10 de junio de 2011

LA AMBULANCIA




LA AMBULANCIA

Me han elegido para entrar en la muerte de una niña.

La ambulancia transcurre por la carretera con su memoria
de meteorito.

De Madrid a Gerona nos ganará la noche.
Yo controlo los brazos de la enferma desnuda y reviso
el pliegue cabalístico y frágil de su garganta afónica.

El suero cae buscando la vena azul de su radiografía.
Brilla el oxígeno sobre mis guantes blancos y dibuja

inscripciones en mi nariz poética.
El misterioso conductor nos mira desde el poniente imán

de su espejo difuso.
Los coches que cruzamos van vivos de miradas poderosas.
Se agradece la marcha vigilante que, de pronto,

sobre el cristal central, la nieve nos choca como un sueño.
Yo comienzo a temblar porque mi enferma me ha hecho

una caricia sobrehumana.
Sus ojos de dolor de cuatro años están terriblemente

abiertos y distintos.
Tengo su mano agonizante y fría sobre mi muslo tenso

y absoluto.
Me pide a su mamá, su voz de agua: agua, agua.
Dieta absoluta son ya las lejanas órdenes del médico.
Agua y amor me pide la que muere.
De una bolsa de suero glucosado le doy a la privada criatura

un sorbo,
Un sorbo lento.


Traga,
traga,
Mi amor,
Mi amor,
Mientras me acuesto a su lado

Besándonos, me muere.
La ambulancia prosigue su camino hacia un lugar que no existe

en el mundo.
La madre esperará cien noches, aterrada, en la terraza.


De Diario de una enfermera.



Isla Correyero- España



1 comentario:

María dijo...

Motivador poema para condensar el dolor por la perdida de un niño. He replicado el poema por considerarlo de gran valor por todo lo que dice aún sin decir, ver acá:
http://mbarsallopoesias.blogspot.com/2011/06/la-ambulancia-la-ambulancia-me-han.html
si no, avisar para retirarlo. Gracias por compartir tan hermoso sentir.