
LA COBRA BÚFALO DE AGUA Y EL PRISIONERO DE GUERRA
Trabaja, trabaja —talando árboles, descuajándolos, despejando monte,
transplantando arroz, sin un momento para descansar.
Al mediodía, solo, cuando despejaba un cañaveral,
una bella cobra negra
abrió su capucha frente a mí, demostrando su poder.
Pensó que yo era su enemigo.
“¡Es bella, como en las películas indias!”,
exclamé en voz baja con las rodillas temblorosas.
“¡Oh, cobra! Tu carne y tu sangre son de verdad
la carne y la sangre de Buda.
Yo soy sólo un prisionero de guerra
pero no soy tu alimento.
Tú, cobra, eres libre,
y si mi carne es de verdad tu sangre,
defiéndeme con los espíritus de esta laguna
para llevarme a los tres refugios del Buda.
La cobra me miró fijo con amorosa bondad
y luego bajó la cabeza.
se alejó hacia el sur deslizándose en la laguna
y yo volví al trabajo de sobrevivir.
Después de que Vietnam invadió Cambodia en noviembre de 1978, en febrero de 1979, mi familia y yo emprendimos camino hacia nuestra casa en Chbar Ampeou (campo de caña de azúcar). En Wat Prek Dambok vi esqueletos de niños colgando de un árbol krasang marchito.
U Sam Oeur- Camboya
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