6 de junio de 2011

REVOLUCIÓN POR EL DESCUBRIMIENTO DEL MAR





Revolución por el descubrimiento del mar

Varios pájaros han averiguado los secretos del sol
Y se dedican a gritarlos en la sombra,
Las flores de la rivera se inclinan en el río
Diciendo algo muy bajo a la corriente,
Todo el valle de veintidós kilómetros
Siente pasar el viento de una revolución
Cada diez años sucede lo mismo
Dos o tres pájaros son los que comienzan el movimiento
Que es apoyado por todos los pájaros de la comarca
Y que termina siempre en un invierno copioso,
Pero ahora la cosa es distinta, dicen los chocoyos,
Las mariposas vuelan con alas prestadas
Y las patas se suicidan dejándose caer del árbol,
He oído hablar de revoluciones en Nicaragua,
Pero yo no sabía lo que era una revolución,
Sólo supe que los liberales y los conservadores eran
Babosos,
Pero aquí los pájaros están sobreexcitados
Siempre han pedido a gritos la lluvia
Como los chamorristas, el gobierno
Y hoy algo nuevo ha llegado hasta lo más profundo del
Río,
Porque con su ojo imbécil salen de punta los peces
Y se asoman asustados como hicieron en el diluvio.
Los pájaros sajurines,
Los que aclaran con sus gritos el porvenir de la
Mañana,
Los que dirigen el tráfico aéreo de las pequeñas
Pipilachas biplanas
Y de las grandes garzas de la White Star Co.
Los pájaros sajurines averiguaron los secretos del sol,
Los pájaros sajurines hicieron confesar a una gaviota
Perdida,
Los pájaros sajurines recogieron en el río una alga
Marina,
Que lleva uno de ellos en el pico en signo de guerra,
Para oponerlo a la paloma del ramo de olivo,
Los pájaros sajurines son ahora los que inquietan el
Viento
Los que inquietan a las vacas llaneras cantándoles que
Hay vacas acuáticas y a los caballos hablándoles
De los hipocampos,
Los que inquietan los árboles soñadores que tiemblan de
Emoción pensándose islas,
Los que inquietan también mi pobre corazón marino, mi
Rica sangre viajera,
Los que hicieron esta inútil revolución —inútil como
Todas las inútiles revoluciones nicaragüenses—,
Pero que estalla fuera y dentro de mi con la violencia de
Cien mil pájaros migratorios
Y que yo trato en vano de calmar mientras sonrío y me
Pongo a leer.





Joaquín Pasos- Nicaragua




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Joaquín Pasos
(Poeta nicaragüense. Granada, 1914 – Managua, 1947)
Nacido en Granada el 14 de mayo de 1914, se formó en el Colegio Centroamérica. Anteriormente había estudiado parte de la primaria en el centro escolar de una apreciable y recordada profesora de la ciudad, a la que dedicaría —años más tarde— su poema ocasional “La era de la Carmela Noguera”. Por consiguiente, la presencia granadina —con el muelle de su puerto lacustre y el kiosko de su Parque Colón, las niñas estudiando piano a las diez de la mañana y los cocoteros, a medianoche, temblando bajo la luna— se hallan presente en sus inicios poéticos.
Estos se remontan a sus catorce años, cuando residía temporalmente en Managua. Allí, a mediados de 1928, leyó “Cinco Parques” de José Coronel Urtecho, publicados en una revista dirigida por su hermano Luis Pasos Argüello, Luis Alberto Cabrales y José Coronel Urtecho. Tanto le impresionaron que los omitió en tres de sus primeros poemas: “Prólogo”, “Motivos de blanco y negro” y “Con neblina”, aparecidos a los pocos meses en El Diario Nicaragüense. Dichos textos motivaron el comentario anónimo (“Cenáculo de Poetas Jóvenes en Managua”), donde se afirmaba que la generación recién salida de la infancia había respondido a la invitación de aventura y exploración que se advertía en aquella “peligrosa poesía vanguardista”, introducida por Coronel Urtecho.
Dentro de su permanente y regocijada actividad en el desarrollo del Movimiento de Vanguardia, Joaquín usó su heterónimo, Juan Argüelles Darmstadt, y se inscribió en una mesa electoral —a finales de 1932— como poeta. Sin duda, era el primero de los nicaragüenses que así se declaraba.
1932 fue el año de su floración vanguardista, rica en vivencias literarias. Algunos lo toman muy en serio, como Pedro J. Cuadra Ch., director de El Diario Nicaragüense, quien le dedica unas glosas de sus artículos combativos en un pequeño libro: Puntos de literatura. De 1933 a 1934, mientras colabora en Suplemento, La Reacción y La Voz de Oriente, estudia Derecho en su ciudad natal. Pero en 1935 se trasladó a Managua para proseguir su carrera. Labora y colabora en varias revistas: Opera bufa, Centro, Los Lunes de la Nueva Prensa (donde tiene a su cargo las sesiones fijas “Laboratorio” y “Manicomio”). Termina su quinto curso de Derecho en la Universidad Central, pero no se preocupa por obtener el título. Viaja por avión a San José de Costa Rica en busca del libro Todo puede suceder de George y Helen Papashvily. Su familia le arregla sus cosas personales en casa de una novia, con la que nunca contrae matrimonio; en cambio, tiene un hijo con otra. La dipsomanía le hostiga, prepara su agonía; y el 20 de enero de 1947, cuatro meses antes de cumplir los 33 años, se le acaba la vida: joven poeta que deslumbró a sus contemporáneos y sigue haciéndolo en la actualidad con aquellos que lo admiran.
Había dejado corregidas las pruebas de una selección poética Breve suma (Managua: Editorial Nuevos Horizontes). Su obra reunida se encuentra actualmente con el título de Poemas de un joven, libro que cierra con el monumental “Canto de guerra de las cosas”.

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