12 de junio de 2013

La infanticida Marie Farrar



La infanticida Marie Farrar


1

Marie Farrar, nacida en abril,
menor, sin señas particulares, raquítica, huérfana,
hasta el presente no fichada, dice haber
asesinado a un niño de la siguiente manera:

Que ya en el segundo mes intentó
en lo de una mujer que vivía en un sótano
abortarlo con dos inyecciones, que declara
fueron dolorosas. Pero no quiso salir.
Y a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar,
pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.


2

A pesar de ello dice haber pagado en el acto
lo convenido y desde entonces haber usado faja,
también bebió kerosen con pimienta molida;
pero que todo eso no hizo sino provocarle diarrea.
Que su cuerpo se hinchó a ojos vistas y que tuvo
dolores agudos, mientras lavaba los platos, muchas veces.
Ella misma, dice, aún no había dejado de crecer.
Que le rezó a la virgen, con mucha esperanza.
En cuanto a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar,
pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.


3

Al parecer, las oraciones no dieron resultado.
También, era mucho pedir. Cuando se puso más gruesa
le daban mareos durante la misa. Sentía el cuerpo húmedo
de miedo, cuando se arrodillaba al pie del altar.
Sin embargo, mantuvo en secreto su estado,
hasta que finalmente la sorprendió el parto.
Pudo ocultarlo todo, seguramente porque nadie creía que ella
tan sin gracia, hubiera caído en la tentación.
Y a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar,
puesto toda criatura necesita ayuda de todas las demás.


4

Que ese día, según ella, muy de madrugada
al lavar la escalera sintió que le clavaban
uñas en el vientre. El dolor la estremecía.
Y, sin embargo, logró disimularlo.
Todo el día. Mientras cuelga la ropa
la cabeza le estalla: de repente se da cuenta
que va a parir y siente un gran peso
sobre el corazón. Solo muy tarde sube al cuarto.
Pero a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar,
pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.


5

La llamaron de nuevo cuando ya se había acostado,
había nevado y tuvo que barrer.
Así hasta las once. Aquel fue un largo día.
Solo entrada la noche pudo parir en paz.
Y dio a luz, así declara, a un niño varón,
a un hijo que era igual a otros hijos,
pero ella no era igual que otras madres, eso
quiero aclararlo sin ironía y sin mayor motivo.
En cuanto a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar,
pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.


6

Dejémosla que siga relatando
lo que con ese hijo pasó
(dijo que no pensaba guardarse una palabra)
para que todos lo sepan y se ubiquen.
Dice que a poco de acostarse sintió intenso malestar,
sin saber qué podría ocurrir,
pues estaba sola, y que se forzó a no gritar.
Y yo a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar,
pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.


7

Con sus últimas fuerzas, dice que luego,
como su cuarto estaba helado, se arrastró
hasta el retrete y allí (no recuerda exactamente
en qué momento), sin más vueltas, parió
hacia el amanecer. Dice que entonces se sintió
muy confusa, y luego, ya medio congelada,
porque en el baño de servicio entra la nieve,
apenas tuvo fuerzas para alzar al niño.
En cuanto a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar,
pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.


8

Luego, entre el baño y la pieza -dice que hasta entonces
no había pasado nada-, la criatura
comenzó a gritar, eso la alteró de tal manera,
que la golpeó con ambos puños y con fuerza,
ciegamente, dice, hasta que se calló.
Luego de ello se llevó el cuerpito consigo
a la cama por el resto de la noche
y de mañana lo escondió en el lavadero.
Pero a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar,
pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.


9

Marie Farrar, nacida en abril,
muerta en la prisión de Meissen,
madre soltera, sentenciada, quiere
mostrarles los sufrimientos de todas las criaturas.
Ustedes que dan a luz en limpias
camas de maternidad y llaman
"benditos" a sus vientres preñados quieran
no condenar a los débiles perdidos
pues sus pecados fueron duros y su dolor fue grande.
Por eso, les ruego, se abstengan de juzgar,
pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.



(En Poemas y canciones, antología; 1964)



Bertolt Brecht- Alemania




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¿"JUSTICIA"? para Romina Tejerina


La misma que dice sí a Patti, el valiente comisario de la picana en los testículos de los reos maniatados; la misma que falla contra pobres y permite módicas prisiones para torturadores confesos, domiciliarias penas para genocidas veteranos y leves sanciones para apropiadores sádicos. La misma que avala desalojos a bastonazos o cárcel para desheredados y extiende tácitos pases libres para delinquir a moradores de countries. La de los milagros. Y sabemos que milagros no hay.

Por eso, para Romina, todo el peso y rigor del código penal. Para Romina, 14 años.

Romina Tejerina (San Pedro, Jujuy, 24 de junio de 1983) es una argentina que fue condenada el 10 de junio de 2005 a catorce años de prisión por el asesinato de su hija, recién nacida el 23 de febrero de 2003.

El crimen 

La condenada manifestó que el bebé fue producto de una violación sexual que sufrió el 1 de agosto de 2002 a la salida de un boliche, que habría tenido miedo de revelar bajo amenaza de muerte por parte del violador. Posteriormente a los hechos de público conocimiento, éste fue denunciado y absuelto. El presunto padre del bebé alega que mantuvieron relaciones consentidas y los jueces destacaron que el embarazo no fue producto de una violación.
No había revelado su embarazo a nadie, excepto a su hermana Érica, a quien pidió no contar nada bajo amenaza de suicidarse; Romina disimulaba su embarazo usando una faja y tomando laxantes.
Después del embarazo de siete meses, dio a luz en el baño de su casa y, con la ayuda de su hermana, cortó el cordón umbilical y colocó a la bebé en una caja pequeña; luego atacó a su hija con 21 puñaladas.
La bebé fue trasladada al Hospital Guillermo Paterson de la localidad donde vivía, donde le dieron el nombre Milagros del Socorro. Después fue trasladada al Hospital Pablo Soria de San Salvador de Jujuy, donde falleció el 25 de febrero.

Juicio y encarcelamiento 

Durante el juicio, la fiscalía había pedido la pena de cadena perpetua y la defensa, la absolución; finalmente fue condenada a 14 años de prisión el 10 de junio de 2005. La sentencia fue apelada, lo cual fue rechazado; la Corte Suprema de Justicia dejó firme la sentencia en 2008.
En 2009, la madre de Romina Tejerina denunció que su hija sufrió una golpiza y amenazas de muerte en prisión; posteriormente ella también fue denunciada por otras internas por agresiones. En abril del mismo año, Romina Tejerina fue autorizada a cursar la carrera de abogacía rindiendo libre las materias en la Universidad Nacional de Tucumán.

Liberación 

El domingo 24 de junio de 2012 fue liberada tras cumplir la mitad de su condena.

Apoyos

La historia de Tejerina hizo que ella recibiera apoyos para su liberación por parte de organizaciones feministas, por el derecho al aborto, defensoras de los derechos humanos14 y de izquierda.
El famoso cantautor León Gieco le dedicó a Tejerina una canción en homenaje, titulada «Santa Tejerina», incluida en el disco Por favor, perdón y gracias. El músico fue denunciado por apología del delito, aunque finalmente fue sobreseído.










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