19 de diciembre de 2011

EUROPA



EUROPA


I


¡Europa, sueño futuro!
¡Europa, mañana por venir,
fronteras sin perros de guardia,
naciones com su risa franca
abiertas de par en par!


Europa sin miserias arrastrando sus andrajos,
¿vendrás un día, vendrá el día
en que renazcas purificada?
¿Serás un día el hogar común de los que nacieron
en tu suelo devastado?
¿Sabrás renacer, Fénix, de las cenizas
en que arda al fin, falsa grandeza,
la gloria que tus pueblos se soñaron,
— cada uno queriéndote toda para si?


¡Europa, sueño futuro,
si algún día ha de ser!
¡Europa que no supiste
oír del fondo de los tiempos
la voz clamando en la tiniebla
que grandeza no era
ser pródiga solo del espíritu
si del pan era avara!
Tu grandeza la hicieron
los quenunca preguntaron
la raza a quien servían.
¡Tu gloria la ganaron
manos que libres de cadenas
en un sueño siempre por alcanzar!


¡Europa, oh mundo a crear!


Europa, oh sueño por venir
mientras no bajen a la tierra
las voces que ya moldearon
tu figura ideal.
¡Europa, sueño increado
tu espíritu sobre las aguas!


Europa sin miserias arrastrando sus andrajos,
¿vendrás un día, vendrá el día
en que renazcas purificada?
¿Serás un día el hogar común de los que nacieron
en tu cuerpo dividido?


¡Europa, tú vendrás solo cuando entre las naciones
el odio no tenga la última palabra,
el odio no guíe a la mano avara,
la mano no dé aliento al ronco son de entierro
de los cofres dirigiendo la sangre del rebaño,
y del rebaño muerto, al fin, a la luz del día,
el hombre que soñaste, Europa, sea vida!




II
¡Oh civilización muerta!
¡Tu sangre putrefacta, nunca más!
¡Cadáver tieso, resecado,
a la fosa, a la fosa!


¡Tu canto nuevo, ese sí!
¡Purificado,
tu nombre Europa,
el mal que fuiste, redimido,
el bien que diste,
repartido!


Ahí va el cadáver adornado con discursos,
floreciendo en llaga, en pus, en asco...
Cadáver adornado con guerras de fronteras,
ficciones para servir al sueño de violencia,
máscaras de ideal cubriendo viejas rabias...
¡Vé, cadáver adornado de crímenes,
que los sepultureros sin descanso,
encuentran toda la tierra poca,
ya ninguna sangre les alcanza!


Sobre el cadáver bailan
su danza de tus sepultureros.
Cuervos de negro aurgurio
chupan tu sangre de desgracia.
¡Haya más sangre, pero bailan!
¡Y tú llevada, tú danzando
los pasos de tu baile
funerario!


¡Pero de la sangre nacerás,
o nunca más, Europa del porvenir!


¿Y mano que te detenga
a orillas del abismo?
¡Nacerán de la sangre!


La sangre enseñará,
— o nueva esclavitud
mayor ha de enlutar
a tus campos sembrados
de horcas y tiranos.


¡De sangre bañarás
tu cuerpo atormentado
y, Fénix, vivirás!


III
En la yerma soledad glacial de la tiniebla
los que no murieron velan.


En olas sucesivas de descargas


La muerte segó a nuestros hermanos.


El miedo ronda,
el odio acecha.
Todos los hombres están solos.


¿Llegará aún la madrugada?


Van cayendo uno a uno en la lucha sin trincheras,
y de noche parece que no tendrá nunca madrugada,
pero cada gota de sangre es ahora simiente de rebelión,
de la rebelión que barrerá de la faz de la tierra,
los sacerdotes siniestros del terror.
La rebelión floreciendo en esperanza
de los brazos y la bocas que quedaron.


La traición ronda,
La muerte acecha.


Una conmoción de banderas al viento...
Clarines de aurora, a lo lejos...


Los que no murieron velan.




