23 de septiembre de 2011

AMÉN DE MARIPOSAS





AMÉN DE MARIPOSAS

El autor bajo el título de
Amén de mariposas

A LA EMBAJADORA NORTEAMERICANA
En México, El Año de 1914
porque, durante la ocupación de Veracruz
por tropas de su propio país, exclama:

"¡Esta es la danza de la muerte
y creo que nosotros tocamos el violín!"

y por lo que en sus palabras suena de admonitorio,
de desgarrador y quién sabe si hasta de maternal,

dedica

este poema
cincuenta años después,
cuando es más alegre el gatillo del violín,
cuando más tumultuoso el delirio de la danza.

"Mariposa:
caricatura de aeroplano.
Pulso de abismo,
erudita de pétalos.

Antes que las manos
en la pared te mataron ..
... los ojos de las niños...".

(Pedro M. Cruz
Raíces iluminadas)


Primer tiempo


1

Cuando supe que habían caído las tres hermanas
Mirabal
me dije:
la sociedad establecida ha muerto.

(Lapislázuli a cuento de todo emblema ruidoso
mentís en A referido a un imperio en agonía
y cuanto ha sido conocido desde entonces
me dije
y cuanto ha sido comprendido desde entonces
me dije
es que la sociedad establecida ha muerto)

Comprendí
que muchas unidades navales alrededor del mundo
inician su naufragio
en medio de la espuma
pensadora
y que grandes ejércitos reconocidos en el planeta
comienzan a derramarse
en el regazo de la duda
pesarosa.

Es que
hay columnas de mármol impetuoso no rendidas al
tiempo
y pirámides absolutas erigidas sobre las civilizaciones
que no pueden resistir la muerte de ciertas mariposas


2

Cuando supe que tres de los espejos de la sociedad
tres respetos del brazo y orgullo de los hombres
tres y entonces madres
y comienzo del día

habían caído
asesinadas
¡oh, asesinadas!

a pesar de sus telares en sonrisa
a pesar de sus abriles en riachuelo
a pesar de sus neblinas en reposo

(y todo el día lleno de grandes ojos abiertos)

roto el cráneo
despedazado el vientre
partida la plegaria
¡oh, asesinadas!

comprendí que el asesinato como bestia incendiada
por la cola

no se detendría ya

ante ninguna puerta de concordia
ante ninguna persiana de ternura
ante ningún dintel ni balaustrada
ni ante paredes
ni ante rendijas
ni ante el paroxismo
de los progenitores iniciales
porque a partir de entonces el plomo perdió su rumbo
y el sentido su rango
y sólo quedaba en pie
la Humanidad
emplazada a durar sobre este punto
escandaloso
de la inmensidad
del Universo

Supe entonces que el asesinato ocupaba el lugar
del pensamiento
que en la luz de la casa
comenzaba a aclimatarse
el puerco cimarrón
y la araña peluda
que la lechuza se instalaba en la escuela
que en los parques infantiles
Se aposentaba el hurón
y el tiburón en las fuentes
y engranaje y puñal
y muñón y muleta
en los copos de la cuna
o que empezaba entonces la época rotunda
del bien y del mal
desnudos
frente a frente
conminados a una sola
implacable definitiva
decidida victoria
muerte a muerte

¡Oh asesinadas!
No era una vez
porque no puedo contar la historia de los hombres
que cayeron en Maimón
y Estero Hondo
a unos pocos disparos de Constanza
en el mismo corazón del año de 1959
puesto que todo el mundo sabe que somos el silencio
aun en horas de infortunio

No era una vez porque no puedo contar la historia
de este viejo país del que brotó la América Latina
puesto que todo el mundo sabe que brotó de sus
vértebras
en una noche metálica denominada
silencio

de una vértebra llamada Esclavitud
de otra vértebra llamada Encomienda
de otra vértebra llamada Ingenio

y que de una gran vértebra dorsal le descendió
completa
la Doctrina de Monroe

No contaré esta historia porque era una vez no
la primera
que los hombres caían como caen los hombres
con un gesto de fecundidad
para dotar de purísima sangre los músculos de la
tierra.

