30 de marzo de 2013

Marcelino García Flamenco, un cuscatleco en Guanacaste




Marcelino García Flamenco,
un cuscatleco en Guanacaste



La extensión de la pampa
registra  tu andar cuscatleco
en la región final
del norte costarricense.
Maestro García Flamenco:
supiste enseñar las primeras
letras de tu vida-mártir
en Buenos Aires de Puntarenas.
Ese viernes 15 de marzo de 1919
sentiste el rencor, asfixiándote,
contra quienes asesinaban sin asco.
No escogiste sitio para ejercer
tu magisterio.
Estabas por convicción
en un caserío de 11 viviendas
y 60 ranchos de paja
para afirmar tus raíces voluntarias
con el activismo cívico,
a favor de la libertad
contra fronteras estrechas.
Protestaste con gallarda honradez
contra los crímenes atroces
que te correspondió constatar:
Rogelio Fernández Güell
Carlos Sancho
Jeremías Garbanzo
Carlos Rivera.
Antes de renunciar a la docencia
diste una lección cívica
inimaginable a tus alumnos,
a esa sociedad del conocimiento
que empezabas a formar.
Criticaste a los asesinos.
Censuraste el horror de la
obediencia estéril
de quienes mataban sin asco.
Leíste el artículo de Fernández Güell
contra la pena de muerte.
Honraste a los patriotas caídos,
junto a tus alumnos,
cuando colocaste
ofrendas y cruces
en las tumbas-santuarios
de los luchadores por la libertad.
Cerraste la escuela
para proteger la vida de los niños.
Marchaste a Panamá
para integrarte a combatir
a los secuestradores
del poder costarricense (1917-1919).
Denunciaste los crímenes
en el “Stard and Herald”.
Renunciaste a la educación
para crear conciencia interior
de la vida humana inviolable.
Te internaste en Panamá
y desnudaste a la tiranía.
Internacionalizaste la denuncia
para ganar adeptos
contra la libertad secuestrada
en el país que te acogía.
Sumaste fila con los exiliados
que desde Nicaragua
se enlistaron
contra la opresión
y el miedo.
Centroamericanizaste la lucha
en tu cruzada por la libertad,
a toda costa,
en todo frente decisivo.
Rogelio Fernández Güell
y sus compañeros de armas
se batieron contra los esbirros
que socavaban las libertades
costarricenses.
Defendiste a tu patria adoptiva
con la fuerza telúrica propia.
Tus ideales fueron encendidos
en la batalla del Ariete
el 19 de julio de 1919.
Te quedaste en la retaguardia
para que avanzaran los heridos
por el régimen conculcador.
Resultaste vilmente herido
a machetazos cobardes,
en la cara y el estómago,
los cuales aún resuenan
en los límites sin guardarraya
del Norte G
en la patria por la cual luchaste.
El enseñamiento contra vos
fue  bandera en las tropas
de la ignominia usurpadora.
Casi moribundo te ataron
a un corcel, a galope tendido;
te arrastraron cien varas,
te rociaron con kerosén
y te quemaron con cinismo
en la entrada de La Cruz.
Los adeptos del régimen
no pudieron matarte el alma,
porque alzado en llamas
de libertad, seguís abriendo
el camino de las conciencias y
señalás derroteros con tu heroicidad.
Continuás vigilando
la frontera norte
de tantas decisiones históricas
para que no entre
la injusticia.
Todos sabemos
que un maestro-soldado
enseña su lección cívica
en el aula abierta,
no escrita en textos oficiales:
desde el aprendizaje
del sacrificio,
desde la palabra y la verdad,
honesta e irrenunciable,
con la única arma
de la entrega leal, patriótica,
con la consigna centroamericana
de la lección aprendida
en el espacio áulico
de la bioalfabetización,
en la selva ardiente,
desde todos los frentes.
Tu sangre ayudó a botar
a quienes usurparon el poder,
a golpe de persecuciones
y miedos atroces.
Tu vida cuscatleca
llegó a Costa Rica,
se internó en Panamá,
se enlistó en Nicaragua
y combatió en Costa Rica
por las libertades arrebatadas.
Desde aquí  defendiste
el ideal centroamericano
de vivir en paz
como un nuevo mandamiento.
El mármol blanco cubre tu tumba,
pero no como soldado desconocido.
Simboliza el color de tu entrega,
sin falsas poses,
porque vos, como maestro
de la libertad
 y las convicciones cívicas,
lograste acrecentar
los límites telúricos,
sin fronteras imaginarias.
No merece ser nombrada
ninguna dictadura (1917-1919).
Solo son eso,
usurpadores del poder,
representantes de la ignominia,
contra el orden jurídico
y constitucional.
Como educador,
registraste los asesinatos
en los apuntes del heroísmo
que desconcertó a los soldados.
Solo así pudiste escribir
esa memoria por la libertad,
como una lección cívica
contra los usurpadores de la paz.
Irónicamente,
la soldadesca  analfabeta
dio muerte
al Maestro Marcelino,
al cuscatleco García,
al patriota Flamenco.
Pero sigue viva el alma
del maestro soldado,
el valiente centroamericano,
Marcelino García Flamenco:
luchador insigne,
desde una Centroamérica
sin distancia
para el abrazo hermano.   





