29 de septiembre de 2011

VIEJA HISTORIA








Vieja historia

Era una vez un hombre que estaba pescando, María. ¡Hasta que agarró un pececillo! Pero el pececillo era tan pequeñito e inocente, y tenía un azulado tan indescriptible en las escamas, que al hombre le dio pena. Y le sacó cuidadosamente el anzuelo y untó con yodo la garganta del pobrecillo. Después, lo guardó en el bolsillo trasero de los pantalones para que el animalito se curase en lo caliente. Y desde entonces se hicieron inseparables. A donde iba el hombre, el pececillo le acompañaba, al trote, como un perrillo. Por las calles. En los ascensores. En los cafés. ¡Qué emocionante era verlos en el "17"!: el hombre grave, de negro, con una de las manos sosteniendo la jícara de humeante moka, con la otra leyendo el periódico, con la otra fumando, con la otra cuidando al pececito, mientras este, silencioso y levemente melancólico, sorbía naranjada por una pajita especial...

Bueno, pues un día, el hombre y el pececito se paseaban a lo largo del río donde el segundo de los dos había sido pescado. Y he aquí que los ojos del primero se llenaron de lágrimas. Y dijo el hombre al pececito:

"No, no me asiste el derecho de guardarte conmigo. ¿Por qué robarte por más tiempo al cariño de tu padre, de tu madre, de tus hermanitos, de tu tía soltera? ¡No, no y no! Regresa al seno de tu familia. ¡Y viva yo aquí en tierra siempre triste!..."

Dicho esto, derramó abundante llanto y, desviando el rostro, tiró el pececito al agua. Y el agua formó un remolino, que fue después serenándose, serenándose..., hasta que el pececito murió ahogado...



Incluido en Antología de la poesía brasileña. Desde el Romanticismo a la generación del cuarenta y cinco (Editorial Seix Barral, Barcelona, 1973, trad. de Ángel Crespo).






Mario Quintana- Brasil







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Mario de Miranda Quintana fue un poeta, traductor y periodista brasileño. Se le considera uno de los mayores poetas del siglo XX de Brasil. Nació prematuramente la noche del treinta de julio de 1906 en la ciudad de Alegrete, situada en la frontera oeste del estado de Río Grande del Sur. Sus padres, el farmaceuta Celso de Oliveira Quintana y Virginia de Miranda, le enseñarán la que sería una de sus mejores formas de expresión: la escrita. Coincidentemente, eso ocurrió en las páginas del periódico Correio do Povo, donde, en el futuro, trabajaría Mario Quintana por muchos años.

Desde niño Quintana comienza a aprender la lengua francesa, idioma muy usado en su casa. En 1915 todavía estudia en Alegrete y allí concluye la escuela primaria. A los trece años, en 1919, va a estudiar, bajo régimen interno, en el Colegio Militar de Porto Alegre. En esa época principia a borronear sus primeras líneas y publica sus iniciales trabajos en la revista Hyloea de la Sociedad Cívica y Literaria de los Alumnos del Colegio Militar.

Cinco años después, por motivos de salud, abandona el Colegio Militar y va a trabajar como cajero en la Librería del Globo, contrariando a su padre quien quería que su hijo fuera médico. La Librería del Globo era una editorial de renombre nacional. Mario Quintana permanece trabajando en la librería tres meses. A los diecisiete años publica un soneto en el periódico de Alegrete, con el seudónimo de JB.

En 1925 retorna a Alegrete y pasa a trabajar en la farmacia de su padre. En los dos años siguientes la tristeza marca la vida del joven Mario: la pérdida de sus padres. Primero muere su madre, en 1926, y al año siguiente, su padre. Mas la alegría tampoco estuvo ausente. Su cuento “El séptimo personaje” es premiado en el concurso promovido por el Diario de Noticias de Porto Alegre. La revista Para Todos, de Río de Janeiro, publica uno de sus poemas por iniciativa del director.

Corre ya el año 1929 y Mario ya ha celebrado su vigésimo tercer cumpleaños cuando ingresa a la redacción del periódico O Estado do Rio Grande a traducir telegramas y dirigir una sección llamada “O Jornal dos Jornais”.

La Revista do Globo y el Correio do Povo publican sus poemas en 1930, año en que surge el movimiento liderado por el político Getúlio Vargas y el Estado do Rio Grande fue cercado. Quintana parte para Río de Janeiro y se alista como voluntario en el Séptimo Batallón de Cazadores de Porto Alegre. Seis meses después retorna a la capital de Río Grande y reinicia su trabajo en la redacción del periódico de esa ciudad.

En 1934 la Editorial Globo publica la primera traducción de Quintana. Se trata de una obra de Giovanni Papini, titulada Palabras y sangre. A partir de ahí le sigue una serie de obras francesas traducidas para la misma editorial. El poeta es responsable de las primeras traducciones en Brasil de obras de autores afamados como Voltaire, Virginia Woolf, Charles Morgan y Marcel Proust, entre otros.