La espada tiene una espiga
La espiga tiene una espera
La espera tiene una sangre
que invade a la verdadera

que invade al cañaveral
litoral y cordillera,
a todos se nos parece
de perfil en la bandera

la espiga tiene una espada
la espada una calavera.


3

Pero un día se supo que tres veces el crepúsculo
veces el equilibrio de la maternidad
tres la continuación de nuestro territorio
sobre la superficie de los niños adyacentes
reconocidas las tres en la movida fiebre
de los regazos y los biberones
protegidas las tres por la andadura
de su maternidad navegadora
navegable
por el espejo de su matrimonio
por la certeza de su vecindario
por la armonía de su crecimiento
y su triple escuela de amparo
habían caído en un mismo silencio asesinadas
y eran las tres hermanas Mirabal
¡oh asesinadas!
entonces se supo que ya no quedaba más
que dentro de los cañones había pavor
que la pólvora tenía miedo
que el estampido sudaba espanto
y el plomo lividez
y que entrábanos de lleno en la agonía de una edad
que esto era el desenlace de La Era
Cristiana


4

¡Oh dormidas!
¡oh delicadas!
qué injuria de meditar.

El mes de noviembre descendía sobre los hombros
como los árboles aún debajo de la noche y aún
dando
sombra.

¡Oh eternas!

El péndulo palpitaba las horas del municipio
y el pequeño reloj destilaba en silencio gota a gota
veinticinco visiones de un día llamado de noviembre.

Pero aún no era el fin
¡oh dormidas! aún no era el fin
aún no era el fin


Segundo tiempo

1

Cuando supe que una pequeña inflamación del suelo
en el Cementerio de Arlington
se cubría de flores y manojos de lágrimas
con insistencia de pabellones y caballos nocturnos
alrededor de un toque de afligida trompeta
cuando todo periódico se abría en esas páginas
cuando se hicieran rojas todas las rosas amarillas
en Dallas
Texas

me dije
cómo era presidencial
el nuevo mes de noviembre

ya millones de acres tocaron lo imposible
ya millones de acres ya millones de estatuas ya
millones
de muros de columnas y de máquinas
comprendieron de súbito
que el asesinato
no ha sido

ni un fragmento de minuto

calculado solamente para las cabezas semicoloniales
y sustantivas
de las tres hermanas Mirabal

sino

que este inédito estilo de la muerte
producto de las manos de los hombres
de manos de hermanos
(para todo el siglo)
muerte sana y artesana
(para todo el mundo)
provista de catálogo
(para todo el tiempo)
de número de serie oserial number
y venida de fuera o made in u.s.a.

fría inalterable desdeñosa desde arriba desde
entonces
esta muerte
esta muerte
esta muerte
asume contenido universal
forzosamente adscrita a la condición
del ser humano
en cuyo espectro solar figuran todas las fórmulas
personales

y todas las instancias puras

del individuo

tal

como va por la calle

como habitante de la ciudad con todo su derecho
como
continuador esencial del índice de población o séase
representante manufacturero indiferente agente de
seguros repartidor de leche asalariado guarda
campestre administrador o sabio o poeta o portador
de una botella de entusiasmo etílico donde están
convocadas todas las palabras

ciclamen platabanda metempsícosis
canícula claudia clavicémbalo
cartulario venático vejiga
trepa caterva mequetrefe
primicia verdulero postulante
palabras todas sustitutivas
palabras pronunciables
en lugar de presuntas actitudes
y todas las maldiciones y protestas
y las posiciones geométricas igual
que la rotura del sentido igual
que la rotura de una biela igual
que el desgarrón de la barriga igual
mente todo desquiciado y rom
pido todo maligno y amargo
todo reducido a sombra
y nadidad y oscuridad
y estadidad
palabras mentirosas llenas
de contenido impronunciable
y desechos del organismo
de cualquier muchacha igual
que de cualquier cachero igual
que el choque de la portezuela
del catafalco igual
fue esta universal investidura de la que no está exento
nadie nadie
ni yo
ni tú
ni nosotros ni ellos ni nadie
podridamente nadie

nadie

desde el mismo momento en que fueron golpeadas
ciertamente
profesionalmente
maquinalmente

tres de las hermanas Mitabal

hasta llegar
en punto
exactamente
al
fin fin fin
de la Era
Cristiana

(Oigamos
oigamos
esto retumba en el
más
absoluto silencio

muchas unidades navales en todos los océanos inician
su hundimiento después
de deglutir los archipiélagos
de miel envenenada
grandes ejércitos destacados en la entrada del mundo
comienzan a reintegrarse
a sus viejos orígenes
de sudor y clamor
en el seno de masas
populares

en el más
en el más categórico y el más
absoluto
silencio)

