7 de febrero de 2012

VOLVIENDO DE LA GUERRA






Volviendo de la guerra


Estoy volviendo de la guerra
como quien vuelve del polvo
a su antigua armadura de hombre,
no reconozco la ciudad que me aguarda,
si alguna vez fue mi ciudad este laberinto,
y cabía en mi bolsillo como una llave
el secreto de sus grandes puertas.


Yo fui a la guerra
y de buen guerrero puse mi rostro
mas he vuelto hoy ciego y desnudo a ser quien antes fuera,
he vuelto como quien busca
dónde acomodar en paz su frente y ya no hay sitio,
la ciudad danza en su demencia
y yo he olvidado el secreto de sus grandes puertas.
Los que no fueron a la guerra
hicieron la paz en sus cabezas
y enterraron las tablas
en que escribían extensos manuscritos,
acerca de hambre o acerca de Dios
que según las tablas estaba en todas partes.


Los que no fueron a la guerra
mal inventaron la historia
e hicieron muros para que no volvieran las noticias
porque era un bochorno la guerra y lo contrario
y en pavorosas llamas
quemaron los intranquilos ángeles de la mente
para no pensar en el mármol
y en la sagrada tristeza de la ciudad
que habían fundado bajo pretexto.


Esta es la ciudad a la que he vuelto
como quien busca dónde acomodar su frente
y ya no hay sitio,
la ciudad danza en su demencia,
los que vuelven de la guerra
han olvidado el secreto de sus puertas,
y yo estoy volviendo del polvo
a mi antigua armadura de hombre,
no reconozco sus templos
convertidos en abrevaderos de bestias,
sus vírgenes que vinieron a ser
como cántaros al borde de la fuente
para apaciguar la sed de los viajeros,
no sé si es esta mi ciudad
la que ahora como una generosa madre
me abre las puertas de su laberinto.








Adalberto Guerra Hernández- Cuba





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