
CORREO ELECTRÓNICO
Querido Alá,
No tengo que hablarte a ti
como lo hizo Mohammed al Maghout
ni tampoco como Fadhil al Azzawi.
Ahora tengo correo electrónico
y me puedes contestar
seleccionando la opción responder.
Muchas preguntas me inquietan
y tú debes darme una respuesta.
Entretanto ya cumplí cuarenta y cinco
y creo ser lo suficientemente sabio
como para decirte cuáles son tus deberes
¿Qué te la pasas haciendo todo el día?
¿Lees los periódicos?
¿Escuchas la radio?
¿Escuchaste algo de las Oraciones del Viernes?
¿Algo sobre Irak,
la tierra en que se alaba tu nombre?
¿Por qué no haces nada?
¿Estás muerto?
¿Es sólo una estatua tuya la que vemos?
Sólo quiero saber
porque entretanto ya cumplí cuarenta y cinco
y todavía no sé cuál es tu función en mi vida.
Aquí encontrarás la información necesaria para contactarme:
número de fax y teléfono
y mi correo electrónico.
Quedo en la espera de una exhaustiva explicación tuya.
No tengo más tiempo que perder.
Contigo
con todo mi respeto,
Salah Hassan
Salah Hassan- Irak
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