EL TIEMPO DE LAS CEREZAS
A la valiente ciudadana Louise, la
ambulanciera de la calle Fontine-au-Roi,
el domingo 28 de mayo de 1871
Cuando vuelva el tiempo de las cerezas
el ruiseñor alegre y los mirlos burlones
estén todos de fiesta,
las muchachas tendrán pasión en sus cabezas
y los enamorados, sol en el corazón.
Cuando vuelva el tiempo de las cerezas
silbarán mejor los mirlos burlones.
Pero es muy corto el tiempo de las cerezas,
cuando las parejas entre ensueños
van a cortar pendientes para sus orejas.
Cerezas de amor con sus trajes iguales
que ruedan bajo las hojas como gotas de sangre
Pero es muy corto el tiempo de las cerezas,
pendientes de coral que se cortan soñando.
Cuando estéis en el tiempo de las cerezas,
si acaso teméis las penas de amor,
evitad a las hermosas mujeres.
Yo, que no le temo a las penas crueles,
no viviré ya un día sin sufrir…
Cuando estéis en el tiempo de las cerezas
vosotros también tendréis penas de amor.
Por siempre amaré el tiempo de las cerezas.
De aquel tiempo guardo en el corazón
una herida abierta .
Y aunque se me ofreciera la diosa Fortuna,
jamás podría calmar mi dolor.
Por siempre amaré el tiempo de las cerezas,
y el recuerdo que guardo en el corazón.
Jean-Baptiste Clement- Francia
LE TEMPS DES CERISES
Quand nous chanterons au temps des cerises
et gai rossignol et merle moqueur.
Seront tous en fête.
Les belles auront la folie en tête.
Et les amoureux du soleil au coeur.
Quand nous en serons au temps des cerises
sifflera bien mieux le merle moqueur.
Mais il est bien court le temps des cerises.
Où l’on s’en va deux cueillir en rêvant
des pendants d’oreilles.
Cerises d’amour aux robes pareilles.
Tombant sous la feuille en gouttes de sang.
Mais il est bien court. Le temps des cerises.
Pendants de corail qu’on cueille en rêvant .
Quand vous en serez au temps des cerises.
Si vous avez peur des chagrins d’amour,
evitez les belles.
Moi qui ne crains pas les peines cruelles.
Je ne vivrai pas sans souffrir un jour...
quand vous en serez au temps des cerises.
Vous aurez aussi des chagrins d’amour.
J’aimerai toujours le temps des cerises.
C’est de ce temps-là que je garde au coeur.
Une plaie ouverte
et dame Fortune en m’étant offerte.
Ne saura jamais calmer ma douleur.
J’aimerai toujours le temps des cerises
et le souvenir que j’en garde au coeur.
Jean-Baptiste Clement- Francia
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Jean-Baptiste Clement, (1837-1903), poeta y comunero francés. Hijo de un molinero acomodado, abandonó su familia para seguir su vida. Llegó a pasar «por treinta y seis oficios y muchas más miserias». En sus canciones --Las canciones del pedazo de pan, Las canciones del porvenir--, denuncia la esclavitud de los trabajadores, se manifiestan las reivindicaciones proletarias y hace un llamamiento por un 1789 de los trabajadores: «¡En nombre de la justicia / / Ya va siendo hora / De que los siervos de las fábricas / De la tierra y de las minas / Tengan su Ochenta y nueve". Tiene que exiliarse a Bélgica en 1867, y publica su obra maestra, El tiempo de las cerezas, que luego será convertida en una de las canciones más emblemáticas de la Resistencia en voces como la de Ives Montand. De vuelta a Francia funda La Casse-té'te y colabora con Delescluze en Le reforme. Es detenido en 1870 por «ofensas al Emperador» e «incitaciones a cometer diversos crímenes».
Durante el Sitio de París forma parte de la Guardia Nacional. y es elegido miembro de] Comité de vigilancia de Montmatre. Tras la insurrección del 18 de marzo fue elegido dirigente de la Comuna representando al distrito XVIII. Su actividad es desbordante, es miembro de la Comisión de servicios públicos y de la de enseñanza, delegado en los talleres de fabricación de munición y del municipio... Es de los que resisten en Belleville. Escapa al ocultarse en casa de un leñador y escribe La semana sangrienta, una denuncia de la represión. Escapa a Londres y en 1874 es condenado a muerte en rebeldía. Vuelve a Francia en 1880 y milita en varios grupos socialistas hasta pasar al partido de Guesde y Lafargue. Durante casi diez años trabaja intensamente como sindicalista y socialista en el departamento de las Ardenas. Es condenado a dos años de cárcel en 1891, pero la presión popular logra reducir la pena. Su última obra fue El desquite de los Comuneros (1886). Evolucionó del mutualismo hacia el marxismo en el exilio.

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