8 de agosto de 2011

POEMA PARA MARÍA TERESA CASTILLO: CANCIÓN




CANCIÓN

Cantaré
Por el presente sigiloso
cruel y devastador.
Cantaré
disipando sombras
y sembrando claridad.

©Beatriz Iriart- Argentina





María Teresa Castillo (Venezuela, 1909). Periodista, gerente cultural, activista de derechos humanos. Luchó contra las dictaduras de Gómez y Pérez Jiménez y por el derecho al voto femenino. Fue presa política y estuvo en el exilo. Fundó la Agrupación Cultural Femenina, la Asociación Venezolana de Mujeres y el Festival Internacional de Teatro de Caracas, del que fue presidenta así como del Ateneo de Caracas y Fundación Rajatabla. Recibió las más altas distinciones nacionales e internacionales por su labor de promoción de la cultura y las artes en Venezuela. Desde 1990 existe la Orden María Teresa Castillo que premia las manifestaciones artísticas y culturales de Venezuela.










Con Julio Cortázar




INTELECTUALES Y ARTISTAS RINDIERON HOMENAJE A MARÍA TERESA CASTILLO: LA HEROÍNA CIVIL DEL SIGLO XX.

Caracas, 01 de Agosto del 2011

Este lunes la Fundación Arturo Uslar Pietri celebró en Caracas el homenaje a una de las impulsoras del arte en Venezuela: María Teresa Castillo, a quien se calificó como un "héroe civil" venezolano, debido a sus lucha en lo personal y profesional por engrandecer la patria.

Tal título honorario fue concedido por el presidente de la Fundación, Antonio Ecarri, quien estuvo acompañado por diversas personalidades de la cultura como Jacobo Borges, Soledad Bravo, Javier Vidal, Luis Alberto Machado y Nancy de Martín, quienes destacaron a Castillo como insigne figura de la nación gracias, entre otros logros, a la edificación de los ateneos en el país.
Sobre el homenaje, el artista plástico Oswaldo Vigas envió unas palabras de felicitaciones que fueron leídas por su esposa, Janín de Vigas, en las cuales indicó que no se podría imaginar "el mundo cultural venezolano sin María Teresa Castillo (...) su huella será indeleble".

Por su parte Vidal, quien leyó un sentido discurso que recorrió a Castillo en sus facetas humana, cultural y política, la calificó como un "signo de la cultura" de la nación. Haciendo uso de una frase de Ernesto "Che" Guevara, el dramaturgo indicó que "para María Teresa lo extraordinario era algo cotidiano". Finalizó recordando que Castillo era una constructora de país y que, aunque "los Boves" regresaron a Venezuela, "no debemos dejarnos contagiar con los rencores".

"No podemos permitir que nadie nos separe"
Por su parte, el pintor Jacobo Borges señaló que hablaría "con el corazón" y viró sus palabras sobre la importancia para el país de personas sensibles y tolerantes como María Teresa Castillo.

Para el artista, la ex directora del Ateneo de Caracas es un ejemplo de una persona que buscó apartar la exclusión social, así como defensora de la igualdad y democracia. Para Borges, Castillo es "puro amor (...) lo más bello que ha producido el país en los últimos 100 años".

Recordó que los 80 años del Ateneo corresponden casi a la mitad de los años que Venezuela lleva libre (200 años) y señaló que, fiel a la personalidad de Castillo, se debe buscar que chavistas y antichavistas sean incluidos en la misma patria, "porque todos somos venezolanos (...) no podemos permitir que nadie nos separe".

Y pidió dejar a un lado los odios para dirigirse hacia un objetivo común de bienestar.

Rechazaron ataques contra Castillo
El agasajo también sirvió como una especie de desagravio para María Teresa Castillo ante los diversos ataques que sectores oficialistas han realizado.
Tanto Bravo como Martín pidieron respeto para una venezolana que "siempre buscó llevar la educación, cultura y tolerancia al pueblo". Borges dijo que, así como son ilógicos los ataques contra el maestro José Antonio Abreu, son ilógicos los hechos contra Castillo.


