
¿QUÉ HAY PARA MIS HIJOS?
¿Dime qué hay para mis hijos
si no hay ungüento que sane
el ardor de Madagascar,
si hoy debo sumarme al millón
de firmas en Greenpeace,
al otro millón en Avaaz,
y recaudar fondos para aliviar
la sordera de las laderas
causada por las sierras?
¿Dime qué hay para mis hijos
cuando un camello australiano
está a punto de beber de su joroba,
si los ríos son huérfanos de piedras,
se perfuman con mercurio,
y el halcón aborda conmigo
el autobús en la avenida?
¿Dime qué hay para mis hijos
hacedor de toda ciencia
si desayunamos mentiras,
si van en busca de arcas etéreas
mientras Tánatos viene con sus moscas
a los que desfilan con vientres abultados,
y los niños con códigos de barras
se subastan, se venden, se permutan?
No sé que hay para mis hijos,
excepto la maravillosa herencia
de saber que en gozo me sostienes
y que en ti está el hálito de vida.
Carolina Varela López- Colombia
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