26 de febrero de 2012

PÁJAROS DE IRAK





Pájaros de Irak




Veinte de marzo
primavera despierta.
Los pájaros callan.
Está pasando otra vez.
Me levanto pero no puedo levantarme.
Regreso a la cama
me envuelvo la cabeza
con la sábana.
Está llegando
una tormenta de nervios
que dispara
la corriente
fuente de sufrimiento
lluvia de piedras
sobre la primavera humana.
Y yo soy yo misma.
Y yo soy otra.
Y ahora mi madre
inclinada a punto de vomitar
en un cubo
el ventilador gira arriba
sus hijos en fila
observan desde la puerta
con asombro científico
ya lo han visto otras veces.
Si no hay cena no hay historia.
Golpean la pared
trapos mojados y bálsamo
cabellos teñidos con alheña
empapados con sudor
se afloja el vestido de verano
que casi no puede sujetar la carne que se le cae
aullando Jesús
María y José
mi cabeza mi cabeza.
Soy la mayor
ayudo
con el debido silencio
condenada
como ahora
ayudándome a mí misma
agarrando la toalla
la tormenta en el aire
es también mi semblante.


Ayer
diecinueve
su cumpleaños
día de San José.
Ella no
volverá como las golondrinas
a posarse en una roca
en Capistrano
con la simetría
casual
de un decorado
una galería de tiro
cabezas de pájaro
desplomándose
la cesta con la ropa
que tendré que planchar.
Imágenes que vibran
melodías entrelazadas
madre que grita
juegos de la infancia.
¿No puedo tener un poco de paz?
¿Un poco de paz?
¿Un poco de hielo?


¿Qué hacen
esos ratoncitos salvajes
bombardeando
el primer día
de primavera?
Bagdad
la ciudad de la paz
el califa y el ladrón.
Recuerdo noches
barridas por el mar.
Leí Las Olas
pero nunca me atreví a entrar
la epidemia de polio.
Los indios no nadan.
Adoran las mareas
y están subiendo.


Virginia rogando por la noche
negándose a ser negra
porque la luna está llena
y derrama la luz del cielo
gotea voces
¿o son pájaros?
¿Por qué dejaron de gorjear?
¿Cuándo dejaré de tener náuseas?
Y ¿cómo fue que mi cabeza
aprendió a nadar?


Pasó el equinoccio.
Se marchó
al río.
Una carta para L.
Una carta para V.
Piedra a piedra
el mirlo capiblanco
y rocas estrelladas
hierbas flotando
el espejo picado
el destello fugaz de quien se ha ido
una mano tranquila
retorciendo una sábana
entre sus dientes
suplicando amnistía
susurrando
colibríes nerviosos
soñando con el asilo
Saint-Rémy
paz imposible
martilleo del inventario
bordado despiadado
bandejas pintadas
ambulancia salpicada
en la sangre de Julián.
Carmesí paleta cuchillo.
Abandonar posesiones.
Cortar pelo cortar pelo.
Floración anual de los rosales
pelo espinoso
no dejaba de
agujerear su cuero cabelludo
jardines de gruesas paredes
Vanesa en el cielo
El gran armario de Thackeray
con su vitrina.
Fue un sueño.
Era su cabeza
el martilleo en su cabeza.
Y se pregunta
¿cómo se me ocurrió
algo tan violento?
¿Cómo se me ocurrió
algo tan violento?
Y Buda no
conoció a Isaías.
E Isaías no conoció
a Heráclito.
Pero todos existieron
en el mismo momento.
¿Y quién existe mientras existimos?
Dedos, pulgada a pulgada
extienden el país de su cama
por la ventana
vitrina hecha añicos
finge húmeda de lágrimas
saliva y sudor
ojos desesperados
aferrándose a las parras
haciendo las cuentas
el murmullo de las hojas
una historia del mundo
escrita en las jorobas
de las bestias rotas.
Los pájaros callan
antes de que paren
antes de que la rama se rompa.
Irak primavera despierta.
Las bombas caen como frutos.
Los melocotoneros
alineados en el bulevar
detrás de la mezquita
en llamas
la abubilla
la tórtola
caen como lluvia
restos
rociando sábanas
niños que portan armas
mujeres haciendo vida de soldado.
Y yo no soy ellos
envuelta en muselina
objeto de anticuario que vuela
sin conexión
sin culminar
pieza de acción
sin fin sin fin.
Por encima del Tigris
del Eúfrates
los helicópteros
lanzan panfletos
para que la gente los coma.
Envuelven la luna en papel
la mente martilleada.
¿Qué siglo es éste?
Ciertamente el último
mientras los camellos corren
libres de mantas
bordadas y sillas de cuero
sacos de especias
calabazas huecas.
Corren y el sol
explota.
El cordero de dios bala.
Las cabras se separan de las ovejas
sus barbas tejidas
son bufandas
que adornan a los curas y a los excéntricos.
Camellos en el polvo
pasmados por sus heridas
sus mentes aceleradas
Ata Allah -nombre beduino
sus pequeñas orejas revestidas de pelo
filtran el polvo y la arena
la doble fila de pestañas curvas
protege sus grandes y dulces ojos
de la arena del desierto
pelo que mudan en primavera
muy apreciado para pinceles de artista
los de Vanesa
los de Duncan.


