6 de septiembre de 2011

CUANDO FUE A LA CÁRCEL







Cuando fue a la cárcel después de cien Domingos,
le dijeron: Su hijo murió el Viernes pasado.
Domingo tras Domingo lo estaba presintiendo.
Sabía. No lloró. Y en el primer ribazo
sacó unas medias negras de su bolsa, y dejó
la tortilla y la lata que le llevaba al preso.
Se estiró bien las medias negras y, sin palabras,
marchó hacia la estación como una castellana,
sin llorar, bien erguida, bien puesta, y alta, alta.



Gabriel Celaya- España




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