IV
Yo hablo de las casas y de los hombres,
de los vivos y de los muertos:
de lo que pasa y no vuelve nunca más...
No me vengan a decir que estaba matemáticamente previsto,
¡ah, no me vengan con teorias!
Yo veo la desolación y el hambre,
las angustias sin nombre,
los pavores marcados para siempre en los rostros trágicos de las víctimas.
Y sé que veo, sé que imagino apenas uma ínfima,
una insignificante parcela de la tragedia.
Yo, si lo viese, no lo creería.
Si lo viese, me volvería loco o profeta,
me volvería jefe de bandidos, salteador de caminos,
¡pero no lo creería!
Miro a los hombres, los animales y las casas.
Miro en un pasmo sin límites
Y quedo sin palabras,
al ver que fueron hombres quienes hicieron todo esto:
esta pasta ensangrentada a que redujeron la tierra entera,
este barro de sangre y alma,
de cosa y ser,
y pregunto en una angustia si todavía habrá alguna esperanza,
si el odio servirá siquiera para algo...


¡Déjenme llorar, y lloren!
Las lágrimas lavarán al menos nuestra vergüenza de estar vivos,
de haber sancionado con nuestro silencio el crimen vuelto institución,
y mientras lloramos tal vez juzguemos nuestro el drama,
por momentos será nuestro un poco del sufrimiento ajeno,
por un segundo seremos los muertos y los torturados,
los alejados para toda la vida, los locos y los encarcelados,
seremos la tierra putrefacta de tanto cadáver,
seremos la sangre de los árboles,
el vientre doloroso de ls casas saqueadas,
— sí, por un momento seremos el dolor de todo esto...


Yo no sé por qué me caen las lágrimas,
por qué tiemblo y qué escalofrío corre dentro de mí,
yo que no tengo parientes ni amigos en la guerra,
yo que soy extranjero frente a todo esto,
yo que estoy en mi casa sosegada,
yo que no tengo guerra a la puerta,
¿yo por qué tiemblo y sollozo?


¿Quién llora en mí, digan, quién llora en nosotros?


Todo aquí va como un río harto de conocer sus meandros:
las calles son calles con gente y automóviles,
no hay sirenas gritando pavores irreprimibles,
y la miséria es la misma miséria que ya había...
Y si todo es igual a los días antiguos,
a pesar de la Europa próxima, exangüe y mártir,
yo pregunto si no estaremos soñando que somos gente,
sin hermanos ni conciencia, aquí enterrados vivos,
sin nada en la que nunca llega el claror de la madrugada.


V
La música era linda...
venía de la radio, bruja, mansa,
suave como un cálido cuerpo de mujer...
era dulce, acariciadora y lánguida...


Pero yo aún tenía en los oídos,
como un clamor de millones de bocas:
“En el campo de concentración ocupado hoy por nuestras tropas
los alemanes quemaron millares de vivos en un horno crematorio...
En las barracas, los muertos se mezclan con los moribundos...
El sargento S.S. no pudo recordar cuántos hombres había matado...
Los muertos se pudren en los montes, y los vivos les arrancan las ropas
para las hogueras a cuyo lado se calientan...
EN MUCHOS CADÁVERES SE ENCONTRÓ UN CORTE LONGITUDINAL:
ERAN LOS VIVOS QUE HABÍAN ARRANCADO A LOS MUERTOS
LA ÚNICA CARNE QUE AÚN QUEDABA EN LOS CADÁVERES...”


Y me acuerdo de repente de un film muy antiguo
en que el criminal preguntaba:
“De quoi est fai un homme, monsieur Le comissaire?”
y en sus ojos se leía el pavor
del que vio un abismo y no conoce el fondo...
De quoi es fait un homme? ¿De qué están hechos los hombres
que quemaron vivos a otros hombres, que tenían ciento de niños
muriendo de hambre y pavor, esclavos como los padres,
que mataban o dejaban morir hombres por millones,
que los hacían descender a lo más hondo de la degradación,
torturados, hambreados, hechos llaga y esqueleto?
¡Eran esos mismos hombres
que daban poco por la libertad,
que venían a enseñar el ORDEN al planeta!
Sí, que traían la paz con las rejas de las prisiones,
el orden con las cámaras de tortura...


