
Fragmento de una conversación íntima
entre el poeta-espectador y su televisor
Sé que nunca dirás elefantiasis,
nunca mal endémico o sistémico,
siempre hallarás culpables asimétricos:
un ser perverso o una mala praxis.
Dirás que un grupo amplio de académicos
asegura que el mundo está en el chasis
y que todo requiere una catársis
social. Ya conocemos tus cosméticos,
en vano lo untas todo de palabras,
sabemos cómo aras, cómo labras,
cómo siembras el humo con que ahuecas
la mente de tu pueblo, el que rotura
tu campo uncido al yugo de tu usura,
vieja yunta que hoy llamas hipoteca.
II
Oh tú que rezas al dios del dinero,
dios que mide, tasa y cuantifica,
en cuyo nombre inventas o edificas
distantes paraísos financieros;
En cuyo nombre al hombre clasificas
en masas grises y áureos caballeros.
Generas endeudados y usureros,
lo ves normal y así te justificas.
Tasas al hombre en base a lo que tiene,
cifras su hacienda en tu divino oráculo
haciendo gala de tu don profético.
Mas no mides jamás lo que contiene
vida real pues tu soberbio cálculo
no concibe nuestro pulso poético.
Jorge Plaza Corral- España
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Jorge Plaza Corral
Normalmente suelo nacer en Murcia aunque a veces lo hago en Alicante. Pronto dejaré de hacerlo en 1980 al igual que hace unos años juraba haberlo hecho antes, especialmente a las puertas de las discotecas. Lo único seguro es que nací dos veces
Mi madre Pilar Corral
Me dio a luz por dos veces,
La una en las estrecheces
De su vientre marital
(fue como a todo mortal
Que mi madre me parió)
Mas fui propiamente yo
Cuando sus ojos de mar
Me vinieron a mirar
Y al hacerlo me alumbró.
Recuerdo haber muerto también varias veces: en avión, en coche, en bicicleta, de un salto mortal en la piscina, formando una barrera en el equipo de fútbol de mi barrio, de un ataque al corazón, deverteytenerganasdetocartedeoirtunombreyquererrespirarloydedecirtealfinalfinTequieroamorynopoder, incluso he muerto atragantado…siempre de muerte artificial.
Las biografías se articulan en torno a ejes oxidados, justo sería empezar diciendo la primera vez que me sumergí en el mar tenía dos años y sobretodo la sensación de que yo venía de ahí dentro. Nací de una cicatriz bajo un cielo de otoño cuando el bosque comenzaba a desprenderse de su muda de serpiente.
He escrito un poemario, mi propia pasión cínica en estos tiempos de zozobra postmoderna. Con espíritu chamánico ajusto mis versos a los moldes petrarquistas del soneto, meto a Parménides en 14 versiones diferentes del mismo endecasílabo. ¿qué pretendo? poner en jaque –me digo- a ese racional-socialismo en crisis que hay en mi. ¿Por qué escribo? Porque mi timidez tapona mis tequieros e implosionan ahí dentro. ¿Cómo dices que se llama el poemario? Yo y otros círculos viciosos ¿por qué? ¿y tú me lo preguntas? .

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