Dos años después, Quintana decide dejar la Editorial Globo y trasladarse a la Librería del Globo. En 1939, Monteiro Lobato (uno de los más influyentes escritores de literatura infantil en Brasil en el siglo XX) lee los doce cuartetos de Quintana en la revista Ibirapuitan de Alegrete y le escribe al poeta encomendándole un libro. Quintana escribe entonces “Espelho Magico”, el cual no será publicado sino hasta 1951, con un prefacio de Lobato.

En la década de 1940, Quintana es objeto de elogios de los mayores intelectuales de la época y recibe una indicación para ingresar a la Academia Brasileira de Letras que nunca se concretizó. Acerca de eso, él compone, con su conocido buen humor, el renombrado “Poeminha do Contra”.

Como colaborador permanente del Correio do Povo, Mario Quintana publica semanalmente “Do Caderno H” que, de acuerdo con él mismo, se llamaba así porque era redactado a la última hora, la hora “H”. La publicación dura, con breves interrupciones, hasta 1984. De este periodo es también la edición de A Rua dos Cataventos, que pasa a ser utilizado como libro escolar.

En agosto de 1966 el poeta es homenajeado en la Academia Brasileira de Letras por los ilustres poetas Manuel Bandeira y Augusto Meyer. Este mismo año su obra Antologia Poética recibe el “Premio Fernando Chinaglia” por el mejor libro del año. Al año siguiente se le otorga el título de Ciudadano Honorario de Porto Alegre. Este homenaje concedido en 1967 y una placa de bronce colocada en la plaza principal de su tierra natal, Alegrete, en 1968, siempre serán citados por Quintana como motivo de orgullo. Nueve años después recibe la mayor condecoración que el Gobierno de Rio Grande do Sul concede a las personas que se destacan: la medalla “Negrinho do Pastoreio”.

La década del ochenta trae diversos honores al poeta. Primero vino el “Premio Machado de Assis”, de la Academia Brasileira de Letras, por el conjunto de su obra. Más tarde, en 1981, el homenaje llegó de la Cámara de la Industria, Comercio, Agropecuaria y Servicios de Passo Fundo, durante la jornada de Literatura Sul-rio-grandense, de Passo Fundo.

En 1982 otro importante homenaje distingue al poeta. Es el título de doctor honoris causa concedido por la Universidad Federal de Rio Grande do Sul. Ocho años después, otras dos universidades, la Unicamp, de Campinas, y la Universidad Federal de Río de Janeiro, también le otorgan el mismo título. Mas, tal vez, el más importante reconocimiento que le fue manifestado fue el de llamar “Casa de la Cultura Mario Quintana” al Hotel Majestic, donde el poeta había residido de 1968 a 1980.

Para conmemorar los ochenta años de Mario Quintana en 1986, la Editorial Globo publica Ochenta años de poesía. Tres años después Quintana es elegido “Príncipe de los Poetas Brasileiros” por la Academia Nilopolitana de Letras, el Centro de Memorias e Información de Nilópolis y por el diario carioca La Voz.

En 1992, su libro A Rua dos Cataventos logra una edición conmemorativa por los cincuenta años de su primera publicación.

Mario Quintana fallece en Porto Alegre el día 5 de mayo de 1994, próximo a cumplir ochenta y ocho años. Después de su muerte los homenajes no han cesado. Con motivo del centenario de su nacimiento la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul editó una Antologia Poética, bilingüe, portugués-chino.



Se considera a Mario Quintana como uno de los escritores que tienen mayor afinidad con la poesía china. Quintana es muy estudiado por los poetas contemporáneos de Brasil que en él encuentran un maestro precursor en la búsqueda de la ampliación de sus modelos literarios por el diálogo con la poesía de China. El propio Mario Quintana tradujo del inglés las obras del escritor chino radicado en los Estados Unidos, Lin Yutang.

Mario Quintana llegó a publicar treinta y cuatro libros, la mayor parte, volúmenes de poemas. Él en una ocasión afirmó: “Todo poema es, para mí, una interjección ampliada, algo instintivo y cargado de emoción”. La poesía de Mario Quintana elude lo complejo, carece de rebuscamientos y es intensa y vital. Siempre tuvo predilección por los aforismos y las máximas, los cuales reescribía o reelaboraba hasta convertirlos en poemas nuevos y lúcidos. Sus poemas parecen medidos con exacta precisión y revelan una gran influencia de la mejor poesía francesa. Sus mejores libros son A Rua dos Cataventos (1940), Sapato Florido (1948), O Aprendiz de Feiticeiro (1950) y Espelho Magico (1951), poemarios que van de la cotidianidad intimista, pasando por el estoicismo, hasta alcanzar el fulgor surrealista. Rechazó la poesía excesivamente combativa y los experimentalismos extremos y absurdos. Estuvo más cerca de los poetas modernistas como Manuel Bandeira y Cecilia Meireles y del novelista Érico Veríssimo.

Resulta notable el que el poeta Mario Quintana nunca tuvo casa propia ni familia inmediata. Siempre vivió en hoteles. Acaso esto se deba a la naturaleza de su carácter marcado por el desapego y la sencillez.




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