28 de mayo de 2011

EL ANCIANO






La soledad no le pidió permiso, se alojó
clandestinamente en las grietas de la vejez
y en el corazón calcificado el día en que apenas
existía ya en sí mismo

Algunos blues y otros pertrechos para una eternidad
bajo tres palmos de tierra no ahuyentaron el olor
de la ambrosía, había perdido toda su fe en lograr
arrimarse a las hogueras y en perdurar

Esa misma noche, el anciano preparó las maletas
por si acaso




Fernando Sabido Sánchez-España



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