Porque
hay columnas de mármol impetuoso no rendidas al tiempo
y pirámides absolutas erigidas sobre las civi1izaciones
que no pueden resistir la muerte de ciertas mariposas

y calles enteras de urbes imperiales llenas de
transeúntes
sostenidas desde la base por tirantes y cuerdas de
armonía
de padre a hija de joven a jovenzuela de escultor a
modelo

y artilleros atormentados por la duda bajo el cráneo
cuyas miradas vuelan millares de leguas sobre el
horizonte
para alcanzar un rostro flotante más allá de los mares

y camioneros rubios de grandes ojos azules
obviamente veloces
que son los que dibujan o trazan las grandes
carreteras
y transportan la grasa que engendra las bombas
nucleares

Y portaviones nuevos de planchas adineradas
invencibles
insospechablemente unidos al rumbo del acero y del
petróleo
y gigantes de miedo y fronteras de radar y divisiones
aéreas
y artefactos electrónicos y máquinas infernales
dirigidas
de la tierra hacia el mar y del cielo a la tierra y
viceversa
que no pueden
resistir
la muerte
de ciertas
mariposas

porque la vida entera se sostiene sobre un eje de
sangre
y hay pirámides muertas sobre el suelo que
humillaron
porque el asesinato tiene que respetar si quiere ser
respetado

y las grandes imperios deben medir sus pasos
respetuosos
porque lo necesariamente débil es lo necesariamente
fuerte
cuando la sociedad establecida muere por los cuatro
costados

cuando hay una hora en los relojes antiguos y los
modernos
que anuncia que los más grandes imperios dcl planeta
no pueden resistir la muerte muerte

de ciertas ciertas
debilidades amén
de mariposas





Pedro Mir- República Dominicana





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Hermanas Mirabal

Las hermanas Mirabal, también conocidas como Las Mirabal o Las Mariposas (Patria Mercedes Mirabal, Minerva Mirabal y María Teresa Mirabal), fueron tres hermanas dominicanas que se opusieron fervientemente a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Una cuarta hermana, Bélgica Adela "Dedé" Mirabal, no tuvo un papel activo en las actividades contra el dictador. Cabe destacar que Patria Mercedes no tenía el mismo nivel de actividad política que sus otras hermanas. Ella las apoyaba, incluso prestaba su casa para guardar armamentos y herramientas de los luchadores, pero quienes siempre dieron la cara fueron Minerva y María Teresa. Esta última se unió a las actividades, al ver el ejemplo de sus hermanas.
Casa donde vivieron y crecieron las hermanas Mirabal.





Primeros años, estudios y activismo antitrujillista
Las hermanas Mirabal crecieron en un hogar rural acomodado de la sección Ojo de Agua, en el municipio de Salcedo. El padre de las hermanas, Enrique Mirabal, fue un exitoso hombre de negocios.
Estudiaron como internas en el prestigioso Colegio Inmaculada Concepción de La Vega, dirigido por monjas españolas de la Orden Terciarias franciscanas de Jesús y María, donde tanto Minerva como María Teresa destacaron por su inteligencia e interés en los estudios.
Cuando Trujillo llegó al poder, la familia Mirabal perdió casi toda su fortuna. Las Mirabal creían que Trujillo llevaría al país al caos y por ello entraron a formar parte de un grupo de oposición al régimen, conocido como la Agrupación política 14 de junio. Dentro de este grupo eran conocidas como Las Mariposas, pues ése era el nombre con que Minerva se identificaba en las relaciones políticas. Dos de las hermanas, Minerva y María Teresa, fueron encarceladas, violadas y torturadas en varias ocasiones. A pesar de estas situaciones, continuaron en su lucha por terminar con la dictadura. Después de varios encarcelamientos, Trujillo decidió terminar con las hermanas.