Miguel Fajardo Korea- Costa Rica





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Marcelino García Flamenco (San Esteban Catarina, El Salvador, 15 de septiembre de 1888 - La Cruz, Costa Rica, 19 de julio de 1919) fue un profesor salvadoreño.

Realizó su educación primaria en Suchitoto y se graduó como profesor de la Escuela Normal de Varones de San Salvador, dirigida en esos años por el colombiano Francisco Antonio Gamboa.
Inició la docencia en la ciudad de Zacatecoluca en 1906, y su labor educativa le llevó por los países centroamericanos, en los que ejerció tanto en escuelas públicas como en colegios particulares. Se distinguía como un defensor del carácter laico de la educación, y la igualdad de oportunidades para acceder a ella.
En Costa Rica, ejerció la docencia en Heredia, Puntarenas y la localidad de Buenos Aires, en el sur del país. Fue allí adonde vio mal herido al diputado Rogelio Fernández Güell, quien murió poco después de haber sufrido un atentado. Fernández Güell era férreo opositor del régimen de Federico Alberto Tinoco Granados. Tras presenciar el crimen, el maestro fue obligado a incorporarse al ejército costarricense, pero su indignación le obligó a partir a Panamá, donde denunció la muerte del diputado en el periódico Star and Herald.
García Flamenco decidió unirse a la lucha armada contra Tinoco, por lo que fue parte de un grupo insurgente de jóvenes inexpertos que partió desde Nicaragua. En la batalla del Ariete, que tuvo lugar en la localidad de La Cruz en Guanacaste, cayó herido a machetazos por los partidarios de Tinoco. No siendo suficiente la agresión, los esbirros le ataron a un caballo que le arrastró unas cien varas, y finalmente acabaron con su vida quemando su cuerpo tras rociarle queroseno. El infame asesinato provocó una huelga de maestros en San José que inició el derrocamiento de Tinoco.
En su honor, los maestros Rubén H. Dimas, Francisco Morán y Salvador Cañas fundaron el Colegio García Flamenco en la capital salvadoreña el año 1924. En Costa Rica se encuentra la tumba del maestro en la localidad de La Cruz, en cuya lápida se lee:

Marcelino García Flamenco
Salvadoreño
19 de julio de 1919
Dio su vida por las libertades de Costa Rica.







Voto por mi nieto







Voto por mi nieto



Mascullo la esperanza del voto
Esperanzas divergentes
Emulan olas encrespadas
Espumas de dolor.

Lágrimas cristalinas salpican
Forman túneles de ilusiones
Optimismo escurridizo
De unidad inalcanzable.

Asociación monolítica truncada
En el destiempo cabalga
Errabunda mensajera
De ideologías dispares compactadas.

Doctrinas de otredad
Dolorosas vivencias 
Nihilismo en rebrote
22 millones de acaecidos
Desde el 17 al 86
Saldo de ilusiones destrozadas.

Mascullo de nuevo el voto
Con sabor a triunfo
Con sabor a derrota
Salivación de acidez
Salivación de dulzor 
Bolo alimenticio…

Nutrimento para quién (?)
Última cena de la división (?)
Nueva alteridad social (?) 
Human Right Watch (?)




Eliéser Wilian Ojeda Montiel- Venezuela






  

28 de marzo de 2013

Diez imágenes sangrantes




Diez imágenes sangrantes 

1

Es mejor anular todo
cuando el ser humano se convierte en un simple número 
y la palabra en una entrada de burdel. 


