29 de mayo de 2012

LA PUERTA



LA PUERTA


La puerta se abre,
miras lo que hay dentro.
Está oscuro en el interior,
no hay nada aquí que desees.
Tienes miedo.
La puerta se cierra.


La luna llena brilla,
repleta de delicioso zumo,
compras un bolso,
el baile es agradable.
La puerta se abre
y se cierra tan rápido,
que no te das cuenta.


El sol sale,
tomas un desayuno frugal
con tu marido, aún delgado,
lavas los platos,
quieres a tus hijos,
lees un libro,
vas al cine.
Llueve de forma moderada.


La puerta se abre,
miras dentro:
¿por qué sigue pasando esto ahora?
¿Es que hay un secreto?
La puerta se cierra.


Cae la nieve,
barres el sendero, resollando,
ya no es tan fácil como antes.
Tus hijos llaman por teléfono, a veces.
Te mantienes ocupada.
Llega la primavera.


La puerta se abre:
está oscuro ahí dentro,
hay muchos peldaños hasta abajo.
Pero ¿qué es lo que brilla?
¿Es agua?
La puerta se cierra.


El perro ha muerto.
Ya sucedió antes,
y compraste otro,
pero esta vez, no.
¿Dónde está tu esposo?
Has abandonado el jardín.
El trabajo era demasiado duro.
Por la noche te tapas con mantas;
sin embargo padeces insomnio.


La puerta se abre:
Oh, dios de los goznes,
Dios de los largos viajes,
Has cumplido tu palabra.
Ahí dentro está oscuro.
Te confías a las tinieblas.
Entras dentro.
La puerta se cierra.










Margaret Atwood- Canadá











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