3 de agosto de 2011

CONJUGANDO EL VERBO








CONJUGANDO EL VERBO

Yo como el alimento
de los supermercados bien surtidos.

Tú comes sin temor a equivocarte.

Él come sin saber que otros no comen.

Ella come y a rachas
siente que ha transgredido varias normas
y vomita en el suelo sin quejarse.

Usted come doscientos alimentos
y luego cree que está inmerso en la crisis.

Nosotros degustamos sin control
recetas y recetas y recetas.

Vosotros en banquetes derrocháis
los recursos preciados del planeta.

Ellos comen sin freno
de todos los bolsillos de la Tierra.

Ellas comen sin culpa
persiguiendo los cuerpos de la nada.

Ustedes comen bien mientras hay otros
que mueren cada instante por el hambre.

Yo no como y me muero
en segundos fallecen
a miles niños, hombres y mujeres.

Tú ya no comes bien y estás enfermo.

Él ha dejado ayer su dieta íntegra
su empresa ya no existe y va hacia abajo.

Ella escapa de tres agujeros negros
dejando la comida
como si fuera oscura y pecadora.

Usted no come nada
un ayuno le impulsa en la protesta.

Nosotros no comemos
por eso en las pateras viajamos a otros lados,
en aviones y trenes
hacia los paraísos del convite.

Vosotros no coméis
y os movéis dirigidos por instinto
donde aún los Edenes crean pan.

Ellos ya no consiguen nutrición:
algunas ONGs
se quedan con los fondos
y a los países pobres apenas llega nada.

Ellas han decidido no comer
el cuerpo transparente es lo que impera.

Ustedes ya no comen
así ya no protestan,

y el mundo se debate
en la conjugación del verbo oculto:
oculto en las partículas de trigo,
de Divisas, de Oro, de Acciones y de Índices:
el Ibex 35 y el Nikkei,
el Dow Jones y el soporte,

un mundo de poder
donde existen recursos,
pero una minoría tiene todo
y la gran mayoría cabalga hacia la nada...


Ana Muela Sopeña- España

2 comentarios:

Literalia dijo...

Querida Ana:
Este comentario lo voy a escribir en dos partes.
La primera, que va dirigida a ti como poeta, como mujer siempre creativa, innovadora y perfeccionista. Tu poema es excelso, imaginativo, creativo, de profundo análisis y que derrocha conciencia y amor por interiorizar en un tema tan común, pero a su vez, tan poco explorado.
Te sales de tu línea de poesía para ingresar a otro estilo, que particularmente aprecio y valoro sobremanera.
La segunda parte va dirigida hacia el lamentable, vergonzoso, inexplicable lastre que arrastra la soberbia humana en su discurso triunfalista.
¡Aberrante! La realidad que distingue a estos pueblos olvidados de las tecnologías, los modernismos en los esquemas del FMI, así como por las sociedades que se debaten entre el Facebook, el Twitter y los sensacionalismos en los medios de comunicación.
¡Gracias por recordarnos que hay miles sino millones de personas que no comen ni la centésima parte de lo que comemos en nuestras mesas!
Dice Facundo Cabral: El rico no es el que más tiene sino el que necesita menos, pero en este caso, hay un mínimo alimento para poder: ¡Sobrevivir!
Con cariño interminable:
Arturo

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Arturo, por recordarnos a todos el mundo donde estamos inmersos.

Un abrazo fuerte
Ana