12 de octubre de 2011

XXVII, por Ángela Barraza Risso




XXVII

En vano nos envalentonamos con las historias
que nos contaron hace más de quince años
tomamos partido
nos calzamos el chaleco de alpaca, cancionero en mano de la
Mercedes Sosa
guardamos en el morral una quena, un libro de poesía
y tabaco para hacernos un cigarrito.
Incluso aprendimos a tocar guitarra. Leímos a Marx, a Engels
y a Stalin
a la Marta Harnecker, de noche leíamos a Marcuse (nos
informamos).
Nos compramos un marca páginas del Che, postales de Neruda
no supimos qué hacer con tanto aparataje
que aun tenemos guardado en una caja y que miramos
de vez en cuando con alegría
y vergüenza por la nostalgia


El viento ha barrido con algunas hojas otoñales
y en julio de cada año se inunda la ciudad con las lágrimas
de todos los que lloran en nuestros sueños.

Se modificó el lenguaje y sólo queda un alegato pobre
porque las palabras de antes no son capaces de describirme
ahora.

En algún momento sucedió que se nos quebró el diálogo
mientras masticábamos la razón
y nos preocupábamos de lo que pensarían las ventanas.

Los ojos se nos poblaron de amaneceres en tránsito: Puente Alto,
La Florida, Macul, Ñuñoa, Providencia, siempre es de día en Providencia.

Resulta que el Copelia ahora es muy caro
demolieron el Paula, desaparecieron la Apsi, la Bicicleta, la
Hoy, la Vea como solía ser
y a cambio nos dejaron la miss 17, la Cosas y la Caras.

Inti-Illimani sólo toca en las fondas VIP
Allende y Pinochet son estampados de tazones cool
que se venden al por mayor en la misma tienda,
los 11 de septiembre de cada año se suceden cada vez con menos
minutos en los noticiarios
y el sistema crediticio nos ha puesto en el primer lugar
de América latina en calidad de vida.

Me parece increíble mirar hacia atrás y ver
lo tan poco o casi nada que se tiene guardado
en alguna parte del cuerpo, por no decir en la memoria
como si la historia política de los hijos de los trabajadores
fuese una de las carteras viejas de mamá, esperando el día fatal
de aquel aseo de domingo por la mañana
(porque mamá sólo estaba en casa los sábados y domingos)
en los que solía ordenarlo todo descartando aquello
que no había sido usado por largo tiempo


SOLA SIERRA, un esmalte seco de uñas
JOSÉ TORIBIO MERINO, una carpeta de cartón amarillenta
MANUEL BUSTOS, un porta carnet rojo abierto por algún lado
JAIME GUZMÁN, revistas viejas de tejido
GENERAL PRATS, un santito de bautizo del hijo de una compañera
de trabajo
GUSTAVO LEIGH, remedios vencidos

Mamá cansada con todo disperso alrededor, se sienta al borde
de la cama, enciende un cigarrillo en el que quema otro resto de
memoria mientras se mira los zapatos pensando y luego sigue

HORTENSIA BUSSI, un ramo seco y despeinado del domingo de
ramos
ALBERTO BACHELET, un vestido de fiesta talla M
JECAR NEGHME, un cojín plástico, inflable, pinchado
SALVADOR ALLENDE, una bata vieja manchada con tintura
ORLANDO LETELIER, un cassette de Locomia
JOSÉ TOHÁ, un calendario triangular de sobremesa Summa

En todas estas cosas se nos va yendo la vida, a cambio de todo
lo que bota van apareciendo cosas nuevas. Ella nunca dice que todo tiempo pasado fue mejor, sino que se empeña fuerte en seguir hacia adelante, a pesar de que le queda poca fuerza y, sin
embargo, sigue

TUCAPEL JIMÉNEZ, un palillo huacho
MIGUEL ENRÍQUEZ, una caja de perfume
GLADYS MARÍN, unos zapatos azules de taco aguja, sin tapillas
GATO ALQUINTA, una plancha sin cordón
PATRICIA VERDUGO, una peineta plástica amarilla muy sucia
AUGUSTO PINOCHET UGARTE, una medalla de san Benito oxidada

pero invariablemente termina viendo fotografías tamaño
carnet que encuentra en billeteras viejas y contando las mismas historias de mañanas de domingo. Es ahí cuando se acaba el orden y quedan algunas cosas que se salvan para otra batalla de exterminio.