¡Y después llega la música, acariciadora y lenta,
a creer que apaga la ignominia que lanzaron sobre la tierra!
¡A creer que olvidaremos la abyección de los que soñaron
apagar de la tierra la insumisión del hombre libre!
No: ni cárceles, ni deportaciones, ni represalias, ni torturas
acabarán jamás con la insumisión del hombre libre,
del hombre libre en las cadenas, cantando en las torturas,
porque ve delante de sí a los hermanos que están luchando,
que han de caer, para que otros siempre se yergan,
clamando en voces siempre nuevas
¡QUE EL HOMBRE NO SE HA DE SOMETER A LA VIOLENCIA!
Hombres sin partido y de todos los partidos,
que nacieron con la rebelión porque no les sirve de nada
vivir para ser esclavos,
hombres sin partido y de todos los partidos, menos todos aquellos
que sólo saben decir ¡ORDEN! Y reclamar ¡VIOLENCIA!
los que piden sangre porque son sanguinarios, sí,
pero también todos los que nunca supieron querer nada,
los que dicen “No es posible que se torture a los presos políticos”,
los que no pueden creer
porque no quieren ser incomodados por la pestilencia de los
crímenes cometidos por ellos,
para que ellos continúen creyendo que el ORDEN no es
apenas la mordaza
sobre las bocas libres que han de gritar hasta el fín del mundo
¡QUE SÓLO EL HOMBRE LIBRE ES DIGNO DE SER HOMBRE!


[Tradução de Rodolfo Alonso]






Adolfo Casais Monteiro- Portugal










EUROPA


Europa, sonho futuro!
Europa, manhã por vir,
fronteiras sem cães de guarda,
nações com seu riso franco
abertas de par em par!


Europa sem misérias arrastando seus andrajos,
virás um dia? virá o dia
em que renasças purificada?
Serás um dia o lar comum dos que nasceram
no teu solo devastado?
Saberás renascer, Fénix, das cinzas
em que arda enfim, falsa grandeza,
a glória que teus povos se sonharam
— cada um para si te querendo toda?


Europa, sonho futuro,
se algum dia há-se-ser!
Europa que não soubeste
ouvir do fundo dos tempos
a voz na treva clamando
que tua grandeza não era
só do espírito seres pródiga
se do pão eras avara!
Tua grandeza a fizeram
os que nunca perguntaram
a raça por quem serviam.
Tua glória a ganharam
mãos que livres modelaram
teu corpo livre de algemas
num sonho sempre a alcançar!


Europa, ó mundo a criar!


Europa, ó sonho por vir
enquanto à terra não desçam
as vozes que já moldaram
tua figura ideal,
Europa, sonho incriado,
até ao dia em que desça
teu espírito sobre as águas!


Europa sem misérias arrastando seus andrajos,
virás um dia? virá o dia
em que renasças purificada?
Serás um dia o lar comum dos que nasceram
no teu solo devastado?
Saberás renascer, Fénix, das cinzas
do teu corpo dividido?


Europa, tu virás só quando entre as nações
o ódio não tiver a última palavra,
ao ódio não guiar a mão avara,
à mão não der alento o cavo som de enterro
— e do rebanho morto, enfim, à luz do dia,
o homem que sonhaste, Europa, seja vida!




II


Ó morta civilização!
Teu sangre podre, nunca mais!
Cadáver hirto, ressequido,
á cova, à cova!


Teu canto novo, esse sim!
Purificado,
teu nome, Europa,
o mal que foste, redimido,
o bem que deste,
repartido!


Aí vai o cadáver enfeitado de discursos,
florindo em chaga, em pus, em nojo..
Cadáver enfeitado de guerras de fronteiras,
ficções para servir o sonho de violência,
máscara de ideal cobrindo velhas raivas...
Vai, cadáver de crimes enfeitado,
que os coveiros, sem descanso,
acham pouca toda a terra,
nenhum sangue já lhes chega!


Sobre o cadáver dançam
teus coveiros sua dança.
Corvos de negro augúrio
chupam teu sangue de desgraça.
Haja mais sangue, mais dançam!
E tu levada, tu dançando,
os passos do teu bailado
funerário!


Mas do sangue nascerás,
ou nunca mais, Europa do porvir!


E a mão que te detenha
à beira do abismo?
Do sangue nascerá!


E braços que defendam
teu dia de amanhã?
Do sangue nascerão!


O sangue ensinará
— ou nova escravidão
maior há-de enlutar
teus campos semeados
de forcas e tiranos.


