
NUESTROS HIJOS SON HERMOSOS
Nuestros hijos son hermosos.
Crecieron entre queso y azúcar.
Estudian y juegan
al básquet y al ajedrez.
Son trigo dorado
entre campos de amapolas.
Brillan
en la apatía de las noches
y, luego,
nos los matan en una curva.
Vuestros hijos son hermosos.
No pesan ni veinte quilos
y las moscas
divagan por su piel.
Juegan al fútbol descalzos
y a la guerra
con munición real.
A esos hijos,
los matamos entre todos.
Amelia Díaz Benlliure- España
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