25 de diciembre de 2011

DESDE ESTA PRISIÓN VEO TUS OJOS













Desde esta prisión veo tus ojos




I.


Desde esta prisión veo tus ojos
dibujo tu esfera de rostro
tu sonrisa transparente
tu ceño sin fruncir no está
y tampoco hace falta.


Desde aquí
escucho a los gorriones discutir
por tus espacios.
Los que no transitas y reclamas
aún sin presenciarlos
sin detenerte a abrazarme
me tocas
me acaricias la melena enmarañada
juegas con algún rizo.


Desde aquí no pesan las cadenas
no me faltan las porciones de alimento
o de aire
o de llantos.
No me inclino ante tus dioses
se recrudece nuestra historia
sueño que algún creador no me abandona
aún con mi fanfarria
con mi perfidia
con mi temeridad.


Esta cárcel sabe a caramelo mohoso
mis lenguas lamen conforme pasa el tiempo
los barrotes todos.
Mis lenguas se hacen viperinas
en el ejercicio de tu negación tres veces.
Se cruzan y se dividen cual medusa traidora
soy tu judas iscariote
sangro clavos
bebo espinas
sigo aquí
encerrada en esta herrumbre que se deforma
pero no se derrumba
y se pudre.




II.


El silencio es ese punto que penetro
en las sienes de las paredes
en el seto de tus músculos alertas
y el concreto despierto de mi epidermis
cuando me siento y miro el olvido
y observo la pelambre de las sombras
te han traído a destiempo
te han regado en mi regazo
unos días antes de la desesperanza.


Es ese invento que nace de mis ecos
aderezados de gargantas libres,
suspiros bajos
jadeos adornados de tus decibeles disciplinados
los que no deben derramarse al otro cuarto
en donde echa canas la abuela
en donde va a escucharme la casa,
tu hogar que es cómplice de mis lamentos
conspirador de mis arqueadas de espalda.


Silencio de rotura de manguillos de trajes blancos,
bajura de temperaturas,
lenguas frías después de los orgasmos
los múltiples
los de colores traslúcidos como vitrales.


Silencio de accesorios que no titilan
de campanitas que no trepidan
de dientes que te recorren en el absoluto insonoro
y en la carencia muda de fuegos
niña de fuego
bruja blanca de fuego
vapores y volcanes sigilosos.


El silencio es ese espacio en donde me vuelvo monocromática
en donde me duelen las cicatrices y no hay azules
en donde se vuelcan los mantras empeñados en permanecer
en no disasociarse de la cama de pilares
de las venas que pulsan nuestro entorno
del terreno baldío en donde busco la ausencia de ruidos
donde elimino la concentración de la nada
la monotonía del ya no soy.


Poema seleccionado para el libro "La mujer rota"
LITERALIA EDITORES
GUADALAJARA, JALISCO, MEXICO









Yolanda Arroyo Pizarro- Puerto Rico






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Yolanda Arroyo Pizarro (Guaynabo, 1970). Es escritora puertorriqueña. Ha sido elegida como una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá por motivo de celebrar a Bogotá como Capital Mundial del libro 2007. Ha sido merecedora de varias premiaciones literarias a nivel nacional e internacional; seis en Argentina, una en Chile, siete en Puerto Rico. Algunos de sus cuentos confluyen en las revistas culturales Identidad de la UPR Aguadilla, Revista Púrpura, Preámbulos y Tonguas de la UPR Río Piedras. Es autora de los libros de cuentos, Ojos de Luna (2007) y Origami de letras (2004), además de una novela Premio PEN Club 2006, Los documentados (2005).


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