De sangue banharás
teu corpo atormentado
e, Fénix, viverás!




III


Na erma solidão glacial da treva
os que não morreram velam.


Em vagas sucessivas de descargas
A morte ceifou os nossos irmãos.


O medo ronda,
o ódio espreita.
Todos os homens estão sozinhos.


A madrugada ainda virá?


Vão caindo um a um na luta sem trincheiras,
e a noite parece que não terá nunca madrugada,
mas cada gota de sangue é agora semente de revolta,
da revolta que varrerá da face da terra
os sacerdotes sinistros do terror.
A revolta a florir em esperança
dos braços e das bocas que ficaram...


A traição ronda,
A morte espreita.


Uma comoção de bandeiras ao vento...
Clarins de aurora, ao longe...


Os que não morreram velam.




IV


Eu falo das casas e dos homens,
dos vivos e dos mortos:
do que passa e não volta nunca mais...
Não me venham dizer que estava matematicamente previsto,
ah, não me venha com teorias!
eu vejo a desolação e a fome,
as angústias sem nome,
os pavores marcados para sempre nas faces trágicas das vítimas.
E sei que vejo , sei que imagino apenas uma ínfima,
uma insignificante parcela de tragédia.
Eu, se visse, não acreditava.
Se visse, dava em louco ou em profeta,
dava em chefe de bandidos, em salteador de estrada,
— mas não acreditava!
Olho os homens, as casas e os bichos.
Olho num pasmo sem limites,
e fico sem palavras,
na dor de serem homens que fizeram tudo isto:
esta pasta ensangüentada a que reduziram a terra inteira,
esta lama de sangue e alma,
de coisa e ser,
e pergunto numa angústia se ainda haverá alguma esperança,
se o ódio sequer servirá para alguma coisa...


Deixai-me chorar — e chorai!
As lágrimas lavarão ao menos a vergonha de estarmos vivos,
de termos sancionado com o nosso silêncio o crime feito instituição,
e enquanto chorarmos talvez julguemos nosso o drama,
por momentos será nosso um pouco de sofrimento alheio,
por um segundo seremos os mortos e os torturados,
os aleijados para toda a vida, os loucos e os encarcerados,
seremos a terra podre de tanto cadáver,
seremos o sangue das árvores,
o ventre doloroso das casas saqueadas,
— sim, por um momento seremos a dor de tudo isto...


Eu não sei porque me caem lágrimas,
porque tremo e que arrepio corre dentro de mim,
eu que não tenho parentes nem amigos na guerra,
eu que sou estrangeiro diante de tudo isto,
eu que estou na minha casa sossegada,
eu que não guerra à porta,
— eu porque tremo e soluço?


Quem chora em mim, dizei — quem chora em nós?


Tudo aqui vai como um rio farto de conhecer os seus meandros:
As ruas são ruas com gente e automóveis,
Não há sereias a gritar pavores irreprimíveis,
e a miséria é a mesma miséria que já havia...
E se tudo é igual aos dias antigos,
Apesara da Europa à nossa volta, exangue e mártir,
eu pergunto se não estaremos a sonhar que somos gente,
sem irmãos nem consciência, aqui enterrados vivos,
sem nada senão lágrimas que vêm tarde, e uma noite à volta,
uma noite em que nunca chega o alvor da madrugada...


V


A música era linda...
vinha do rádio, meiga, mansa,
macia como um corpo quente de mulher...
era doce, cariciosa e lânguida...


Mas eu tinha ainda nos ouvidos,
como um clamor de milhões de bocas:
“No campo de concentração hoje ocupado pelas nossas tropas
os alemães queimaram milhares de vivos num formo crematório...
Nas cubatas, os mortos misturavam-se com os moribundos...
O sargento S.S. não pôde recordar quantos homens tinha morto...
Os mortos apodrecem aos montes, e os vivos
arrancam-lhes as roupas
para as fogueiras em que ao lado se aquecem...
EM MUITOS CADÁVERES ENCONTROU-SE UM CORTE LONGITUDINAL:
ERAM OS VIVOS QUE TINHAM TIRADO AOS MORTOS O FÍGADO
E OS RINS PARA COMER,
A ÚNICA CARNE QUE AINDA RESTAVA NOS CADÁVARES...”