Soledad Bravo y Margot Benacerraf
en el homenaje a MTC





MARÍA TERESA CASTILLO


Texto de TalCualDigital

La decisión del Ejecutivo de desalojar al Ateneo de Caracas de la sede que tiene la institución desde el año 1983 es propicia para recordar a su figura más importante, María Teresa Castillo



Con Gal Costa


Maria Teresa Castillo nació en Cúa, estado Miranda el 15 de octubre de 1909.
Fue activista del movimiento antigomecista denominado Generación del 28; fundó la Agrupación Cultural Femenina y luego la Asociación Venezolana de Mujeres. Gracias a su amistad con Antonia e Inocente Palacios, se incorporó de muy joven al Orfeón Lamas y supo de reuniones contra la dictadura de Juan Vicente Gómez.
Tras la muerte de Gómez continuó en la actividad política y pasó un año detenida en la Jefatura Civil de la Pastora, por su vinculación como activista del movimiento comunista de la época. Fue detenida mientras repartía panfletos prohibidos y un periódico hecho por ellos mismos denominado “Aquí está” y también el semanario Tribuna Popular, órgano de Partido Comunista Venezolano en la clandestinidad.
En una de esas citas conoció al periodista y escritor Miguel Otero Silva, con quien se casó y tuvo dos hijos: Mariana y Miguel Henrique. Posteriormente, integra los incipientes movimientos culturales del país y de nuevo incorporada a la actividad política, incluso en la difícil época de la dictadura perezjimenista.
Egresada de la primera promoción de la Escuela de Periodismo de la UCV y una de las pioneras del reporterismo, fue reportera de Ultimas Noticias en 1941.
En 1958 funda el Ateneo de Caracas, del cual ha sido no sólo su presidenta sino su motor permanente. Ha sido parlamentaria y su nombre figura en cada una de las batallas de la mujer venezolana en pos de sus derechos sociales y políticos.
El Ateneo de Caracas se convierte en promotor de una compañía estable de teatro, dirigida inicialmente por Horacio Peterson y a partir de 1976 por Carlos Giménez con el nombre de Rajatabla.
Luego crea el Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral, institución que ha recibido el respaldo nacional y el apoyo económico de la UNESCO. Bajo su auspicio se han organizado y celebrado en Caracas varias ediciones del Festival Internacional de Teatro, hoy imitado positivamente por ciudades como Bogotá.
Castillo ha recibido las más altas distinciones nacionales e internacionales por su labor de promoción de la cultura y las artes en Venezuela. Desde 1990 existe la Orden María Teresa Castillo que premia las manifestaciones artísticas y culturales del país. Su nombre quedará unido al Ateneo de Caracas y al pluralismo de las ideas.

06/05/2009


MARIA TERESA CASTILLO

Texto de Tucuy.com

Queremos desde TUCUY.COM rendir un humilde homenaje, en nombre de las mujeres y los hombres del Tuy, coterráneos de la cueña más relevante del siglo XX.

MARíA TERESA CASTILLO nació en el mismo pueblo caluroso donde salieron venezolanos de la talla de José María Carreño, Ezequiel Zamora, Cristóbal Rojas, Emma Soler, Evencio Castellanos, Luis Ordáz, Miguel García Mackle, para mencionar sólo algunos de los hijos e hijas ilustres de Cúa. Corría el año de 1908, la dictadura del General Cipriano Castro se balanceaba entre el seudo nacionalismo y la enfermedad que lo obliga a dejar la presidencia en manos de su compadre el General Juan Vicente Gómez , quien aprovecha la oportunidad y lo saca del poder mediante un golpe seco, el 19 de diciembre de 1908. Nace María Teresa Castillo el 15 de octubre de aquel año, en la colonial hacienda de Bagre, propiedad de su familia, dedicada a la producción de café para la casa exportadora Dumlop & Cia.


