
ADIÓS A LA HORA DE PARTIR
Madre mía
(todas las madres negras
cuyos hijos se han ido)
me enseñaste a esperar y a esperanzarme
como tú te esperanzaste en horas difíciles
Pero la vida
mató en mí esa mística esperanza
No espero ahora,
Soy yo quien es esperado
Soy yo madre mía
La esperanza es nosotros
tus hijos
idos por una fe que sostiene la vida
Hoy
somos niños desnudos en aldeas apartadas
niños sin escuela jugando con una pelota de trapo
en las arenas al mediodía
nosotros mismos somos
trabajadores contratados quemando sus vidas en plantaciones
de café
hombres negros ignorantes
que deben respetar al hombre blanco
y temer al rico;
somos tus hijos
de los barrios negros
más allá del alcance de la luz eléctrica
borrachos se caen,
abandonados al ritmo de batuque* de la muerte
Tus hijos
hambrientos
sedientos
avergonzados de decirte madre
temerosos de cruzar las calles
temerosos de los hombres
Nosotros mismos
Mañana cantaremos himnos a la libertad
cuando conmemoremos
el día de la abolición de la esclavitud
Vamos en busca de la luz
Tus hijos, madre,
(todas las madres negras
cuyos hijos se han ido )
Van en busca de la vida.
* Una danza
Traducción de León Blanco
Agostinho Neto- Angola
1 comentario:
Tétrico y real. Cuando una persona pierde la esperanza, lo que resta ya no es vida. ¡Ánimo!
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