: inmigrante 43, 86, 29...
Sin nombre.
Sin cara.
Sin origen.
Apenas leve brizna de aire incierto
que roza imperceptible nuestras caras maquilladas.
Abril de 2011
Antonio García Vargas- España
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