22 de noviembre de 2012

LA FRANJA TEÑIDA POR LA SANGRE





LA FRANJA TEÑIDA POR LA SANGRE



De nuevo la serpiente sinaítica ataca con furia
y con mortífero veneno a la Franja de Gazza,
 ambiciona ir más allá de ésta.

Las bombas con su potencia destruyen
los sueños de Palestina y la gente muere
por el odio que derrama Israel sobre la arena triste
del desierto, bañado por el fulgurante sol del invierno.

Y se dolían por las masacres que el fürer
recetaba sobre la porción israelí en los
años delirantes de la segunda guerra planetaria,
aún así, el gran lamento ha pasado en pocos años
y pretende pagarse con el mismo dolor: “ojo por ojo,
diente por diente,” nos recuerda  la espeluznante ley del talión.

La fatal estrella siónica de las seis puntas ha regresado
 una vez más con toda su potestad para martirizar a los
que no son de su raza, idea y credo, aniquilando con el odio
y con la hoguera, a los seres inocentes del acalorado desierto.

Alguna vez arribó  la gente deportada de Sión, venida de todas partes del mundo
al desierto saturado hoy, con la sangre de los niños, de los viejos
y de los que habitan estas áridas tierras.  La ola judáica usurpadora,
que planeó, desde la antigua Europa, poseer su propia casa
dentro de la ciudad milenaria de Jerusalén.

¿Y qué puede hacer la Palestina arcaica, hoy herida,
contra el odio de los que poseen la fortuna
para comprar un país y aniquilar a los que se oponen
a sus terribles planes de muerte y desolación?

A los que han hecho de este cuerpo celeste su propiedad
y por supuesto, que incluye a los grandes magnates
del poder económico que se maneja en este planeta sonrojado
por la vulneración que no cesa de derramar su líquido de existencia.

Qué desgracia que los hijos adinerados de Sión
se manifiesten tan desproporcionadamente,
cuando saben que tienen al gringo de su lado,
porque la banca y la moneda que habita en Norteamérica
y en todo el orbe es de la propiedad de los que se designan
con la funesta estrella davidiana.

Qué pronto han olvidado su holocausto los judíos
para llevar a cabo y sin miramientos, otro que deja
las arenas del desierto atestadas de muertos y que las manos
de la corriente davídica llevan a cabo con impunidad, como
los dioses lo hacían cuando nuestra Historia Universal estaba
en pañales y dormía placentera en los brazos de su madre.

Los Altos del Golán se ruborizan al norte de Israel,
por la parafernalia desatada del sionismo exacerbado
y el monte Hermón llora a través del río Meshushin
la desgracia que aparece a los pies de la incinerada arena.

El río Jordán lamenta el desasosiego que estremece la Franja
de Gazza y más allá de ésta. Y el mar Muerto se desangra por
las heridas que sufre la Palestina antigua y desértica, pues
los hijos del Talión, los que reposan tendidos sobre la discordia
de la serpiente represora del sionismo, así lo desean.

Ahora, sólo resta esperar  que los discípulos del Sanedrín
calmen su ira, para que los Montes del Líbano
observen con mejores ojos, la crueldad desatada por los herederos
de la Toráh hebraica que se manifiesta con duro rencor,
una vez más, sobre la antigua e histórica quietud que solían tener
las febriles arenas del erial palestino, quien ha sido herida
por los otros supuesto hijos del mismo dios del desierto.     






José Santana Prado- México









2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un gran orgullo que un poeta mexicano
abrace con una solidaridad tan profundamente humana la causa del sufrido pueblo palestino,que antojàrase lejana, pero que
definitivamente, como toda injusticia
nos conmueve, especialmente cuando obervamnos la indiferencia, la frialdad, de quienes tienen el poder de acabar de una vez por todas con este tormento sin fin, inflingido por los nietos de aquèllos que murieron de forma miserable y quienes hoy han echado al saco del olvido su propio pasado, convirtiéndose en crueles vengadores, ladrones y despojadores de tierras que no les pertenecen...¡ya està bueno de creerse a pie juntillas que son el pueblo elegido!

MIS SINCERAS FELICITACIONES Y RESPETO, ESTIMADO POETA.

Marianela dijo...

Estimada Adelfa, yo sólo hablo por aquellos que no pueden hablar y es por ello que por medio de mis letras, reclamo las injusticias de la humanidad. Un atento saludo para usted y gracias por su comentario. José Santana Prado