Cúa era como todos los pueblos de la época, abandonada a su suerte, analfabetismo, pobreza y miedo caracterizaban la vida de una región donde apenas 50 años antes existía la esclavitud como motor de la economía, ya no era el amo o el caporal con el látigo y cepo quien imponía la autoridad, sino algún coronel de montonera, “chacharo” o “capachero”, como les llamaban despectivamente los centrales, a esos hombres de la montaña, acompañantes del General Castro que llegaron con la Revolución Restauradora del año 99 y se hicieron los nuevos amos de “la gran hacienda llamada Venezuela”.Generalmente eran aventureros que “tiraban la parada” en busca de dinero y poder, un coronel arbitrario, lujurioso y ladrón, lo primero que hacía era ponerle el ojo a las fincas más productivas y hermosas de la zona, luego le ponía el ojo a la hija del hacendado y por cualquier método: El matrimonio por conveniencia, hasta llegar al encarcelamiento del propietario por “enemigo” del gobierno. Pasaba por obra de arbitrariedad, el abuso y la violencia de guerrillero ”come casabe” a “señor feudal” de la región, amo y padrote hasta donde le alcanzaba la vista. Así fue como el hermano del general Juan Vicente Gómez: Don Juancho se hizo dueño de todas las tierras desde Cúa hasta Ocumare del Tuy, uniendo en una sola posesión los antiguos latifundios de los Condes y Marqueses, los “grandes cacaos” del período colonial, esas colosales haciendas cacaoteras, ya deforestadas, se les llamó la Gran Posesión Mendoza con una extensión de más 300 Km2. También el la zona de Santa Teresa se apoderó de la gran posesión Tumuso, que abarcaba el triangulo Santa Teresa, Charallave, Santa Lucía. Además Don Juancho Gómez, Hermano del Vicepresidente, era el Presidente del Estado Miranda, como se le denominaba en la época a la figura que hoy llamamos gobernador. La capital del Estado Miranda estuvo en Ocumare del Tuy desde 1904 hasta 1927.

Ser hacendado, en aquellos años era estar sometido a la presión terrófaga de los Gómez, quienes ya tenían el monopolio de todos los mataderos del país. Venezuela todavía no se perfilaba como país productor de petróleo. El General Gómez en 1908 representaba el poder económico surgido a la sombra del gobierno del parlanchín General Cipriano Castro; éste se había convertido en un escollo, por sus desplantes ante las potencias mundiales, para los nuevos ricos que buscaban el poder sin Castro. Un castrismo sin Castro representado por el hombre que se había transformado, en nueve años de ejercicio de la Vicepresidencia de Venezuela, en el verdadero y máximo poder económico y político del país.