La banda que llevaba
en la cabeza
me la puse en la muñeca.
No podía escribir
no podía agarrar
nada
ni palabras
ni mundo
sólo tiempo
ensartado en
un hilo
largo
frágil.


Cuando retuerces
un cuello
algo deja de
girar
en el joyero
bajo una tapa martilleada.
Nos vimos en la casa de la primavera
representamos el número
dormimos en una tienda con sábanas
y soñamos con el desierto.
Escuchamos la llamada a la oración
y el cielo era mágico.
Los hombres conducían camellos.
Nos arrodillamos en el arbusto espinoso
y cuando me desperté
tenía arañazos
en las rodillas.
Y nunca más
será la visión tan aguda
como para que los sueños puedan
producir sangre
un sendero de espinas
y alas desparramadas.
Si no las pegamos
a la espalda
seguro que podríamos volar.
Seríamos libres
como la abubilla
como el sarapico
que cantan en primavera.
¿Vienes
hermana?
¿Vienes?
Madre está mejor.
Volamos
solas
batiendo las alas
arriba y abajo
arriba y abajo
desechando
jerséis
con los brazos
desnudos.
Oh
ser
tan pequeño.




[Poesía, Bassarai Ediciones, Vitoria, 2008, 249 págs.]








Patti Smith- Estados Unidos






____________________________________________________


Patti Smith (Chicago, Estados Unidos), pertenece al grupo de poetas que ennobleció el rock llenándolo de contenidos intelectuales y reflexiones sobre el significado de la vida. Su pulsión fundamental, aunque el mundo laconozca como líder de una de las bandas más famosas de la historia del rock, ha sido siempre poética, desde su primera fascinación por el poeta Arthur Rimbaud hasta el premio por el mejor libro del año 2010, National Book Award, por su última obra
Más allá de su papel como estrella del rock, Patti Smith encontró siempre tiempo para mantener un activismo imaginativo con la palabra y la música, como hizo con sus célebres protestas contra la guerra de Irak y contra la política de Georg Bush o contra la violencia en Oriente Medio con “ Qana Song”, o “Without Chains”, acerca del preso turco Marat Kurnaz, injustamente confinado en Guantánamo, o apoyando al líder del partido verde Ralph Nader. Patti Smith se ha implicado también en la difusión de la obra del escritor chileno Roberto Bolaño.
Pura energía en escena, decidida a no aburrir y a no aburrirse, y aún tan rebelde como la grama de un viejo jardín, artista polifacética y autora de magnéticos poemas y canciones, no puede dejar de inspirarnos. Toda una transfusión en cada recital.
De ella dijo Joey Ramone, cantante del grupo punk The Ramones: “cada vez que leía un poema, rompía el papel o agarraba una silla y la tiraba contra la pared”.
La bibliografía en inglés de Patti Smith abarca los siguientes títulos:
Seventh Heaven (1972);
A Useless Death (1972);
Kodak (1972);
Early morning dream (1972);
Witt (1973);
Ha! Ha! Houdini! (1977);
Babel (1978);
Woolgathering (1992);
Early Work (1994);
The Coral Sea (1996);
Patti Smith Complete, (1998);
Wild Leaves (1999);
Strange Messenger (2003);
Auguries of Innocence (2005);
Land 250 (2008);
Trois (2008);
Just Kids (2010).
En castellano contamos con dos libros para leerla:
La antología de Artium, “Poesía”, y “Éramos unos niños” de Ed. Lumen, traducción de “Just Kids”

No hay comentarios: