18 de octubre de 2011

EL NOMBRE




EL NOMBRE

Me adormezco durante el viaje en coche
y me detengo bajo los árboles, junto al camino.
Me acurruco en el asiento trasero y duermo.
¿Cuánto tiempo? Horas. La oscuridad
alcanza a caer.


De pronto estoy despierto y no me reconozco.
Estoy bien despierto, pero eso no me ayuda.
¿Dónde estoy? ¿QUIÉN soy? Soy algo que
despierta en un asiento trasero, algo que se
revuelve, con pánico, como un gato en una bolsa.
¿Quién?


Por fin viene mi vida de regreso. Mi nombre
llega como un ángel. Fuera de los muros suena
un toque de trompeta y los pasos salvadores
llegan rápida, rápidamente descendiendo
la demasiado larga escalera. ¡Soy yo! ¡Soy yo!


Pero imposible olvidar la lucha de los quince
segundos en el infierno del olvido, a pocos
metros de la carretera por la que
fluye el tráfico con luces encendidas.

(Traducción de Roberto Mascaró)






Tomas Tranströmer- Suecia





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Tomas Tranströmer. Poeta, psicólogo y traductor sueco nacido en Estocolmo, en 1931.
PREMIO NOBEL DE LITERATURA AÑO 2011
Debutó a los 23 años de edad con el poemario 17 Poemas (1954). Durante la década de los 60, Tranströmer fue acusado por poetas más jóvenes de estar de espaldas a las cuestiones de su tiempo. Se lo consideró demasiado poético y poco político; se consideró que había en su poesía demasiada contemporaneidad con Horacio y demasiada poca con Marx. Otras obras importantes suyas son Mörkseende (1970) y Stigar (1973). En 1990 sufrió un derrame cerebral que afectó su capacidad de hablar, y al día de hoy ha perdido incluso su capacidad sintáctica. Un año antes había publicado su décimo poemario Para vivos y muertos (1991). Luego de unos años de silencio publicaría La góndola fúnebre (1996). Es autor también de un libro de memorias Minnena ser mig (1993). Hoy día puede leerse a Tranströmer en, al menos, 51 idiomas diferentes. Y junto a Swedenborg y Strindberg, es uno de los escritores suecos que más ha influido en la poesía universal. La experiencia personal y propia juega en la poética de Tranströmer un papel preponderante: en torno a una simple imagen se abren puertas hacia juegos psicológicos e interpretaciones metafísicas. Su literatura ha ido conformando un almacenamiento artístico y humano, una imaginación surrealista en la que una huella es vista como una alfombra mágica, y las sombras de los árboles son números negros. Una poética en la que aparecen las fuentes antiguas, especialmente biblicas, y donde tanto la mística cristiana como la poesía barroca han vivificado sus versos. © Mónica Saldias




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