
CAMBOYA
Las fotografías de las víctimas del Tuol Sleng
hoy exhibidas en el Museo del Genocidio.
SUEÑO EN EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN PHTDOWL
3:00 a.m. – es tiempo de levantarse
y pararse en las filas, para que el jefe
del campo cuente nuestras cabezas;
para él, no somos más que fuente de ingreso.
4:00 a.m. – aún oscuro, el trabajo comienza;
en el frío, cosechamos el campo de arroz.
Nuestros dientes se entrechocan, nuestras manos tiemblan.
Después de cosechar, arrastramos los manojos para trillarlos.
De noche, después de la colada, tenemos un encuentro
de “vida” para confesar y permitir que Angkar nos corrija:
“Yo he trabajado duro…si incurro en más faltas, puede
samohapheab castigarme y ponerme ¡en la senda recta!”
Después de la reunión trillamos el arroz.
El jefe nos ordena acabar en una noche;
la medianoche pasa sin advertirla, empero los atados
Después de la reunión trillamos el arroz.
El jefe nos ordena acabar en una noche;
la medianoche pasa sin advertirla, empero los atados
parecen multiplicarse.
Después del trillado, me siento exhausto.
Una vez que mi espalda está en tierra, me desmayo.
Mi alma camina al este hasta una diminuta cabaña
desciendo hasta el suelo donde dos hombres de mediana edad
se sientan frente a frente. Deben ser dioses del bosque.
Un hombre toca una guitarra de largas cuerdas,
el otro canta melodiosamente.
Mientras permanezco escuchando, siento desesperación
de que mi pueblo nunca haya encontrado paz.
Entonces me uno al canto:
“Oeuy – bajen su vista hasta nosotros, ¡oh dioses de la tierra!
Mi pueblo, hombres y mujeres, sufren más allá de toda expresión.
Ellos trabajan duro día y noche,
ellos sorben colada, empero ellos todavía cargan faltas.
¡Abre tus mágicos ojos, Dios-Padre!
¡Mira a Camboya! ¡Libera a mi pueblo!
Están en el infierno: niños, ancianos, hombres, mujeres.
¡Oh, Dios, libéranos de la agonía y el miedo!”
Yo canto y canto en voz alta, hasta que
un cerdo asado con su frente abierta
se levanta temblando, se pavonea sobre sus
patas traseras y salta de la bandeja.
Canto para invocar a los poderosos dioses
que salven a mi pueblo de la extinción. Y justo entonces
un rinoceronte irrumpe desde el lejano sur
de donde me paro a cargar el cerdo asado.
Canto más alto y más alto, haciendo eco entre las junglas.
El cerdo asado y el rinoceronte pelean ferozmente.
Canto hasta que el rinoceronte lanza por los aires de una embestida al cerdo -
Él aterriza sobre el lomo, patas arriba. Cuando despierto, es mediodía.
Octubre, 1977
Traducciones de Rafael Patiño Góez
FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE MEDELLÍN
U Sam Oeur- Camboya
Después del trillado, me siento exhausto.
Una vez que mi espalda está en tierra, me desmayo.
Mi alma camina al este hasta una diminuta cabaña
desciendo hasta el suelo donde dos hombres de mediana edad
se sientan frente a frente. Deben ser dioses del bosque.
Un hombre toca una guitarra de largas cuerdas,
el otro canta melodiosamente.
Mientras permanezco escuchando, siento desesperación
de que mi pueblo nunca haya encontrado paz.
Entonces me uno al canto:
“Oeuy – bajen su vista hasta nosotros, ¡oh dioses de la tierra!
Mi pueblo, hombres y mujeres, sufren más allá de toda expresión.
Ellos trabajan duro día y noche,
ellos sorben colada, empero ellos todavía cargan faltas.
¡Abre tus mágicos ojos, Dios-Padre!
¡Mira a Camboya! ¡Libera a mi pueblo!
Están en el infierno: niños, ancianos, hombres, mujeres.
¡Oh, Dios, libéranos de la agonía y el miedo!”
Yo canto y canto en voz alta, hasta que
un cerdo asado con su frente abierta
se levanta temblando, se pavonea sobre sus
patas traseras y salta de la bandeja.
Canto para invocar a los poderosos dioses
que salven a mi pueblo de la extinción. Y justo entonces
un rinoceronte irrumpe desde el lejano sur
de donde me paro a cargar el cerdo asado.
Canto más alto y más alto, haciendo eco entre las junglas.
El cerdo asado y el rinoceronte pelean ferozmente.
Canto hasta que el rinoceronte lanza por los aires de una embestida al cerdo -
Él aterriza sobre el lomo, patas arriba. Cuando despierto, es mediodía.
Octubre, 1977
Traducciones de Rafael Patiño Góez
FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE MEDELLÍN
U Sam Oeur- Camboya
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