
Terrorismo enmascarado
Abolida la pena de muerte
y sin juicio previo,
verdugos que antes eran vuestros amantes
han hecho de vosotras
sus víctimas.
Las torturas psicológicas
y el miedo eran los barrotes
de la celda en que se convirtió
vuestro hogar.
¡Cuántas mujeres
hay todavía en el corredor de la muerte,
que es el paso del tiempo sin ayuda,
maltratadas dentro de la prisión
del silencio¡
Víctimas de un terrorismo
que pone minas de intolerancia,
alambrada de incomprensión
a vuestro canto de libertad,
a vuestra voz que sale y grita
con las heridas,
con la sangre que escribe
como epitafio:
Porque amamos la vida
reivindicamos nuestra identidad.
Assumpció Forcada- España
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