Trama de Trujillo, emboscada y posterior asesinato
El 18 de mayo de 1960, las hermanas Minerva y María Teresa habían sido juzgadas en Santo Domingo, al igual que sus esposos, por atentar contra la seguridad del estado dominicano. Se les declaró culpables y fueron condenadas a tres años de prisión. Todos comenzaron a purgar sus penas de inmediato, pero ellas no durarían mucho en la cárcel. En un gesto extraño, el 9 de agosto y por disposición expresa de Trujillo, Minerva y María Teresa Mirabal fueron puestas en libertad, mientras que sus maridos continuaron en prisión. Estas disposiciones de Trujillo tenían doble propósito: por un lado, pretendía demostrar su "generosidad"; por el otro, les daba la libertad a aquellas personas a quienes él quería seguir hostilizando, el caso de las Mirabal. No bien habían pasado un par de semanas de la libertad y ya existían informes sobre reuniones secretas contra el régimen encabezadas de nuevo por las hermanas Mirabal. Esto, sumado a las presiones internacionales entre muchas cosas por el atentado en Venezuela contra el presidente Rómulo Betancourt, por el que la OEA sancionó al estado dominicano con rompimiento de relaciones diplomáticas y económicas y la creciente caída de los diferentes regímenes dictatoriales en América Latina y en medio de un informe que inició de nuevo con los pasos que daban estas mujeres, rebosó la copa de la tolerancia de Trujillo, quien le ordenó al general Pupo Román un plan para desaparecer definitivamente a las hermanas Mirabal. Le recomendó usar al SIM para su ejecución. La primera medida que tomó Pupo Román fue el traslado de los presos a la cárcel de Salcedo, al parecer aparentando benevolencia, pues de este modo no tendrían que realizar largos viajes a la cárcel de La Victoria, que era donde cumplían sus penas los esposos En verdad, esto era el inicio de la capitalización del plan para la eliminación de las hermanas Mirabal. El general Pupo Román, cumpliendo las orientaciones de Trujillo, dejó en manos del SIM (Servicio de Inteligencia Militar), a la sazón dirigido por el Capitán de Corbeta de la Marina de Guerra Mayor Cándido Torres Tejada, quien había sustituido al siniestro Johnny Abbes, que se encargaba en ese momento de dirigir la campaña contra la Iglesia y a la emisora Radio Caribe, pero en verdad Abbes seguía dirigiendo con sus ideas y tras bastidores al organismo opresor. Para dar cumplimiento a la orden, Torres Tejada se dirigió a Santiago y le dio las instrucciones al jefe del SIM en la zona norte, el entonces teniente Víctor Alicinio Peña Rivera y, según escribe en su libro el propio Peña Rivera, éste le expuso el plan de la siguiente manera: "Vengo de parte del ministro de las Fuerzas Armadas, General Román, para que dispongas el traslado a Puerto Plata de los esposos de las hermanas Mirabal; la justificación del traslado será el descubrimiento de armas clandestinas dirigidas al movimiento que ellos encabezan; la idea es que ellos nos ayuden a determinar si las personas apresadas las pueden identificar como miembros del movimiento; una vez terminado esto, les puedes decir que serán regresados a Salcedo de nuevo. Una vez trasladados, les prepararás una emboscada en la carretera a las hermanas Mirabal. Deben morir, y se simulará un accidente automovilístico, ése es el deseo del jefe." Al día siguiente, el cabo de la Policía Nacional Ciriaco de La Rosa llegó a los cuarteles del SIM en Santiago para cumplir con el plan, solicitó cuatro agentes y un vehículo para conformar el escuadrón de acción, Peña Rivera asignó a Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, Néstor Antonio Pérez Terrero y Ramón Emilio Rojas Lora. El 18 de noviembre el escuadrón regresó sin cumplir la orden, alegando que las hermanas Mirabal viajaban con niños; el 22 de noviembre regresaron de nuevo, alegando las mismas causas, pero el 25 de noviembre se pudo comprobar que en esa visita no andaban con niños, sino con un chofer (Rufino de la Cruz) y otra de sus hermanas (Patria), y se decidió entonces ejecutar el macabro plan. Tras despedirse de sus respectivos maridos, en el patio de la fortaleza, las tres mujeres y el chofer salieron rumbo a Salcedo. Ya fuera de Puerto Plata, el jeep se desplazaba por la serpenteante Carretera Luperón y, al llegar al puente de Marapica, fueron detenidos por cuatro hombres que iban en un cepillo, el cual atravesaron en medio del puente. Las tres mujeres fueron obligadas, a punta de pistola, a subirse al asiento trasero del vehículo de sus verdugos, mientras tres de éstos se montaban con el chofer en el jeep, y se dirigieron hacia La Cumbre donde estaba la casa, en la que les esperaba el capitán Peña Rivera para darles las instrucciones finales.

