
TENGO LA PALABRA
¿Alguien puede ignorar nuestra existencia?,
¿nuestros ojos y manos? No nuestra fuerza, no:
con la fuerza se rompe la palabra.
Pero ¿quiénes se atreven
a dictar una ley
para robar el pan a los más pobres?
Y mientras tanto, ¿qué?
¿Ser la voz del silencio,
como unos ojos ciego?
¿Amordazar la luz del pensamiento,
que es raíz, tronco y rama
de la propia existencia?
Ahí vive la vida, respirando,
frente a mis propios ojos.
Y ahí está la muerte:
el no ser de mi ser.
Yo pido a los parásitos gigantes
que no roben el pan de los pequeños.
O la existencia o nada. Pero
nos queda la ilusión de que algún día
-pronto-
sea todo diferente.
(Pues aún le queda al ciego la esperanza
de ver nacer el sol una mañana).
Manuel Senra- España
No hay comentarios:
Publicar un comentario