28 de enero de 2012

LA REINA DE LA SELVA







La reina de la selva


'A mí me trajo al mundo la hiena,/ la catástrofe,/
la indomable verdad de la naturaleza./ A mí me hizo salir al mundo/ la emboscada.'




a Ana Mendieta, in memoriam






Aunque busques
caminar entre las flores
o llevarte la dulzura de un manjar
a la boca
nada pasa por tu cuerpo
o tu garganta.


El aire rancio me tocó
no las esmeraldas
no la voz de mi madre
ni ese padre eterno
del que hablan.


Me tocó la rana
con sus saltos consumados.
Me tocó el agua con el fango
del estanque,
el sol que quema y que maldice
que saca ronchas
y te tira hacia el desierto.
Me tocó ver la sangre de mi madre
que me echó al mundo embarrada
de gritos.
Me dejaron en la diestra de los lobos,
advirtiendo que me devorarían.
Sin embargo, no lo hicieron.
Con ojos distintos, uno gris, otro rojo,
me recogieron del peso de la bruma
me dieron leche
como a Rómulo y Remo.
Me coronaron reina de la selva.
Me transmitieron la pasión por la carne
la cacería y las flechas.
Me enseñaron a alcanzar a los pájaros,
interrumpir sus vuelos,
quitarles sus picos y sus ojos.
Me hicieron enjuagar las manos
en la sangre fluvial de muchas aves.
Me hicieron una reina salvaje
y me invitaron al festín de los leones.
Vi la gacela, los patos y hasta
esos buitres que parecían tan arduos,
en su botín de alas
desplumados adornos
resistiendo sus últimos instantes.
Observé cómo tiemblan
cómo se desploman,
la cabeza inerte,
los ojos tan abiertos,
las plumas tan manchadas.
Corrí hacia el festín,
devorando el alma
de los miserables,
de los limosneros,
de esos que sangran
A mí me dieron luz las sombras.
A mí me trajo al mundo la hiena,
la catástrofe,
la indomable verdad de la naturaleza.
A mí me hizo salir al mundo
la emboscada.
Te vi sol, enemigo.
Envidia te di luna.
Me acosté en el piso,
debajo de las camas.
Escuché el relinchar de la muerte
llevándose al enfermo,
a todo lo que quise.
Me volví
invisible fuerza trasnochada.










Magali Alabau- Cuba









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