Con Miguel Otero Silva, su hija Mariana y
su hijo Miguel Henrique

En esa época semifeudal nace María Teresa, en un medio social muy duro para sobrevivir y progresar y si se era mujer el único destino era “parir como Dios manda” y obedecer, primero al padre y luego al marido. Esto se cuenta hoy y no se tiene la dimensión exacta de lo poco que significaba en la Venezuela de comienzos del siglo XX ser mujer. La mayoría de los espacios eran ocupados por los hombres, una señorita “digna” no podía, estudiar sino en colegios de monjas, solo en Caracas y algunas capitales.La formación era para ser madre “ejemplar”:Perfecta ama de casa, soportar las “querídas” que su marido tenía, pues eso era normal y aceptado socialmente, la esposa era una “sierva”, nacida para sufrir pacientemente, eso si con mucha dignidad, sin derechos sociales, económicos y mucho menos políticos.Una joven si los 18 años no se había casado, se decía que se había quedado para “vestir santos”. Si una mujer tenía que trabajar fuera de casa era calificado en aquella sociedad venezolana como “fin de mundo. Una mujer respetable tenía que estar en su casa y salir acompañada por un hombre de la familia, solo las muchachas del servicio de adentro salían solas. Uno de los primeros trabajos que cumplieron las mujeres fuera de su casa fue como operadoras de los teléfonos de manillita y con las primeras máquinas de escribir, empezó muy tímidamente, entre familiares con bufete, la figura de la mecanógrafa.
En esa Venezuela, tan lejana en el tiempo, en las costumbres y en los valores, le tocó nacer, crecer, formarse y sobre todo luchar par a María Teresa Castillo como paradigma de la mujer venezolana del siglo XX, como la máxima representante del mundo cultural venezolano, de las inmensas tareas de las pioneras para alcanzar la igualdad ciudadana. En nuestro país la máxima discriminación no era contra el negro, sino contra las mujeres, pues no contaban ni siquiera con el apoyo de la familia, cuando querían abrirse paso en el mundo masculino.
María Teresa llega a Caracas muy niña, una aldea de 300.000 mil habitantes; una joven inquieta, se le hace imposible ingresar a la Universidad, pero sigue muy de cerca los acontecimientos de la juventud universitaria del año 28. Tiene sus primeros contactos con los movimientos sociales de izquierda marxista existentes clandestinamente en Venezuela. La dictadura gomecista, atornillada en el poder, durante 20 años, no daba tregua a la represión en las tenebrosas mazmorras de las fortificaciones españolas de Puerto Cabello y Maracaibo, en la famosa Rotunda de Caracas, el los campos de concentración existentes en las carreteras del país. Se contaban por miles en ese entonces los presos políticos quienes además cargaban con unos grilletes del período colonial, con un peso de más 60 kilos. Entre esos jóvenes opuestos al dictador, estaba su futuro esposo el gran escritor, poeta, periodista y humorista Miguel Otero Silva.

La muerte de Juan Vicente Gómez abre las compuertas del siglo XX, por primera vez se ve una luz en oscuro túnel que venía desde el siglo XIX. Es cierto que el gobierno del General López Contreras ordena la demolición de la Rotunda y se lanzan al mar los grillos en Puerto Cabello, pero eso no significó el cese de la represión, del 36 al 40 se persiguen como “enemigos de la patria” a los llamados comunistas como Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Miguel Otero Silva, Juan José Palacios, José Antonio Mayobre, Raúl Leoní, Manuel Ramón Oyón ( de Ocumare del Tuy),Rodolfo Quintero, Miguel Acosta Saignes entre otros y se decreta la expulsión del país, La cárcel del cerro El Obispo ocupa el espacio de la Rotunda.
María Teresa Castillo, quien venía luchando desde la época gomecista junto a mujeres del temple y tenacidad de una Mercedes Fermín, desde la Federación de Maestros, fundada por Luís Beltrán Prieto en el año 31, Ana Mercedes Pérez, la primera reportera que tuvo Venezuela, Carmen Clemente Travieso, Imelda Campos, primera mujer que lanza como oradora ante una multitud en el Nuevo Circo de Caracas para condenar los hechos del 14 de febrero del 36; Luz Machado de Arnao, Ida Gramcko, Josefina Palacios. La mujer venezolana se abría paso y participaba en la construcción de aquella Venezuela, todavía sin instituciones sólidas, buscando el camino democrático, después de la muerte de Gómez.


