Agua Pesada: un poema para Chernobyl
Hasta los robots se niegan. Abajo herramientas. Bruscamente alzan
sus cabezas bloqueadas, tiemblan bajo un granizo invisible. Los helicópteros
giran a metros del desastre, atrapados en ese cono ascendente
de tecnicidio – luego aterrizan en otra parte, vierten tripas negras y pringosas.
Los Bomberos no. Con guantes de goma y botas de cuero
caminan erguidos, callados como novias. Los zapatos comienzan
a derretirse. Las suelas se calientan demasiado para la sangre.
Aún así siguen lanzando paladas
del grafito que les borra el tuétano, la columna, los testículos –
que activa su ADN creando una vida líquida, negra y purpúrea.
Después los Soldados. Nerviosos como niños. La rehacen –
levantan losas con la mirada abierta de los inocentes, encofran
la ruina con basto acero, la rellenan con el gris lapicero
del Cemento Estatal. En lechos manchados, en los sueños
de sus madres, se licuan.
Mario Petrucci- Inglaterra
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Mario Petrucci se licenció en Ciencias Física en Cambridge. Obtuvo un doctorado en optoelectrónica en la Universidad College de Londres y más recientemente finalizó estudios de postgrado en los departamentos de Literatura y Medio Ambiente de la Universidad de Middlesex. Actualmente Mario es un escritor, profesor, investigador y ensayista autónomo.

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