30 de septiembre de 2013

La brújula rota



La brújula rota


Sobre la arena 
rota la brújula, 
marca la aguja 
el norte, el norte.

El mar está oscuro, 
la corriente es fría, 
no hay puerto ni guía 
al norte, al norte.

Yunques de plata, 
martillos de oro, 
huyendo del lodo 
al norte, al norte.

Al norte la casa, 
el pan, la justicia, 
la paz, la esperanza 
al norte, al norte.

Espaldas mojadas, 
la barca y las rocas,
la brújula rota 
al norte, al norte.

Yertos en la arena 
quedaron los cuerpos 
sin llantos ni duelos 
al norte, al norte.




María Teresa Sánchez Martín- España




La gran duna




La gran duna

Nosotros 
la gran duna afable que ignora, 
que asiente, que torna, 
que aplaude la arenga que sopla
y se inclina 
al norte, al sur, 
a diestra, a siniestra.

Nosotros que apenas escuchamos, 
que vemos apenas, 
hablamos largamente “de otras cosas” 
por ejemplo, 
de la altura que nuestros granos alcanzan 
aunque el viento en un instante
los venga a enterrar.

Nosotros que vamos 
de la agenda laboral 
al dibujo de la colcha de la cama 
gastando nuestro aliento 
en escaparates de baratijas.  

Nosotros que adoramos las estrellas del mundo 
que ignoramos las del firmamento
somos estrellas ignoradas, 
ignorantes de nuestra luz.

Nosotros que sufrimos las heridas 
infligidas por nuestras propias manos 
armadas con intenciones mayúsculas. 

Nosotros que lloramos nuestros muertos,
que morimos en silencio. 
Multitudinaria muerte,
solitaria muerte, 
desnuda, desnutrida, 
desamparada muerte.  

Nosotros y nuestros ojos grandes 
como soles oscuros,
víctimas sin ojos
verdugos amamantados de venganza,
soldados paridos para el odio, 
mártires sin perdón y sin cruz.

Nosotros la gran duna afable 
que se inclina fervorosa, 
ante mundanos altares, 
esclavos de vuestra corte y vuestro placer.





María Teresa Sánchez Martín- España




Llorando por un pájaro

 
                                                   PINTURA de Rafael Heredia





Llorando por un pájaro


Algunos mendigan sin cansancio 
por los pasillos sordos de la burocracia 
o gritan desde las afiladas torres del infortunio
Y yo estoy aquí llorando por un pájaro.

Otros mastican el dolor ajeno y el propio 
mientras aporrean con puños de impotencia 
las puertas aceradas de un purgatorio que no merecen
o mueren sin un gemido 
en llanuras áridas pobladas de buitres. 
Y yo estoy aquí llorando por un pájaro. 

Algunos pisotean  las manos 
de los que mendigan dignidad tan sólo 
y escupen falsedades 
hacia un cielo que aún silencia juicio, 
otros cultivan remansos 
en las orillas mínimas de lo cotidiano. 
Y yo estoy aquí llorando por pájaro.  

Ríos mansos, cansados de podredumbre, 
recorren las calles del mundo,
con atronador bramido 
saltan los barrancos de la injusticia 
tras las aguas pacíficas del gran océano.
Y yo estoy aquí llorando por un pájaro. 

Por su dolor y por su muerte. 
Por todo lo que duele. 
Por todo lo que vive. 
Porque todo es vida. 
Porque todo, todo es pájaro.






María Teresa Sánchez Martín- España







No puedo cantar

Madres contra la Guerra rechazan guerra en Siria


No puedo cantar


Las madres traen sus manos 
repletas de muertos. 
En el acíbar de sus lágrimas 
el rostro de su sangre, 
en su boca, sin cansancio 
y sin olvido, el nombre de sus hijos.
No puedo cantar. 
No puedo cantar. 

Bajo el imperio de los espejos 
se amontonan las víctimas, 
sobre el bosque de sus cuerpos 
se yerguen los pilares 
donde siempre se festeja. 
No puedo cantar. 
No puedo cantar. 

Siempre, siempre 
el reino antiguo 
de la misma muerte. 

Los gusanos de la avaricia 
devoran inocentes sin boca, 
mientras el resto, sin preguntas,
baila sobre su propia tumba
adorando estrellas inexistentes 
dibujadas en el suelo por los hombres. 
No puedo cantar.
No puedo cantar.