E lembro-me de repente dum filme muito antigo
Em que o criminoso perguntava:
“De quoi est fait un homme, monsieur le comissaire?”
e nos seus olhos lia-se o pavor
de quem vi u um abismo e não lhe sabe o fundo...
De quoi est fait un homme? De que são feitos os homens
que queimaram vivos outros homens? Que tinham centos de crianças
a morrer de fome e pavor, escravos como os pais?
que matavam ou deixavam morrer homens aos milhões,
que os faziam descer ao mais fundo da degradação,
torturados, esfomeados, feitos chaga e esqueleto?
Eram esses mesmos homens
que faziam pouco da liberdade,
que vinham salvar o mundo da desordem,
que vinham ensinar a ORDEM ao planeta!
Sim, que traziam a paz com as grades das prisões,
a ordem com as câmara de tortura...


E depois a música vem, cariciosa e lenta,
a julgar que apaga a ignomínia que lançaram sobre a terra!
A julgar que esqueceremos a abjecção dos que sonharam
apagar da terra a insubmissão do homem livre!
Não — nem cárceres, nem deportações, nem represálias, nem torturas
acabarão jamais com a insubmissão do homem livre,
do homem livre nas cadeias, cantando nas torturas,
porque vê diante de si os irmãos que estão lutando,
que hão-se-cair, para outros sempre se erguerem,
clamando em vozes sempre novas
QUE O HOMEM NÃO SE HÁ-DE SUBMETER À VIOLÊNCIA!
Homens sem partido e de todos os partidos,
que nasceram com a revolta porque não lhes vale de
nada viver para serem escravos,
homens sem partido e de todos os partidos —, menos todos quantos
só sabem dizer ORDEM! e clamar VIOLÊNCIA!
os que pedem sangue porque são sanguinários, sim,
mas também todos os que nunca souberam querer nada,
os que dizem “Não é possível que se torturem os presos políticos”,
os que não podem acreditar
porque não querem ser incomodados pela pestilência
dos crimes cometidos para eles
— para eles continuarem a acreditar que a ORDEM não é
apenas a mordaça
sobre as bocas livres que hão-de gritar até ao fim do mundo
QUE SÓ O HOMEM LIVRE É DIGNO DE SER HOMEM!


(Europa, 1944-45)








Adolfo Casais Monteiro- Portugal












_______________________________________________________
Adolfo Casais Monteiro (Portugal,1908-1972)


Adolfo Casais Monteiro (Porto, 4 de Julho de 1908 - São Paulo, 23 de Julho de 1972) foi um poeta, crítico e novelista português.


Obra


Poesia
Confusão - 1929
Correspondência de Família (coletânea poética em colaboração com Ribeiro Couto) - 1933
Poemas do Tempo Incerto - 1934
Sempre e Sem Fim - 1937
Versos (reúne os 3 livros anteriores) - 1944
Canto da Nossa Agonia - 1942
Noite Aberta aos Quatro Ventos - 1943
Europa - 1946
Simples Canções da Terra - 1949
Voo sem Pássaro Dentro - 1954
Poesias Escolhidas - 1960
Poesias Completas - 1969


Novela
Adolescentes - 1945


Ensaio
Considerações Pessoais - 1935
A Poesia de Ribeiro Couto - 1935
A Poesia de Jules Supervielle - 1938
Sobre o Romance Contemporâneo - 1940
De Pés Fincados na Terra - 1941
Manuel Bandeira - 1944
O Romance e os seus Problemas - 1950
Fernando Pessoa e a Crítica - 1952
Fernando Pessoa, o Insincero Verídico - 1954
Problemas da Crítica de Arte (A Crítica e a Arte Moderna) - 1956
Estudos sobre a Poesia de Fernando Pessoa - 1958
A Poesia da Presença (com uma antologia) - 1959
Clareza e Mistério da Crítica - 1961
O Romance (Teoria e Crítica) - 1964
A Palavra Essencial - 1965
A Literatura Popular em Verso no Brasil - 1965
Estrutura e Autenticidade como Problemas da Teoria e da Crítica Literárias - 1968
O País do Absurdo - 1974
O que foi e o que não foi o Movimento da «Presença» - 1995
Melancolia do Progresso - 2003














No hay comentarios: