
La colina de cadáveres en la nieve
Cuando sacaron a mi padre de la casa para conducirlo a la colina de cadáveres,
en los nevados campos extranjeros aulló el general alemán: ¡A desvestirse!.
Y mi padre comprendió bien cuál era la sentencia.
Se quitó mi padre el abrigo y los pantalones como si se quitase la realidad del mundo,
se arrancó los zapatos como para el duelo de la tarde de Ab,
y se quedó en su roba blanca, con las medias...
¿Qué había más desnudo que su desnudez
bajo la bóveda del cielo y en el campo nevado, aquel día, en el mundo?
Nunca se había encontrado con tanta desnudez bajo el cielo,
bajo la negra y pequeña kipá de su cabeza,
a no ser por las noches al pie de la cama,
o en la casa de los baños, cuando se quitaba la ropa blanca,
las medias y el gorro, y no miraba los pudores de su carne hasta que las aguas
por una y otra parte la cubrían, como quien baja a adorar a lo profundo.
Pero cuando el general vio que mi padre estaba aún en ropa blanca,
con el gorrito en la cabeza, aquel malvado
le asestó un golpe entre las paletillas con su arma fría,
y mi padre tosió y cayó de cara, como delante de Dios,
se postró profundamente hasta lo más hondo de la vida y no se levantó:
emitió un quejido, como el fin de una última plegaria,
después de lo cual nada existió fuera de los cielos nublados y de la colina de cadáveres,
y de ese general que resoplaba en una lejanía de nieve enrojecida
con la sangre que salía de su boca.
Y al ver el general que no se levantaba, metió la puntera
de su bota negra por debajo del vientre del venerable padre
y le sacudió y lo puso boca arriba, y parecía que la tierra pagana
le pegaba en el rostro puntapiés.
Y al anochecer brotaron las estrellas y creció la colina de cadáveres en el campo,
y la nieve caía en la noche con una abundancia cruelmente blanda...
Así lo quería Dios. Se notaba que había Dios,
aunque era el Dios de los paganos. No hay Dios para Israel.
Sólo la nieve era testigo, la nieve que bajaba del cielo en abundancia...

Acertó a pasar por aquel sitio Rabi Uri de Strelisk, el Serafín, el abuelo,
sin que se oyera ruido alguno de pasos, ni respiración en el aire.
Abrió su boca y dijo susurrando:
ah, cuerpo que era arpa de las oraciones de Israel,
boca que derramaba consuelo al afligido,
¿cómo es que te cubre la nieve infinita de los campos paganos?
¿Dónde fueron a parar tus oraciones, nieto mío?
¿Dónde fueros las mías?
¿A qué región del mundo?
De la colina de cadáveres rebulló y se deslizó
mi primo Samuel, a quien llamaban Samuelito. Rebulló
y se deslizó a los pies del abuelo Rabi Uri de Strelisk,
El Serafín...Gimoteó como un chiquillo y
no abrió sus ojos porque no podía. Palpó
con la palma de sus manos pequeñas los zapatos del abuelo,
y el abuelo se inclinó hacia él, y le besó en la frente y le dijo:
Bebé mío, criatura santa.
Contestó el hijo de mi hermano venerable, el chiquillo
de nombre Samuel, a quien llamaban por cariño Samuelito:
Abuelo, abuelo, ¿por qué no viniste antes con una muchedumbre
de serafines y de ángeles?
Abuelo, abuelo, ¿dónde está el Dios de los judíos?>
Entonces el niño calló,
y se quedó tendio a los pies del abuelo Rabi Uri,
que se había retrasado con sus lámparas,
que no había traído una muchedumbre de ángeles
como escudo a nuestra casa.
Y Rabi Uri de Strelisk, el Serafín,
estaba doblando, de rodillas, helándose en el campo extranjero.
Y la nieve caía. Caía. Caía...
-Versión de Carlos Morales-
Antología de la Poesía del Holocausto
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Uri Zvi Greenberg- Israel
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Uri Zvi Greenberg (hebreo: אורי צבי גרינברג) (22 de septiembre de 1896 - 8 de mayo de 1981) fue un poeta, periodista y político israelí.
Uri Tzvi Grinberg nació en Bialykamien, Galitzia. Fue educado en Lvov, donde recibió una formación tradicional jasídica. Desertó en 1917 de la armada austríaca luego de luchar en el frente serbio. Al regresar a Lvov fue testigo de los pogroms contra los judíos en 1918, hecho que marcó definitivamente su vida. Luego de la guerra comenzó a publicar poemas en hebreo e idisch, liderando las filas de los poetas expresionistas judíos. Emigró a Israel en 1924 donde comenzó a publicar exclusivamente en idioma hebreo. Desarrolló ideas y posturas ultranacionalistas, en contra del moderado socialismo del partido laborista imperante al cual atacaba a través de los artículos periodísticos y poemas que escribía. A su vez, advertía en su literatura sobre el peligro que se avecinaba para los judíos de Europa. Su poesía, de gran compromiso ideológico, es vehemente y apasionada. Obsesionado con la visión del horror, la temática de sus obras gira en derredor de la necesidad del establecimiento de una nación hebrea soberana en Sión y en vigorosas elegías a la destrucción de la comunidad judía europea. Su obra "Mi Amaquim" (De Profundis) es el grito de dolor ante el martirio y las torturas del pueblo judío. En 1937 escribe "El libro de la acusación y la creencia", pieza troncal que define su estilo y donde el autor expone sus puntos de vista políticos y poéticos. De carácter polémico es el poema titulado "Podredumbre en la casa de Israel", concebido contra ciertas orientaciones modernistas en Eretz Israel. Desde 1949 a 1951 fue miembro del Parlamento Israelí (Knéset). Recibió el Premio Bialik en 1948 y el Premio Israelí a la Literatura Hebrea en 1957. La Universidad de Tel Aviv le otorgó el Doctorado Honoris Causa en abril de 1976, y la Universidad de Bar Ilán hizo lo propio en junio de 1977. Fue nombrado Ciudadano Ilustre de las ciudades de Tel Aviv y Ramat Gan, y la Knéset sesionó en su honor el 1° de noviembre de 1977. En diciembre del mismo año recibió el Premio Bialik por tercera vez. Uri Tzvi Grinberg murió en 1981.

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