
La bomba y el tiempo
(fragmento)
Mustafá:
¡La misma bomba nos arrastra, responsables sin serlo, y arrojados
en fin entre los inocentes, como monstruos de clarividencia!
Nedjma y Margarita: En fin, se retira como una venda
El tiempo, esta larga mentira
El tiempo, el tiempo que mata
El tiempo que hasta hoy nos mataba en silencio
El tiempo ha recobrado su ritmo sanguinario
Su galope, su furor
El tiempo, esta larga mentira.
(Tic-tac precipitado, cubierto por las dos voces.)
El tiempo ha recobrado su ritmo sanguinario
Ya no sabe mentir, galopa extenuado
Nunca podrá puntuar el mensaje
que otros mutilados y otros muertos nos transmitieron.
Mustafá: El tiempo era nuestra ignorancia
Delante de los que luchan
Un falso mundo se hunde
Ya están en otro lugar
Ya están en paz en la secreta morada
En donde todo el tiempo fue engullido
Como una piedra
Sin precio
Y sin mentira
Entre las hierbas del olvido.
Nedjma y Margarita: El tiempo, era nuestra ignorancia
Llegábamos sin saberlo
Inseparables de la bomba.
Mustafa: Apenas si la una militaba
Si la otra era simpatizante
Y helas aquí
Helas aquí voluntarias
Helas aquí voluntarias de la muerte.
Nedjma y Margarita: En verdad la muerte no es nuestro elemento.
Pasaremos muy pronto este elemento negro.
Mustafa: Es por vuestros ojos por los que la nación verá el día.
Nedjma y Margarita: Reducidas a no ser más que una explosión viviente
Y que se hace esperar en el corazón del enemigo
Es necesario que nuestra sangre se encienda y seamos llamarada
Para que se conmuevan los espectadores
Y para que en el mundo se abran por fin los ojos
No sobre nuestros despojos, sino sobre las plagas de los
sobrevivientes. "
Versión : Ricardo López Dusil
Kateb Yacine- Argelia
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Kateb Yacine
(Condé Smendou, Constantina, 1929 - Grenoble, 1989) Escritor argelino en lengua francesa. Estudiante en la Escuela francesa de Sétif, fue arrestado en 1945 por haber participado en las manifestaciones del 8 de mayo, y quedó profundamente traumatizado por la experiencia carcelaria y la violencia represiva. Se convirtió en el portavoz literario de los escritos en defensa del pueblo argelino.
Su primera antología poética, Soliloquios, fue publicada en Bona en 1946. En 1950, después de haber ejercido por un tiempo el periodismo en Argel, se trasladó a París, donde publicó su primera novela Nedjma (1956) en la editorial Éditions du Seuil. Aparecida en plena guerra de Argelia, esta novela se reveló como una de las más vigorosas de la literatura magrebí. Se exilió a Italia, Alemania y Bélgica a causa de la persecución de la que fue objeto en Francia.
Poco conocido en su propio país, supo construir, a pesar de estar alejado de su gente, una obra llena de esencia árabe. Le polygone étoile (1966), de vocabulario lujurioso, es una obra en la que el inconsciente argelino del autor emerge con gran fuerza. Además de poeta y novelista, fue dramaturgo. En 1959 publicó un ciclo teatral, Le Cercle des Représailles. En 1958, Jean-Marie Serreau estrenó en Bruselas su obra Le cadavre encerclé; en 1963, La femme sauvage, y en 1967, se estrenó en París Les Ancêtres redoublent de férocité. En 1970, publicó L'homme aux sandales de caoutchouc.
Finalizada la guerra de Argelia, no pudo volver a su país durante muchos años. Cuando regresó a Argelia, se dedicó a su profesión de dramaturgo en lengua árabe. Entre las piezas representadas en árabe argelino, se distinguen por su fuerza satírica Mohammed prends ta valise (1971), Saout-En-Nisa (1972), La guerre de 2000 ans (1974), Le roi de l'Ouest (1977) y Palestine trahie (1978).
El tormento está presente en toda la obra de Kacine. El francés representa para él una lengua alienante, impuesta por los colonizadores, junto con una educación que fue "una segunda rotura del cordón umbilical, un exilio interno que acercaba al escolar a su madre sólo para volverle a alejar aún más de ella, del murmullo de la sangre y de los susurros de desaprobación de una lengua proscrita". La madre y el lenguaje materno son "los únicos tesoros inalienables y, sin embargo, continúan robados". Kacine transformó así la lengua aprendida en un arma de revolución y de reconquista de sí mismo, proclamando con ella la identidad y la independencia de su pueblo y haciéndose entender más allá de las fronteras argelinas. Sin embargo, tan pronto como le fue posible, volvió a su idioma ya que, por encima de todo quería ser comprendido por su propia gente.
Su estilo violento se asemeja a una ceremonia ritual a la que el propio lector es llamado a participar. Kacine supo hacer suyas las innovaciones formales de las más avanzadas vanguardias poéticas, e integrarlas en la tradición literaria islámica, llena de sentido trágico y épico. Así, en Nedjma, el pasado y el presente de Argelia se confunden en un tiempo único. En Le polygone étoilé la narración se convierte en autobiografía; la poesía, en sátira; y los hechos históricos, en fervor lírico. Utiliza diversos registros y los funde para expresar mejor todos los aspectos de la realidad y combinar lo vivido con lo simbólico.

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