12 de abril de 2011

LA ROCA





LA ROCA

Mira cómo esa negra
Roca ha sido amarrada a mi pecho
Con las cadenas del arrogante destino,
Con las cadenas del absurdo tiempo.
Mira cómo aplasta
Mis frutos y mis flores,
Me esculpe con el tiempo
Y me destruye con la vida.
¡Déjame! No podemos vencerla.
Las cadenas de mi prisión no se romperán.
Permaneceré en soledad
Mientras el destino sea mi prisión.
Déjame
Permanecer así:
Sin luz,
Futuro
Ni esperanza.
La roca negra no tiene escapatoria
Ni refugio.

En vano intento retirar su peso de mi pecho
Olvidándome.
¡Cómo he penetrado en el corazón de la vida
y he recorrido cada dirección!
Me he divertido,
He cantado
En las fuentes de la juventud.
Dame mi copa
Y beberé con ansia
Hasta ausentarme del alegre mundo
Que tanto me ha decepcionado.
En su regazo están mi dolor
Y mi desgracia.
He huido del
Mundo de mis sentimientos
Y he danzado con
La agilidad de los pájaros
Y una risa loca. Luego, desde
Las profundidades de mi desesperación,
Una llamada sacude mi espíritu
Y en secreto amenaza:
“No escaparás.
Estoy aquí.
No hay escapatoria
Ni refugio”.
La sombra de la roca negra traza
Figuras deformadas.
En vano intento retirarla,
En vano pretendo huir.
No hay escapatoria.

¡Cuánto he explorado la tierra de
la desgracia!
He aspirado el elixir del consuelo
En la miseria de los prisioneros como yo,
Prisioneros del destino.
He penetrado entre la gente,
Donde están las tragedias
Y las lágrimas,
Donde los látigos silban y caen
Sobre los rebaños humanos,
Sobre las espaldas desnudas
Y los humillados cuellos,
Donde los dóciles esclavos
Huyen en grupos
Hundiéndose en lágrimas,
Sangre
Y sudor.
Continué: busqué consuelo
Para la desgracia
Pero no hay escapatoria.
La maldición de la negra roca
Nació conmigo
Para ser mi sufrimiento.
Muda,
Pegada a mí,
Su sombra sigue los pasos de mi vida.
Mira cómo se ha instalado
Con su arrogancia
En mi pecho.
¡Déjame!
No podemos vencerla.
Las cadenas de mi prisión no se romperán.
Mi espíritu permanecerá
Cerrado
Y yo seguiré solo
En la lucha.
Solo
Con el intenso dolor,
Con el tiempo,
Con el destino.
Solo
Con esta roca negra
Aplastándome.
No hay escapatoria.

(Del poemario: La encontré (1957)





Fadwa Tuqan- Palestina




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Fadwa Tuqan: Es la más grande poeta palestina. Nació el 1 de marzo de 1917 en Nablus, en el seno de una destacada familia de intelectuales y políticos, de origen cristiano, y murió el 12 de diciembre de 2003, a los 86 años. Su poesía aparece como espléndido desvelamiento de una sensibilidad femenina tradicional: lírica e intimista, apasionada y contenida, frágil, trasparente y dramática, pero su lírica adquirió un brusco tono nacionalista después de la guerra de 1967, que dejó a Nablus bajo la administración israelí. La ocupación le proporcionó nuevos temas -la dura prueba de someterse a controles en los pasos de frontera, la indignidad de las demoliciones de viviendas y el fervor de la sublevación de los niños-.

Ha publicado varios libros de poemas: Sola con los días (1952), La encontré (1957), Danos amor (1960); Ante la puerta cerrada (1967), El comando y la tierra (1968), La noche y los jinetes (1969), Sola en la cumbre de este mundo (1974) y una apasionada biografía de su hermano, Mi hermano Ibrahim (1946), que murió en 1941 y cuyos poemas se habían convertido en estandarte de los palestinos durante la rebelión contra la ocupación británica en 1933-37.





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