10 de marzo de 2012

LOS ESTATUTOS DEL HOMBRE









LOS ESTATUTOS DEL HOMBRE


Artículo 1.


Decrétase que ahora la verdad es válida,
que ahora la vida es válida,
y que mano con mano
trabajaremos todos por la vida verdadera.




Artículo 2.


Decrétase que todos los días de la semana,
inclusive los martes más cenicientos,
tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.




Artículo 3.


Decrétase que, a partir de este instante,
habrá girasoles en todas las ventanas
y que los girasoles tendrán derecho
a abrirse en la sombra;
y que las ventanas deben permanecer el día entero
abiertas hacia el verde donde crece la esperanza.




Artículo 4.


Decrétase que el hombre
no tendrá nunca más
que dudar del hombre.
Que el hombre confiará en el hombre
como la palmera confía en el viento,
como el viento confía en el aire,
como el aire confía en el campo azul del cielo.


Párrafo único:
El hombre confiará en el hombre
como un niño confía en otro niño.




Artículo 5.


Decrétase que los hombres
están libres del yugo de la mentira.
Nunca más será preciso usar
la coraza del silencio
ni la armadura de las palabras.
El hombre se sentará a la mesa
con su mirada limpia
porque la verdad pasará a ser servida
antes de la sobremesa.




Artículo 6.


Queda instaurada, durante diez siglos,
la realidad soñada por el profeta Isaías,
y el lobo y el cordero pastarán juntos
y la comida de ambos tendrá el mismo gusto que la aurora.




Artículo 7.


Por decreto irrevocable queda instaurado
el reinado permanente de la justicia y de la claridad,
y la alegría será una bandera generosa
desplegada para siempre en el alma del pueblo.




Artículo 8.


Decrétase que el mayor dolor
fue siempre y será siempre
no poder dar su amor a quien se ama,
y saber que es el agua
la que da a la planta el milagro de la flor.




Artículo 9.


Queda permitido que el pan de cada día
tenga para el hombre la marca de su sudor.
Pero que tenga siempre sobre todo
el cálido sabor de la ternura.




Artículo 10.


Queda permitido que cualquier persona,
en cualquier hora de la vida,
lleve un traje blanco.




Artículo 11.


Decrétase que, por definición,
el hombre es un animal que ama
y que por eso es hermoso,
mucho más hermoso que la estrella de la mañana.




Artículo 12.


Decrétase que nada será obligatorio ni prohibido.
Todo será permitido,
sobre todo jugar con los rinocerontes
y caminar por las tardes
con una inmensa begonia en el ojal de la solapa.


Párrafo único:
Sólo una cosa queda prohibida:
amar sin amor.




Artículo 13.


Decrétase que el dinero
no podrá comprar nunca más
el sol de las mañanas venideras.
Expulsado del gran baúl del miedo,
el dinero se transformará en una espada fraternal
para defender el derecho de cantar
y la fiesta del día que llegó.




Artículo final:


Queda prohibido el empleo de la palabra libertad,
que será suprimida de los diccionarios
y del pantano engañoso de las bocas.
A partir de este instante
la libertad será algo vivo y transparente,
como un fuego o un río,
o como la simiente del trigo,
y el corazón del hombre
será siempre su morada.








Thiago de Mello- Brasil






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Thiago de Mello nació en Barreirinha, Brasil, en el corazón de la Selva Amazónica, en 1926. Tiene más de veinte libros publicados desde 1951. En el conjunto de su obra, se destacan: Está; Oscuro pero Canto; La canción del Amor Armado; Bochorno en la Floresta; Viento General y En un Campo de Margaritas; Noticia de la visita que hice en el verano de 1953 al río Amazonas y sus barrancos; Arte y Ciencia de Elevar Cometas; Amazonía, la Niña de los Ojos del Mundo; y El Pueblo Sabe lo que Dice. Su poema Los Estatutos del Hombre fue editado en más de treinta países. Ha traducido al portugués a César Vallejo, Pablo Neruda, Ernesto Cardenal y Eliseo Diego, entre otros. Thiago de Mello piensa que el arte debe siempre servir a la vida; que además de su finalidad estética, debe tener también una finalidad ética.






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