
No he venido a cantar
No he venido a cantar,
podéis llevaros la guitarra.
No he venido tampoco,
ni estoy aquí arreglando mi expediente
para que me canonicen cuando muera.
He venido a mirarme la cara
en las lágrimas que caminan
hacia el mar,
por el río
y por la nube…
y en las lágrimas que se esconden
en el pozo,
en la noche
y en la sangre…
He venido a mirarme la cara
en todas las lágrimas del mundo.
Y también a poner una gota de azogue, de llanto,
una gota siquiera de mi llanto
en la gran luna de este espejo sin límites,
donde me miren y se reconozcan los que vengan.
He venido a escuchar otra vez
esta vieja sentencia en las tinieblas:
Ganarás el pan con el sudor de tu frente
y la luz con el dolor de tus ojos.
Tus ojos son las fuentes del llanto y de la luz.
León Felipe- España
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