Los dos vehículos entraron al patio de la casa. Las hermanas y el chofer fueron llevados a la fuerza por los sicarios dentro de la casa. De inmediato Peña Rivera hizo una seña a de la Rosa para que actuaran, y se retiró hacia una lejana habitación de la casa. Entró a la casa y los repartió entre sus otros tres compañeros que debían ejecutar el plan, al igual que pañuelos para ahorcar a las víctimas. Fue así entonces como durante varios minutos se emitieron quejidos y alaridos que no pudieron escucharse fuera de la estructura de la vivienda construida de adobe y forrada de caoba, y, con la respiración entrecortada, los sicarios dieron por teminada su labor de exterminio. Los cuerpos de las mujeres y el hombre ya no hacían ningún movimiento convulsivo, las apalearon hasta morir para luego introducir los cuerpos en el coche y simular un accidente de tráfico. El sargento de la Rosa se dirigió entonces al aposento donde estaba Peña Rivera y le dijo: "Señor, misión cumplida."
Casa donde vivieron las Hermanas Mirabal los últimos 10 meses de su vida.


Repercusiones
Trujillo creyó en el momento que había eliminado un gran problema. Sin embargo, el asesinato le trajo muchos inconvenientes y fue el principio de su desgracia. La muerte de las Mirabal causó gran repercusión en la República Dominicana. La publicidad resultante provocó que el pueblo dominicano se mostrara cada vez más proclive a apoyar a las Mirabal y sus ideales. Esta reacción contribuyó a despertar conciencia en el público y finalmente culminó con el asesinato del dictador el 30 de mayo de 1961.


Asesinos intelectuales
Rafael Leónidas Trujillo, Generalísimo y jefe de estado de la República Dominicana.
José René (Pupo) Román Fernández, Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas.
Cándido Torres Tejada, Jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia Militar en la estación central en Ciudad Trujillo.


Ejecutantes
Víctor Alicinio Peña Rivera
Ciriaco de la Rosa
Ramón Emilio Rojas Lora
Alfonso Cruz Valerio
Emilio Estrada Malleta, de origen cubano.
Néstor Antonio Pérez Terrero