[En memoria de víctimas y fallecidos en Siria, Egipto, Palestina, Afganistan, Irak... y demás de guerras invisibles y olvidadas. 
En memoria, sobre todo, de los niños siempre víctimas inocentes. 
En denuncia de la ambición del hombre y de su deshumanización.
                                                                                                                        
 ¡NO A LA GUERRA!]




María Teresa Sánchez Martín- España




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María Teresa Sánchez Martín
Comencé a escribir versos aproximadamente a los trece años, soy autodidacta. La mayor parte de mis poemas  se revelan libremente, toman su propio sentido, son de carácter intimista, de compromiso social y en defensa la naturaleza. También escribo cuentos, relatos y poesía infantil.  Publiqué dos libros de poemas “A Través de la ventana” y  “Diálogos al Alba” y tengo unos cuantos más inéditos. Colaboré en la creación y maquetación de una revista cultural “La Colonial” durante tres años,  también en la redacción de artículos. He participado con mis poemas en  actos de distintas asociaciones de ámbito local. Desde el año 2009 publico mis poemas en el blog: 







29 de septiembre de 2013

Es viernes: Legislan los carniceros




Es viernes: Legislan los carniceros



Son carniceros que juegan con nuestras vidas 
Como si fuéramos cerdos
Piensan que desde las uñas de los pies al último pelo
Todo en nosotros es aprovechable

Contemplo aturdido su experto manejo destructor
La maldita ceremonia de exprimirnos hasta el límite
Sin mostrar un ápice de compasión
Hijos engendrados en el intestino grueso de las hienas

En sus casas nunca crecieron flores ni primaveras
Fieras enamoradas del dinero que excrementan plusvalías
Cada mañana hacen sonar el despertador de la desesperación
Esperando nos aplasten patas gangrenadas de sus elefantes





Fernando Sabido Sánchez- España





INDESEABLE



INDESEABLE

No me deja pasar el guardia.
He traspasado el límite de edad.
Provengo de un país que ya no existe.
Mis papeles no están en orden.
Me falta un sello.
Necesito otra firma.
No hablo el idioma.
No tengo cuenta en el banco.
Reprobé el examen de admisión.
Cancelaron mi puesto en la gran fábrica.
Me desemplearon hoy y para siempre.
Carezco por completo de influencias.
Llevo aquí en este mundo largo tiempo.
Y nuestros amos dicen que ya es hora
de callarme y hundirme en la basura.




José Emilio Pacheco- México





BALADA GENERAL



BALADA GENERAL

Tiempo a la vida piden igual el ser humano que encaramado 
repone en la chimenea cruel y siderúrgica las luces de seguridad
        para ahuyentar aviones
como el mozo que baja por primera vez al tajo negro en la misma 
        jaula que su padre, 
que tose a escondidas 
con los pulmones encharcados de antracita.

Tiempo piden la puta en el trullo y la arquitecta en paro de larga 
        duración, 
tiempo la niña que acaba de mojar sus piernecitas en el rudo
        Cantábrico 
y la descasada pela que te pela habas de mayo bajo el hórreo, 
la cajera que sueña con un novio viril, la ministra barbuda 
y la musa española que marca las palmas a Camena Graya
cuando en triples anáforas se suelta el pelo y ruge de amor.

El rico pide tiempo para ser más rico y la nena cosmopólitan para 
        ser más tontona, 
para volver a andar en bicicleta o en su patinete extranjero de 
        doble alero el niño azuceno 
y el republicano de mocedad anarquista para que llegue la Libertad 
        de todos antes que la Parca suya 
y pueda ir a su entierro por la calle Bakunin -su mujer 
salió muy bien de una trombosis, pero él anda preocupado.

Pide otro alba el bardo para otro verso,
igual el laureado municipal como el chorvo espídico que se ha 
        pasado la noche cabalgando por las polvorientas tierras de 
        nadie de una enumeración caótica, 
tiempo el indiano que alquila al volver el haiga más guay y el 
        chapista retirado que tiene que acercarse mañana 
        al Ayuntamiento,
necesita que le sellen una fe de vida, 
se la piden de Luxemburgo, por lo de la pensión
-los dos querían ser marinos, de jóvenes.

