22 de octubre de 2011

FUMAR EN SARAJEVO





Fumar en Sarajevo

Con cinco cajetillas de Marlboro
le puedes susurrar obscenidades
a una muchacha complacida
sobre la que derramarás un hijo
que no sabrá tu nombre.

Con tres te agencias una lata
de carne con un sello de la O.N.U .
pero sin fecha de caducidad.
El hambre es un barato alucinógeno
que convierte los gatos en ternera.

Un cigarrillo vale para entrar
en el Obala, el único cinema
que aún funciona en Sarajevo.

Ahora proyectan una de Woody Allen.
Ya sabes, los problemas cotidianos
de unos burgueses que se buscan
a sí mismos en el gran caos urbano
y las grandes preguntas sin repuestas:
¿de dónde vengo? ¿a dónde voy?
¿puede vivirse bien con sólo un sueldo?
¿es pecado morderse las uñas en vigilia?






Juan Bonilla- España





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