Juicio e impunidad
En junio de 1962 se inició el juicio en contra de los acusados y cómplices del asesinato de las hermanas Mirabal y el chofer Rufino de la Cruz.
En el banquillo de los acusados fueron sentados los autores materiales del cuádruple crimen, Ciriaco de la Rosa, Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, Ramón Emilio Rojas Lora y Néstor Antonio Pérez.
Como cómplices fueron juzgados Sandito Almonte, Cándido Torres Tejada (ausente en el juicio), jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia Militar en la estación Central en Ciudad Trujillo, Víctor Alicinio Peña Rivera, jefe de Operaciones del SIM en el Cibao, Silvio Antonio Gómez Santana, Viterbo Álvarez (Pechito), Pedro Peña Ortiz y David Olivero.
El magistrado doctor Osvaldo B. Soto presidía el tribunal especial. El procurador fiscal era el doctor Rafael Valera Benítez, mientras que la parte civil estaba representada por los doctores Héctor Sánchez Morcelo, Ramón Pina Acevedo, Francisco Carvajal Martínez, Antonio Guzmán y Miguel A. Vásquez Fernández. El abogado de la defensa de los acusados fue el abogado de oficio Héctor Barón Goico. El tribunal condenó a los principales acusados a la pena máxima de 30 años, excepto a Ciriaco de la Rosa, que de manera insólita fue condenado a sólo 20 años por supuestamente colaborar con la aclaración del crimen, aunque realmente nunca las cumplieron. Tiempo después, y con la ayuda de grupos militares trujillistas, fueron provistos de pasaportes y sacados de la República Dominicana.
Ciriaco de la Rosa reveló, durante el juicio posterior al asesinato, lo siguiente:
Después de apresarlas, las condujimos al sitio escogido, donde ordené a Rojas Lora que cogiera palos y se llevara a una de las muchachas. Cumplió la orden en el acto y se llevó a una de ellas, la de las trenzas largas (María Teresa). Alfonso Cruz Valerio eligió a la más alta (Minerva), yo elegí a la más bajita y gordita (Patria) y Malleta, al chofer, Rufino de La Cruz. Ordené a cada uno que se internara en un cañaveral a orillas de la carretera, separadas todas para que las víctimas no presenciaran la ejecución de cada una de ellas.
Ordené a Pérez Terrero que permaneciera en la carretera a ver si se acercaba algún vehículo o alguien que pudiera enterarse del caso. Esa es la verdad del caso. Yo no quiero engañar a la justicia ni al pueblo. Traté de evitar el desastre, pero no pude, porque de lo contrario, nos hubieran liquidado a todos.
Estas declaraciones fueron desmentidas poco después, al descubrirse que el crimen ocurrió realmente en los terrenos de la casa de La Cumbre, pues Peña Rivera quería ver los cadáveres con sus propios ojos antes de ordenar tirarlos por el precipicio, pues tenía que dar un informe fidedigno a sus superiores.


Entierro
Dedé Mirabal conversa con periodistas en el Museo Hermanas Mirabal.
Las Mirabal están enterradas en Ojo de Agua, en las afueras de la ciudad de Salcedo, en la provincia Hermanas Mirabal en la República Dominicana. El lugar se ha convertido en un museo en su honor y está abierto al público. También hay allí una biblioteca, una librería y una tienda de recuerdos. Enterrados en el mismo lugar también están los restos de Manuel Aurelio Tavárez Justo, quien fue esposo de Minerva.


Controversia sobre el asesinato
En febrero de 2010 fue lanzado el libro "Trujillo, mi padre: En mis memorias, Angelita" de la autoría de Angelita Trujillo, hija del dictador Rafael Leónidas Trujillo, el cual habla en unos de sus capítulos sobre las hermanas Mirabal y su asesinato. El libro revela que José –Pupo- Román Fernández mandó a matar a las Mirabal por órdenes supuestamente de Luis Amiama Tió (uno de los ejecutantes de Trujillo) y Segundo Imbert Barrera (hermano de Antonio), y desligó a su padre del hecho.1 Después de esas revelaciones del libro, las protestas en el país no se hicieron esperar y calificaron como sofisma su contenido.2


Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y otros homenajes
En honor a esta valiente mujer junto a sus hermanas, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer. Esto fue establecido en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Bogotá, Colombia, en 1981.
En Ojo de Agua se conservan sus trajes, sus pertenencias y sus habitaciones tal y como estaban en el momento de su muerte. La finca se ha convertido en un museo que puede ser visitado. No lejos de allí vive la única hermana Mirabal que no fue asesinada: Dedé.
La escritora norteamericana de origen dominicano Julia Álvarez escribió una novela basada en las hermanas Mirabal, con el título En el tiempo de las mariposas (In the Time of Butterflies), que luego fue llevada al cine por Mariano Barroso.
Una de las estaciones del Metro de Santo Domingo lleva su nombre.
El 2 de octubre del 2007 se emitió un billete de 200 pesos alusivo a las hermanas Mirabal.


Filmografía
Año / Película / Director
2001 En el tiempo de las mariposas (TV) Mariano Barroso
2007 Oriundos de la noche (Documental) Javier Balaguer
2008 Crimen Etzel Báez
2009 Codename: Butterflies (Documental) Cecilia Domeyko
2010 Trópico de sangre Juan Delancer


Museo donde descansan los restos de las hermanas Mirabal.







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