El agricultor de espinacas lleva toda la semana ilusionado:
si el tiempo aguanta igual hasta la luna nueva prenderá la 
       resiembra 
y podrá pagar el fiado de la tienda con un buen manojo de verdura 
        atlética
y el tendero está pensando mientras corta muy fino jamón york: 
si Marlén no me deja tocarla hoy, marcho de putas, como hay 
        Dios, 
pero Marlén está escuchando a Silvio Rodríguez en la radio, 
cada vez está más convencida de la reencarnación, 
le gustaría mucho ser una cortesana egipcia y llorar de amor 
o recibir en casa a embajadores de países muy lejanos, 
        venidos a pie.

En la luz ligera del último sol de cualquier día
la vida pide tiempo entre miasmas de vida
mientras sombras enfebrecidas de trabajo
sin oler la tormenta que trae el viento sur y sin cánticos
de estupefactas cárceles salen odiando a arcadas su sueldo 
        necesario y negrero,
sea el parvo emolumento del currito ex liberto 
o la guita gansa de los capataces que al servicio de grandes bandas 
        de mercaderes
de miel blanden y de miedo los látigos
por todas las provincias del Imperio 
-su Dios es Moloch
y son muy peligrosos.





T.S. Norio- España





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T.S. Norio (Asturias, 1959) ha publicado los libros de poesía Un mensaje a García (Krk, 1989), Academia Rilke (Lf Ediciones, 2003) y Tres poemas (Baile del Sol, 2009), además del libro de relatos El tesoro de los cuentos (Krk, 2003) y las novelas Vida del Gates (Baile del Sol, 2003) y Variaciones Nuria (Baile del Sol, 2009). Es también autor del libro-baraja 10.000.000.000 performances. Desde 1995 forma parte del comité de apoyo a la colección La última canana de Pancho Villa.








Nacido así




Nacido así

nacidos así
para esto
sonríen las caras dibujadas con tiza
se ríe la Sra. Muerte
los ascensores se averían
los escenarios políticos se disuelven
el mozo del supermercado recibe un título universitario
los peces oleosos escupen sus oleosas presas
el sol se esconde tras una máscara

nacemos
así
para esto
para estas guerras cuidadosamente insensatas
para contemplar las ventanas rotas de la fábrica de la vaciedad
para los bares donde la gente ya no se habla
para las peleas a puñetazos que acaban en tiroteos y cuchilladas
nacidos para esto
para hospitales tan caros que resulta más barato morirse
para abogados que cobran tanto que resulta más barato declararse culpable
para un país donde las cárceles están llenas y los manicomios cerrados
para un lugar donde las masas elevan a los imbéciles a la categoría de héroes y millonarios

nacidos para esto
andando y viviendo en esto
muriendo por esto
enmudecidos por esto
castrados
viciosos
desheredados
por esto
engañados por esto
usados por esto
meados por esto
enloquecidos y enfermados por esto
convertidos en violentos
en inhumanos
por esto

el corazón se ennegrece
los dedos se dirigen al cuello
al arma
al cuchillo
a la bomba
los dedos imploran a un dios que no responde

los dedos se dirigen a la botella
a la pastilla
al polvo

nacemos a esta lastimosa devastación
nacemos bajo un gobierno que lleva endeudado 60 años
y que pronto no podrá ni siquiera pagar el interés de esa deuda
y los bancos arderán
el dinero no servirá para nada
se producirán asesinatos por la calle, a la vista de todos, que
quedarán impunes
habrá armas y revueltas por todas partes
la tierra no servirá para nada
disminuirá la producción de alimentos
el control del poder nuclear estará en muchas manos
las explosiones sacudirán sin cesar la Tierra
hombres robot afectados por las radiaciones se acecharán unos a otros
los ricos y los elegidos lo observarán todo desde plataformas espaciales
el Infierno de Dante parecerá un juego de niños comparado con esto
no se verá el sol y siempre será de noche
los árboles se morirán
desaparecerá la vegetación
hombres afectados por las radiaciones devorarán la carne de otros
hombres afectados por las radiaciones
el mar estará contaminado
los lagos y ríos se volatilizarán
la lluvia será el nuevo oro

un viento oscuro esparcirá el hedor de los cuerpos putrefactos de hombres y animales

nuevas y horribles enfermedades asediarán a los últimos y escasos
supervivientes
y las plataformas espaciales desaparecerán por consunción
por el agotamiento de las provisiones
por efecto de la decadencia general

y entonces reinará el silencio más hermoso que

se haya oído nunca.

con el sol todavía oculto

a la espera del siguiente capítulo.