Generalmente escoge una foto al azar y la pone a la vista en
el vértice de un galvano, cuadro o espejo. Desde esos vértices una niña igual a mí, que viste uniforme escolar, insiste
en buscarme antes de que vuelva a mi casa y dice al verme:

Al contemplar tu mirada tan triste
vuelvo a pensar en ayer


Angela Barraza Risso- Chile





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ÁNGELA BARRAZA RISSO
Cursó estudios de filosofía en las Universidades de Santiago de Chile y Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; y de Perito criminalístico en la UTEM.
Durante el año 2002 dirige la revista de filosofía Lenguas Muertas en la USACH.
Ha participado de los encuentros de poesía:
V Encuentro de Poesía de San Felipe (2007); Encuentro de Poesía Riesgo País en Valdivia (2008); Descentralización Poética, San Bernardo (2009); RUDA (2009); La Ronda, Montevideo (2009); P.P.P. en la Facultad de Letras de Universidad de Chile; Los Desconocidos De Siempre (2009, 2010); En 2009 participa del ciclo de lecturas poéticas Antología en Movimiento leyendo junto al poeta ruso Yevgeny Yevtushenko y también lee junto al poeta Nicaragüense Ernesto Cardenal en un tributo rendido a su honor, ambas actividades en la casa museo La Chascona de la fundación Pablo Neruda.

Sus poemas figuran en la Antología Histórica de los talleres de poesía de Balmaceda Arte Joven, publicada el 2009 en ediciones de Balmaceda arte Joven y también en el Catalogo del XXIX Concurso de Arte y Poesia Joven de la Universidad de Valparaíso y en la I Antología de poesía Política de editorial Quimantú.

Individualmente ha publicado seis plaquetas por Editorial Fuga tituladas: Cotidiana; Moradas; 6 poemas para leer en el parque; Tres poemas y un beso; Dos poemas para leer un lunes cualquiera e Inventario Colectivo.

Ha participado de la Feria Internacional del Libro en la ciudad de San José de Mayo en Uruguay y en tres oportunidades la Feria Internacional del Libro de Santiago, en el año 2009 junto al poeta y editor argentino Carlos Aldazábal y, posteriormente, junto al taller de poesía de la Fundación Neruda y en el año 2010 junto a los poetas Pablo Paredes, Víctor López, Juan Carlos Urtaza.

Ha obtenido la Beca del taller de poesía la Fundación Pablo Neruda en dos oportunidades, una en la Sebastiana, Valparaíso (2008) y en La Chascona, Santiago (2009).

En 2007 obtiene la primera mención honrosa en el XXIX Concurso de Arte y Poesia Joven de la Universidad de Valparaíso.
En 2008 obtiene la Beca a la creación literaria del CNCA por su proyecto escritural Moradas.
En 2010 obtiene la primera mención honrosa en el concurso nacional de poesía Eduardo Anguita en la ciudad de Linares.

Poemas suyos fueron traducidos al polaco y al alemán para ser lanzados desde el aire en las ciudades de Varsovia en Polonia (2009) y Berlín en Alemania (2010) junto a los poemas de otros 30 poetas chilenos, dentro de la acción de arte del colectivo Casagrande.

En el año 2010 se desempeña como profesora del Taller de poesía del Liceo José Victorino Lastarria y del Taller de creación literaria del Liceo 7 de niñas de Providencia.
Actualmente realiza el taller de POESÍA POLÍTICA en el Bar Estación Terminal.

Desde el año 2009 hasta la fecha, es organizadora y animadora del ciclo de lecturas poéticas LOS DESCONOCIDOS DE SIEMPRE.

Desde 2007 a la fecha es editora de Editorial Fuga.




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