2

Oh patria, repartida entre los dientes de la política y los imanes.
¿Cómo se transformó Dios en
bomba, ámpula y basura cubiertos por un turbante?
¿Cómo se transformo Dios en
policía y homosexual que limpia lo que se pudrió del esperma de entre sus muslos
con el mapa del día del juicio?
¿Cómo se transformó en una bomba dentro de las cabezas y las almas, sin
remordimiento?
Dios murió entre tus manos.
Oh patria, que se alimenta de la carne de su pueblo para que perdure su paz. 
Dios murió por tus dos doctrinas 
Oh Patria – basura. 


3

Para mis palomas, picos y plumas de mármol del cementerio 
oh! almas, cual narguiles sus brasas se apagarán aunque continúe su borboteo.


4

Mi herida viajando como un rayo,
es una flauta sobre los labios de los campos, 
oasis de gacelas y fuente
explotó de mi perdida.
y permanece niña, y su mano 
no dominó el idioma de la despedida
si reabren la herida  
es pan en la boca de los hambrientos. 
si atentan contra ella yo 
construiré castillos de su sangre 
mi herida es mi alimento y los mosquito son mosquitos sin alimento. 



Tal vez es un gato maullando sobre los muros de su celo 
¿o, es acaso un niño inocente? 



Conozco cuando está feliz 
la alegría parece vitíligo bajo sus labios.



El tuerto es la mitad vidente 
el tuerto es la mitad ciego. 
¿Acaso es igual el ciego y el vidente cuando se convierte el mundo en la mitad del mundo?



Yo no te amo 
pero amo a las diosas que Dios disolvió para crearte.


9

En el puerto busco medio barco, 
pero el vigilante me dijo: lo siento no hay medio mar.
En el aeropuerto busco medio avión,
pero el capitán me dijo no hay medio cielo,
y en la estación del tren
no hay medio tren para media vía,
ni media cara para medio espejo, 

ni medio labio para medio beso,
oh Dios, ¿cómo hago si no poseo más que media vida y medio sueño? 


10

En Bagdad, la creyente,
la muerte no está en manos de Dios pero sí en manos de la milicia 
y...
la vida es como un vidrio roto que puede florecer en tus pies
en Bagdad
no sale el sol antes del derramamiento de sangre
y el humo negro no desaparece antes del ocaso
en Bagdad
tal vez se expande el mundo para convertirse en un acertijo 
o el mundo se reduce hasta convertirse en una mirilla de puerta
en Bagdad 
el amante evita hacer el amor a su amada por miedo a un ataque militar
y duermen los niños con los zapatos puestos para no resbalarse con la sangre de sus padres 
en Bagdad 
el miedo es la ley justa 
y tu vida no es más que un muro inclinado
en Bagdad
todas las cosas son baratas 
menos el excremento acumulado en las bocas de los chamanes. 

Traducción de Yasmine Belalia y Yolotl Valadez Betancourt



Hatem Abdulwahid Saleh- Irak 




عشر صور نازفة 

1
أًوْلى أنْ يُلغى
حينَ يصيرُ الإنسانُ مجردَ رقْم
والكلمة دكّةَ مب

2
يا ايها الوطنُ الموزعُ بينَ اسنانِ السياسةِ و الإمامَهْ
كيفَ استحالَ اللهُ 
قنبلةً ودُمّلةً ومِزبلةَ تغطيها عِمامهْ؟
كيفَ آستحالَ اللهُ 
شُرطياً ولوطياً ينظِفُ ما تعفنَ من مَنيٍّ بينَ فَخْذيهِ بخارطةِ القيامهْ ؟
كيفَ آستحالَ اللهُ لغْماً في الرؤوسِ وفي النفوسِ بلا ندامهْ؟
اللهُ ماتَ على يديكْ
يا ايّها الوطنُ الذي يقتاتُ من لحمِ الرعيةِ كي تدومَ له السلامهْ
اللهُ ماتَ بمذهبيكْ
يا ايّها الوطن القُمامهْ

3
ليماماتي مناقيرٌ وريشٌ من رُخامِ المَقبرهْ
يا نفوساً كالنراجيلِ سيذوي الجمرُ فيها وتظلّ القرقرهْ

