18 de marzo de 2012

LA TOS DEL OBRERO

[Ilustración: Jardines tunecinos, 1919, Paul Klee] 






La tos del obrero


Oigo toser al obrero que trabaja aquí abajo;
su tos llega a través de las rejillas que de la planta baja
dan a mi jardín. De modo que la tos parece resonar entre las plantas,
tocadas por el sol de la última mañana de buen tiempo. Él,
el obrero, abajo, atento a su trabajo, tose cada tanto,
ciertamente seguro de que ninguno lo oye. Es un mal de estación,
pero su tos no es buena. Es algo peor que la gripe.
Él soporta el mal y se lo cura, imagino, como nosotros
de muchachos. La vida para él es decididamente incómoda,
no lo espera ningún descanso en casa, después del trabajo,
como a nosotros, precisamente, muchachos, pobres o medio pobres.
Mira, la vida nos parecía consistir toda en aquella pobreza,
en que no se tiene derecho alguno, y con naturalidad,
al uso de una letrina o a la soledad de un lecho.
Y cuando viene el mal, es recibido heroicamente:
un obrero tiene siempre dieciocho años, incluso si tiene hijos
más grandes que él, nuevos en el heroísmo.
En fin, en esos golpes de tos
se me revela el trágico sentido de este buen sol de octubre.

"Appendice a Trasumanar e Organizzar", Tutte le poesie, Mondadori, 
Milán, 2003
Versión de Jorge Aulicino








La tosse dell'operaio


Sento tossire l'operaio che lavora qui sotto;
la sua tosse arriva attraverso le grate che dal pianterreno
danno nel mio giardino. Sicché essa pare risuonare tra le piante,
toccate del sole dell'ultima mattina di bel tempo. Egli,
l'operaio, là sotto, intento al suo lavoro, tossisce ogni tanto,
certamente sicuro che nessuno lo senta. È un male di stagione
ma la sua tosse non è bella; è qualcosa di peggio che influenza,
Egli sopporta il male, e se lo cura, immagino, come noi
da ragazzi. La vita per lui è rimasta decisamente scomoda;
come noi, appunto, ragazzi o poveri o quasi poveri.
Guarda, la vita ci pareva consistere tutta in quella povertà,
in cui non si ha diritto neanche, e con naturalezza,
all'uso tranquilo de una latrina o alla solitudine di un letto;
e quando viene il male, esso è accolto eroicamente:
un operaio ha sempre diciotto anni, anche se ha figlio
più grandi di lui, nuovi agli eroismi.
Insomma, a quei colpi di tosse
mi si revela il tragico senso di questo bel sole di ottobre.






Pier Paolo Pasolini- Italia



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