7 de febrero de 2012

SARAJEVO








Sarajevo


Es la cabeza de un fósforo
frotada contra la lengua áspera del mapa
es el sitio donde confabuló la ficción
para terminar el siglo bajo el signo de la locura
es la puerta de escape del enlatado marca XX.


El mundo abre sus fauces para deglutir principios
animar versiones
construir tratados
admirar teorías
elaborar reportajes
con los huesos de su gente bajo un sol asesino
bajo la luz de luciérnagas dementes
que arrasan iglesias supermercados
la risa de los niños
ni la celda de los orates permanece intacta
el rito de la guerra reclama su cuota de cadáveres.


Sarajevo es una canción estridente
en medio del escaparate de la razón académica
es la bandera de la limpieza racial
que juega ajedrez con la brutalidad propia
del hombre acorralado
-el asfalto se derrite en los paladares de los niños-
se desangra por la heridas causadas en sus edificios
en sus parques infantiles
en sus prostíbulos y museos
y juega a la gallina ciega
en la era del metal
es la ruina de la imagen de los ordenadores
de la poesía escrita en las paredes
de la publicidad y su mundo feliz
es la soledad degollada en un estallido
y su onda expansiva flota en los estómagos satisfechos
de los televidentes
la muerte es la cotidiana razón de la vida
se recrea en los dardos atormentados de la insignificancia
es una luz cobriza
que salpica los muros de esta aldea inmensa
en que se ha convertido el mundo
y vende periódicos
y justifica sueldos
y hace exclamar el ¡ay¡ en las asambleas.


En mi pequeño pueblo
las prostitutas destinan una noche
a Sarajevo
los curas elevan oraciones con vino
y la mirada gacha de los feligreses
los niños juegan a la guerra bajo su bandera
y los poetas rasgan sus cuartillas
e incendian el viento con su nombre
pero Sarajevo
es una gaviota herida
por los tiburones del comercio
los mercaderes del fuego
se frotan los dólares en el pecho
y se reparten su aroma con un puñal
y destinan pólvora para alentar la paz
mientras se desangra el ala
mientras el as de oros se despeina en el umbral de las bocas.


La cetrería se ha convertido en el arte de fin de siglo
la carne se exhibe en los vitrales de los diarios
y la angustia camina sobre las calles de la estulticia
la raíz femenina de su nombre
es la cuota mensual de sangre
de la vida.


Sarajevo .








Pablo Yépez Maldonado- Ecuador






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PABLO YÉPEZ MALDONADO, Ibarra, ECUADOR 1958. Poeta y novelista. En los ochenta integró el taller de creación literaria Matapiojo. Ha publicado en las más importantes revistas del país. Actualmente forma parte del colectivo literario K-Oz de Quito


Bibliografía: Poesía: Con las manos en los bolsillos, Editorial Matapiojo, 1990; Deseábulos -coautor- Editado por la Red Cultural Imaginar, Quito, 1993; Reconstrucción metálica -Primer Premio Trienal de Poesía, Cuenca, 1993- Búho Editores, Quito, 1995; Toca piano duende de la magia, Búho Editores, 1997. Novela: La alcoba de los patojos, Segundo Premio, II Bienal de Novela Ecuatoriana, Quito, 1993-, K-Oz Editorial, Quito, 2001.

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