22 de agosto de 2013

Canción del soldado



Canción del soldado



Olvidados de una vida cautiva,
noble can, escolta fiel,
estos fieros sayones que cantarán los poetas
en bandos gastan la víspera de la batalla,
disputando los librescos epítetos
con los baldones tabernarios,
los morosos juicios
con la iracunda cháchara.
Al izarse el día
zarparán los brazos henchidos a la florida guerra
y, buscando del buril el inmortal escorzo,
disputarán con su rival el honor de recibir el primer mandoble
sin tan siquiera alzar el broquel vistoso.
Para qué estropear la estampa
si los dados han jugado ya las diosas,
concubinas ayer entregadas y hoy malquistas.
Entretanto, compañía de infelices sabios,
hijos y súbditos de sabios que la escolta fiel
rauda veis para vosotros mudar en traicionero can,
aguzad hasta consumir la vista la punta de los venablos
así como yo afilo mi lengua contra el general codicioso o cobarde;
aunque infinitos clavos tachonen ya la adarga y el morrión,
fundid el fierro y trabajadlo, pues la hora es corta
y bizarro el filo de la enemiga espada.
Atrancad vuestros oídos cuando las arengas
inflamen divisas y corazones,
pues sus ensayadas palabras no confunden
el brazo experto del rival
y más certeros son sus dardos que el azar de los dioses.
Cuando os alienten contra la muralla,
no olvidéis que por una puta y un cornudo
a estos desiertos vinimos.
Y que nadie ha de cantar
nuestra muerte.








Luis María Marina- España





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