4
جرحي المسافرُ كالشعاعِ
نايٌ على شفةِ المراعي
واحاتُ غزلانٍ وينبوعاً
تفجّرَ من ضياعي
طفلاً يظلّ وكفّهُ
ما أتقنتْ لغةَ الوداعِ
إنْ ينكأوه فانه 
خبزٌ بافواه الجياعِ
أو راودوهُ فانني
شيّدتُ من دمهِ قلاعي
جرحي متاعي والبعوضُ هو البعوضُ بلا متاعِ

5
هرٌّ على جدرانِ رغبتهِ يموءُ
أم أنه طفلٌ بريءُ ؟؟

6
اعرفه حين يكون سعيدا
فالفرح يبدو مثل بهاقٍ تحت شفتيه

الاعور نصف المبصر
و
الاعور نصف الاعمى
هل يتساوى الاعمى والمبصر حين يصير العالم نصف العالم ؟

8
انا لا احبك
انما احب الالهة الذين اذابهم الله كي يخلقك

في المرفأ ابحث عن نصف سفينة 
لكن المأمور قال لي : آسفون فليس هناك نصف بحر
في المطار ابحث عن نصف طائرة 
ولكن القبطان قال لي ليس هناك نصف سماء
وفي المحطة 
ليس هناك نصف قطار لنصف سكة
ولا نصف وجه لنصف مرآة
ولا نصف شفة لنصف قبلة
يا ربي ماذا افعل وانا لا املك الا نصف حياة ونصف حلم ؟


10
في بغداد المؤمنة جدا 
الموت ليس بيد الله ولكن بيد المليشيات
و...
الحياة مثل قدح مكسور قد ينبت في قدميك 
في بغداد
لاتشرق شمس قبل مسيل الدم
ولا تغرب شمس قبل صعود الدخان الاسود
في بغداد
قد يتسع العالم ليصبح لغزا دون جواب
او يتقلص كل العالم حتى يصبح كثقب الباب
في بغداد
يتجنب العاشق مضاجعة حبيبته خوف مداهمة العسكر
وينام الاطفال باحذيتهم كي لا يزلق احدهم بدماء ابيه
في بغداد
الخوف هو القانون العادل
وحياتك ليست غير جدار مائل
في بغداد
كل الاشياء رخيصة 
الا الروث الطافح من افواه الشامانات 




                                                                                                 Hatem Abdulwahid Saleh- Irak 






_______________________________________________
Hatem Abdulwahid Saleh. IRAK
Poeta, crítico, ensayista y periodista. Miembro de la Unión de Escritores Árabe y de la Unión General de Escritores Iraquíes. Ha publicado tres colecciones de poesía en lengua árabe: Exalted Be the Master Donor (Dirreción Iraquí de Relaciones Culturales, Bagdad, 1988), Poems for the Fao (Diwan of Poems, 1989), Poem to Baghdad (Diwan of Poems, 1989). También ha publicado varios ensayos, artículos y comentarios en periódicos, revistas iraquíes y de otros países.






27 de marzo de 2013

Canto del Napalm.





Canto del Napalm.

Después de la tormenta, después de que la lluvia acallara su golpeteo,
nos paramos en la puerta observando a los caballos
cruzar a paso lento y desganadamente  la pastura en la colina.
Los miramos a través del mosquitero de la puerta,
nuestra visión alterada por la distancia
entonces pensé que había visto nubecitas de  niebla
surgiendo alrededor de sus cascos,
cuando palidecieron
como perfiles recortados en el horizonte
alejándose de nosotros.
Los pastos no fueron nunca tan azules, tan
escarlatas; más allá de la pastura
los árboles mezclaron sus voces raspadas dentro del viento, las ramas
se cruzaron unas a otras en el firmamento como alambre de púas
pero vos dijiste que eran solamente ramas.

Muy bien. La tormenta detuvo sus golpes.
Estoy intentando decir esto de  un modo directo: por una vez
yo estaba por completo en mis cabales para hacer una pausa y respirar
más allá de mis planes salvajes y después de la dura lluvia
le di mi espalda a los viejos maleficios. Finalmente
pude creer que se habían alejado de mi…

Sin embargo las ramas todavía son alambres
y los truenos el estruendo de la artillería,
ha pasado el tiempo y cuando cierro mis ojos
aún veo a la niña huyendo a la carrera de su aldea, el napalm
adherido a su vestido como jalea,
sus manos extendidas hacia nadie
que  frente a ella aguarda en olas de ardiente calor.

