19 de abril de 2012

ARDIENTE VERANO EN SOMALIA









ARDIENTE VERANO EN SOMALIA




Somalia, ¿por qué mueres lentamente
ante el ocio de los que todo lo tienen
y nada quieren regalar?
¿Por qué callas la voz de eterno verano,
cuando tendrías que llamar por ayuda
ahora que tu piel morena
se marchita por el penetrante sol?


¿Por qué la madre tierra
te ha olvidado, siendo la poseedora
de tantos dioses, los que se supone,
desarrollan incontables milagros
y a ti nada te conceden?


¿Por qué los ricos de la tierra
no auxilian tu enorme pesar?
¿Dime por qué las guerras
las declara sólo el poderoso,
bajo el consenso de la mediocridad
y el insubordinado y cruel abuso?


¿Por qué el hambre ha hecho
estragos en el verano que antes
fuera tu largo y esbelto camino?
¿Dime por qué el primermundista
no acude presto en tu ayuda,
pero sí acomete y azuza
a los rapaces perros de la guerra,
para entrar en la más cruel
de las sangrientas batallas?


¿Quiero saber por qué
la tristeza del niño africano
reflejada en sus ojos bellos,
desnuda nuestras almas
y nos hace decir cosas
que el pequeño apenas musita?


¿Dime por qué el hombre
a pesar de sus cualidades innatas
no es más hombre de paz,
hermano con el que sufre
y padre del desconsuelo?
¿Quiero saber el por qué
la hambruna, la peste y la enfermedad,
llegan poco a los países que todo lo tienen
y descargan su ira incontrolable y mordaz
contra los pueblos que todo les falta,
haciendo de su vida una pena,
un sufrimiento y causan amargo daño?


¿Por qué los veranos en África
son tan duros, tristes e inútiles,
pudiendo ser hermosos con la abundancia
del agua, la comida y la no enfermedad?
¿Por qué en esta parte del mundo
se evita todo lo que no se debe
y por qué en otros lados
la vida es suculenta, bella y con poco dolor?


¿Por qué la ayuda humanitaria
se niega rotundamente a asistir
la incapacidad de los somalíes
y de los humanos más débiles?
¿Será qué jamás hemos estado
en el punto más crítico de nuestra vida?


¿Y si los veranos en el Mediterráneo
o en las islas Gran Caimán
son extremadamente fabulosos,
por qué no son igual en las costas africanas,
bañadas con palabras sencillas
pero difíciles de complacer, como: el hambre,
la necesidad, el sufrimiento y pocas lágrimas,
pues así son los ojos hermosos, pero tristes
de la gente y los niños de un pueblo
que se muere de hambre?
¿Dónde quedó la frase de tener derecho
al hambre y a la sed de justicia?


¿Es que la sed quedó en el Mediterráneo
y la justicia con el hambre se anulan
o están en el séptimo cielo,
junto al delicioso verano prometido
a los honorables fieles del islam?








José Santana Prado- México








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José Santana Prado- México

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