6 de febrero de 2012

EN EL COMIENZO DE TODO






En el comienzo de todo


En el comienzo de todo, había mujeres, y todas las cosas
reptantes y no reptantes, eran buenas.


Eso fue antes de que el tiempo pudiera reconocer la luz del día de la noche.
cuando los hombres podían hablar las lenguas de las mujeres; antes


de que el cielo se hiciera azul y decidiera rolar, espumando, como
un gran vaso de fresco vino de palma. Antes de que los océanos aprendieran


a elevarse y caer, antes de que los ríos fueran llamados ríos.
Antes de que nombraran al río Cavalla, por la caballa,


por los peces o a los peces por el pueblo, o el pueblo fuera bautizado
en honor del río. Antes de que Cabo Palmas, de donde vengo,


se transformara en Cabo Palmas, antes incluso de que existiera un cabo
o palmeras. Antes de que el Cabo Palmas comenzara a procrear


palmeras que brotaron con ancas gruesas y comenzaron
a elevarse, y el cocotero hembra aprendió a ser la hermana de la


palmera que da nueces y ésta del bambú y la palmera
bambú fue hermana de la palmera de grandes hojas; o cuando su abuelo


les creó parentescos de sangre, o parentescos de paja o parentescos
de bambú, o parentescos de repollo, o parentescos de largas


hojas delgadas, o lo que sea que hace que las confundan con un par
de hermanas gemelas. Pero, la caña de bambú sabe cómo pincharme


el dedo cuando la toco con un furioso corazón; la palmera
pinchará suavemente, mientras el cocotero permanece en su altura.


Pechos de coco colgando de su torso, o cabeza, o de lo que fuera,
Sí y el modo en que el bosquecillo de bambú nos pinchaba


los dedos de los pies cuando Mudi y yo vagábamos en su pantanoso
territorio. Eso ocurrió antes del tiempo en que las mujeres decidieran


nacer niños, a pesar de que los hombres sabían cómo, o antes
de que los hombres comenzaran a presumir sobre la cantidad de hijos


que tenían y de la cantidad de varones, contándolos con los dedos.
Iyeeh dice que los hombres en ese tiempo realmente procreaban niños


y las mujeres presumían de ser los padres de los bebés
y los niños corrían a refugiarse junto a sus padres como


en la actualidad lo hacen con sus madres cuando un padre los llama
para castigarlos con un látigo. Eso fue mucho antes de que el camino


de los automóviles destruyera el nogal gigante, el roble, partiendo
los pueblos y los bosques, transformándolos en rutas, y los árboles


de caucho surgieron allí donde estaban los bosques, y el café
se transformó en un árbol, convirtiéndose en primo hermano del cacao,


y las nueces de palma viajaron a la ciudad para ser convertidas en monedas.
Sorpresivamente, a nosotras las niñas nos crecieron alas como al pájaro de la pimienta,


No, no, como al águila, o como a los aviones jet, y podíamos volar o saltar
a la caja de un camión que se dirigía hacia la ciudad donde el alumbrado público


no puede distinguir al aldeano del habitante de la ciudad, donde un hombre
no puede distinguir a su esposa de su amante; los hijos de su hogar de sus


hijos fuera del hogar; donde todos han entregado su corazón a los bares
y las luces bamboleantes, y las personas pelean en las esquinas;


y luego de todo eso, yo y las niñas del mundo aprendimos
a correr salvajes, igual que flores silvestres, no, no, salvajes como hombres.


Todas las mujeres del mundo transformándose simplemente en hombres.




[Versión de Esteban Moore]








Patricia Jabbeh Wesley- Liberia







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