Entonces para seguir viviendo,
para poder permanecer aquí a tu lado,
trato de imaginar que ella corre por el camino
y que en su interior se agitan alas hasta que se eleva
sobre la selva maloliente y su dolor
se alivia, y también el tuyo, y el mío.

Pero, la mentira da media vuelta, regresa.
La mentira funciona solamente durante
                    /el tiempo en que se demora en hablar
y la niña corre tan lejos
como se lo permite el napalm
hasta que sus tendones en llamas
y los crepitantes músculos se tensan
en esa su posición final.

Quemar cuerpos a la perfección, imagínatelo. Nada
podrá cambiar eso; ella arde detrás de mis ojos
y ni tu buen amor, ni el aire barrido por la lluvia,
ni el selvático verde de la pastura
extendiéndose frente a nosotros, podrán negarlo.

(versión Esteban Moore)





Song of Napalm

for my wife

After the storm, after the rain stopped pounding,   
We stood in the doorway watching horses   
Walk off lazily across the pasture’s hill.
We stared through the black screen,
Our vision altered by the distance
So I thought I saw a mist
Kicked up around their hooves when they faded   
Like cut-out horses
Away from us.
The grass was never more blue in that light, more   
Scarlet; beyond the pasture
Trees scraped their voices into the wind, branches   
Crisscrossed the sky like barbed wire
But you said they were only branches.

Okay. The storm stopped pounding.
I am trying to say this straight: for once   
I was sane enough to pause and breathe   
Outside my wild plans and after the hard rain   
I turned my back on the old curses. I believed   
They swung finally away from me ...

But still the branches are wire
And thunder is the pounding mortar,   
Still I close my eyes and see the girl   
Running from her village, napalm   
Stuck to her dress like jelly,
Her hands reaching for the no one   
Who waits in waves of heat before her.

So I can keep on living,
So I can stay here beside you,
I try to imagine she runs down the road and wings   
Beat inside her until she rises   
Above the stinking jungle and her pain
Eases, and your pain, and mine.

But the lie swings back again.
The lie works only as long as it takes to speak   
And the girl runs only as far
As the napalm allows
Until her burning tendons and crackling   
Muscles draw her up
into that final position

Burning bodies so perfectly assume. Nothing   
Can change that; she is burned behind my eyes   
And not your good love and not the rain-swept air   
And not the jungle green
Pasture unfolding before us can deny it.





Bruce Weigl- Estados Unidos



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Bruce Weigl (Lorain, Ohio, EEUU, 1949). Poeta, narrador, traductor. En poesía ha publicado, entre otros títulos: Like a Sack Full of Old Quarrels (1976); A Romance. Pittsburgh (1979); The Monkey Wars (1984); Song of Napalm (1988); What Saves Us (1992) y Declensions in the Village of Chung Luong (2006). Es veterano de guerra  y ha traducido a poetas vietnamitas al inglés. Ha sido nominado para el premio Pulitzer y ha obtenido importantes premios por su obra.

Publicaciones:

Poesía

Like a Sack Full of Old Quarrels. Cleveland: Cleveland State University Poetry Series, 1976.
A Romance. Pittsburgh: University of Pittsburgh Press, 1979.
The Monkey Wars. Athens: University of Georgia Press, 1984.
Song of Napalm. New York: Atlantic Monthly Press, 1988.
What Saves Us. Evanston: Northwestern University Press. 1992. ISBN 978-0-8101-5013-3.
Sweet Lorain. Evanston: Northwestern University Press. 1996. ISBN 978-0-8101-5053-9.
Not on the Map. Chester Springs, PA: Dufour, 1996.
Archeology of the Circle: New and Selected Poems. New York: Grove Press. 1999. ISBN 978-0-8021-3607-7.
After the Others. Evanston, IL: Triquarterly Books/Northwestern UP, 1999.
The unraveling strangeness: poems. Grove Press. 2002. ISBN 978-0-8021-3938-2.
Declension in the village of Chung Luong. Ausable Press. 2006. ISBN 978-1-931337-31-1.

Traducciones

Thanh T. Nguyen, Bruce Weigl (1994). Poems from Captured Documents. University of Massachusetts Press. ISBN 978-0-87023-922-9.

Prosa

The Circle of Hanh: A Memoir. New York: Grove Press. 2000. ISBN 978-0-8021-3805-7.