27 de mayo de 2011

POEMAS DE ALEXIS DÍAZ PIMIENTA

                                                             Alexis con uno de sus hijos.






Monólogo exterior

I

Hijo mío que vienes a este mundo
abocado, por fuerza, al mestizaje,
no te voy a engañar: es corto el viaje.
Tan corto que sorprende. Eres oriundo
(como todos) de azares, confluencias
cálculos, tradiciones, sortilegios.
Vienes a un mundo lleno de colegios,
pero también de grandes diferencias.
No sabemos la alquimia de los genes
qué habrá hecho de ti, la piel que tienes,
los ojos, el carácter... No sabemos
si eres zurdo o derecho, oscuro o claro,
pero no importa. Pues sería más raro
haber previsto incluso estos extremos.

II

Hijo mío, mestizo en Almería,
a confundirte van con los gitanos,
con marroquíes, con ecuatorianos:
óptica y fácil trigonometría.
Hijo mío, nacido en Almería,
con tíos almerienses y cubanos,
¿tendrás la misma piel que tus hermanos?
¿importará tu piel, llegado el día?
No te voy a engañar: la vida es corta.
Y más corto es el tiempo de la infancia
(la parte que más fácil se soporta).
Hijo mío, el vocablo “intolerancia”
es un caro juguete que se exporta
e importa sin que importe la distancia.


Almería, marzo y 2002









Estación melancólica



No me digas adiós, hijo,
que el tren sólo se irá si me despides.
De no mirarme así,
con la tristeza halándote los párpados,
el tren nunca se irá
y nos burlaremos de esta idea infantil de la distancia.
Detén la mano y no tendremos que regresar más tarde.
¿A qué aprender palabras como ausencia?
Ata el tren a la línea con tu renuncia a despedirme,
que si te vas... ya sabes:
el humo, los ojos, el pañuelo.


La Habana, octubre y l993



Cumpleaños

para Axel, otra vez


Hijo, hoy es veinticinco y envejezco,
envejezco de ti, de tu fragancia,
y aún no sé a qué recuerdo me parezco,
a qué melancolía de tu infancia.

¿Será mi rostro un nítido arabesco
o un laberinto de nostalgia rancia?
Hijo, faltas tan hondo que me ofrezco
al primero que compre la distancia.

La distancia soy yo, y me compadezco,
me tengo lástima con arrogancia.
De qué valen el mar, el aire fresco,

la amistad, la montaña, la importancia,
si aún no sé a qué recuerdo me parezco,
cuál de todos mis Yo soy en tu infancia.


Órgiva, agosto y 1993



Alexis Díaz Pimienta- Cuba










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