27 de mayo de 2011

PANAMÁ DESTINO






PANAMÁ DESTINO

Panamá,
esbelta en tu estrechez
tu ciudad irreverente
recibe del mundo su esplendor
batiente y del vicio, en tus entrañas
crecen,
silenciosas, vertientes.
Panamá, la bella, Panamá, la verde,
tus noches de artificio, iluminadas
cubren ya tu territorio,
el solitario y dulce titilar de las luciérnagas
y el canto penetrante de los grillos
van desapareciendo
de tus serenas noches de singular belleza
Nuestros hermanos,
expulsados de sus tierras violentadas
por la guerrilla infernal,
la injusticia, la pobreza o
en ocasiones,
el bandidaje de Estado,
nos van restando
exactamente, esa seguridad
que en su momento, desesperados,
en nuestro suelo, creyeron encontrar.
Porque, somos pueblo de Paz
de convivencia pacífica y solidaridad.
Nuestro destino, puente del Mundo
nuestras riquezas, Pro-Mundi y Beneficio
sumado al compadrazgo impío,
nos van usurpando propiedades, derechos, seguridad,
territorio y con ello, la sagrada Libertad.
Capitalistas transfugas, demagogos corruptos,
armados --Si-- por las leyes
creadas, impulsadas e impuestas
al amparo del poder.
Usufructúan territorios, derechos y caudales naturales
que harían de nuestro suelo
un oasis exento de pobreza en lugar del botín
de quienes buscan, aumentar sin piedad
sus ilimitados capitales.
Independientes,
su nombre y su nacionalidad.
Aquí están, Panamá, en lo profundo,
hábilmente cifrados y enquistados.
Su paraíso es.
Mientras, el hambre y la tuberculosis
consume a tus pobres hijos en las entrañas
de nuestra cordillera,
donde la muerte es el transito seguro y expedito a la ansiada y
definitiva Libertad --¡Dios se apiade de nosotros!--
Panamá, que es de tí, sin un Ruben Darío
para añorarte,
qué será de tu Cerro Ancón sin Amelia Denis
para cantar al viento tu belleza.
Los Mártires de Enero, cayeron defendiendo
tu suelo y olvidados están,
sufren hoy el silencio de las distintas elites.
Unámonos,
en un muy fuerte abrazo,
que se escuchen, Hermanos
en lo alto de los espigados rascacielos
y hasta el último rincón de nuestra geografía,
el fuerte palpitar de nuestros corazones.
Panamá se desangra día con día
y perdemos vilmente, la cuota
de sangre y sacrificio
que pagamos, siguiendo una falaz
promesa de Total Soberanía.
---El Canal dejó ya de ser nuestro.
definitivamente---.
Y Panamá toda
pronto, dejará de serlo.
Al ritmo trepidante del tambor
corre el licor maldito
que adormece a nuestros hombres
los sentidos.
Entre el silencio cómodo
y la indiferencia cómplice
¡Culpables somos todos!
Y en esta alienación lucifereana,
no nos daremos cuenta
de que las tentaciones
resultan siempre en perdidas,
al final del camino.
Y. un día, se cumplirá la Profecía
del Buen Samaritano.
Por descuidar los campos
y abandonar el trillo,
hasta lo que no exista
nos será arrebatado.



María de Lourdes Barsallo Jaén- Panamá



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