María Teresa Castillo pasó un año detenida en la Jefatura Civil de la Pastora, por su vinculación como activista del movimiento comunista de la época, por revoltosa, la detuvo la policía repartiendo panfletos prohibidos y un periódico hecho por ellos mismos denominado “Aquí está” y también el semanario Tribuna Popular, órgano de Partido Comunista Venezolano en la clandestinidad.
Todas esa luchas de la mujer venezolana y sin embargo no tenían derecho al voto, mucho menos a ser electas para cargos representativos, los prejuicios todavía se mantenían y fue en el año 47, con la nueva Constitución aprobada por la Constituyente del trienio adeco, donde se estableció que las mujeres tenían derechos políticos, al igual que los analfabetos y se instituyó el voto, directo, universal y secreto, como piedra angular del sistema democrático representativo. En el año 1941 habían egresado sólo 5 mujeres de los claustros de la U.C.V. La primera mujer electa para un cargo representativo (Asamblea Constituyente 1947), fue la poetisa Lucila Velásquez, la primera mujer concejal fue Margot Boulton de Bottome, en Distrito Federal 1947. La primera mujer que se graduó de ingeniera civil en Venezuela fue otra cueña, la Dra. Elena Quiroba en 1944.

La actividad cultural organizada tiene antecedentes que se remontan al siglo XIX, en la ciudad de Caracas, pero en el año 1931 por iniciativa de María Luisa González Gragirena de Escobar, motivada por la necesidad de abrir un espacio a la mujer en el mundo de la creación intelectual y artística se funda el Ateneo de Caracas, tiene su primera sede entre las esquinas caraqueñas de Marrón a Cují y durante doce años es presidido por María Luisa Escobar. También fueron Presidentes del Ateneo: Anna Julia Rojas, Luz Machado, Alicia Larralde, Ana Mercedes de Morales Lara, Conny Méndez y después de la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958, es electa como presidenta María Teresa Castillo. Quien venía de ser reportera de Ultimas Noticias en 1941, integrante de la primera promoción de Periodistas de la U.C.V., Luchadora contra las dictaduras desde la época gomecista, exilada durante el régimen perezjimenista. María Teresa tuvo la visión necesaria para comprender que las luchas sociales y políticas carecen de base si no se alimentan del quehacer cultural y que la pervivencia de los valores de una nueva sociedad que nacía con el 23 de enero de 1958, no podían tener solamente el sustento político, era necesario promover las manifestaciones más altas del espíritu y es así como el Ateneo de Caracas se convierte en promotor de una compañía estable de teatro, dirigida inicialmente por Horacio Peterson y a partir de 1976 por Carlos Giménez con el nombre de Rajatabla. Se crea el Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral, institución que ha recibido el respaldo nacional y el apoyo económico de la UNESCO. Bajo su auspicio se han organizado y celebrado en Caracas varias ediciones del Festival Internacional de Teatro, hoy imitado positivamente por ciudades como Bogotá.
Además del desarrollo de una labor editorial, biblioteca, sala de exposiciones, dos salas de teatro y conciertos.
El Ateneo de Caracas presidido por nuestra coterránea María Teresa Castillo es hoy un modelo a seguir, no solamente por diversos Ateneos de Venezuela, sino a nivel continental. Es una lastima que los actuales promotores de la cultura oficial, no reconozcan los méritos y la obra de María Teresa Castillo cuando llega a los 100 años de fructífera vida, María Teresa como persona no necesita de ese reconocimiento, pero si su obra que es el Ateneo de Caracas. María Teresa tiene en su haber las más altas condecoraciones que se otorgaban en la desaparecida Unión Soviética, las más altas otorgadas por Cuba, Francia, UNESCO, la mitad de los países europeos, Latinoamérica e incluso de EE.UU. y los más importante tiene el reconocimiento de los artistas y creadores venezolanos, de su pueblo al que le ha dado lustre y tal vez es más humilde pero con el más grande de los amores y del respeto a su figura, el de los tuyeros y especialmente el de los cueños.
No podemos terminar estas cortas expresiones de justicia,sin decir: Ojalá Venezuela tenga en las nuevas generaciones, la fuerza juvenil, la rebeldía, la inconformidad, la capacidad organizativa, el humor, la visión, la tenacidad y el amor por Venezuela de María Teresa Castillo a sus 100 años.

Aclaratoria: Pedimos disculpas por el trato coloquial utilizado en este artículo, pero es imposible decirle Doña a una mujer que sigue siendo joven a pesar de sus 100 años.






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