De Poemas de la última noche de la tierra, Eduardo Moga (prólogo y traducción), Barcelona, DVD ediciones, 2004.






Charles Bukowski- Estados Unidos








Bajo nuestras bombas




Bajo nuestras bombas


De este modo

Había un odio
y golpearon tus dientes hasta deslizarlos
por tu garganta.

Había un amor
y golpearon tu cerebro de tal manera que
se derramó por tus orejas.

(¿Eso era amor?)

Ahora todo es de este modo:
harás lo que te digan y no dirás ni una palabra






En mi silencio para justificarme
estamos sentados en rincones oscuros fumando
la mitad de días
sentados en rincones oscuros hablando en voz baja
en mitad de la noche
en rincones oscuros abarrotados por nuestros muertos
horas que son siglos
los muertos están guardados en rincones oscuros
como si estuvieran pensando
como si calladamente estuvieran evaluando la situación
casi como si existiera un aire de autosatisfacción
acompañando a nuestras mujeres a casa en la noche
confiados en que todo está bien
nuestras mujeres están algo tensas
nerviosas fingen que sí que todo está bien






Diario sin nombres

mientras ellos no nos muestren los muertos
o los rostros en lágrimas mutilados rodeados de escombros







mientras ellos entrevisten a los pilotos heroicos
que hablan de haber logrado su objetivo
con la serenidad de aquel que regresa del videoclub







quiero que Uds. alumnos del 5° grado
se agachen bajo los pupitres
por los próximos 15 minutos (15 días – 15 siglos de bombardeos de saturación)







quiero que piensen en todos aquellos poetas iraquíes que cursan 5° grado
acurrucados en este momento en los refugios soportando nuestras bombas
luchando por hallar las palabras exactas
nosotros hemos forcejeado toda la semana con nuestros poemas
para expresar lo que nos está sucediendo a nosotros a ellos ahora
bajo nuestras bombas

(¿en un tiempo en que el mundo está hablando de armas y misiles
tenemos los huevos para hablar poesía? Sólo los niños)

desearía dedicar la clase de poesía de hoy
al poeta iraquí de 39 años que anoche hizo el amor
a la joven iraquí estudiante de música
entre los cierres relámpagos y los arrancados botones de sus ropas
en un refugio sobrepoblado
(implosión amortiguada
con el último temblor de un suspiro)

amigos
existe uno de Uds. En casa uno de los rincones de esta tierra.

Traducciones de Esteban Moore.





Craig Czury- Estados Unidos



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Craig Czury nació en Wilkes-Barre, Pensilvania, Estados Unidos, en 1951. De raíces polacas y húngaras, es autor de una docena de libros, entre ellos: Except (Excepto), 1990; Shadow, Orphan Shadow (Sombra, huérfana sombra), 1997; Between Prayer and Waking (Entre plegaria y despertar), 1998; Faces Unreconcilled (Rostros irreconciliados), 1999; Parallel Rivertime (Río de tiempo paralelo), Edición bilingüe ruso-inglés, 1999; American Technology (Tecnología americana), 2000; Closing Out (Liquidando), 2000; My Country (Mi país), 2002 y American Know-How –Patent Pending- and Other Poems (Tecnología Norteamericana –Patente en Trámite- y otros poemas), Buenos Aires, 2003-, traducción de Esteban Moore. Ha sido traducido al italiano, lituano, ruso, francés y portugués. Ha participado en Festivales de Poesía en Argentina, Lituania e Irlanda. Realiza frecuentemente talleres de poesía dirigidos a personas recluidas en cárceles, hospitales y escuelas. Su libro Janus Peeking, 1980, fue premiado por el Fondo de las Artes de Montana. Ha recibido becas para la creación del Council of the Arts, Pennsylvannia; del Nacional Endowment for the Humanities; del Interdisciplinary Arts Comisión y del Nacional Endowment for the Arts. Entre otros de sus reconocimientos obtenidos, se encuentran el Premio Gertrude Stein y el premio de la Academia Americana de Poetas.



27 de septiembre de 2013

Corre niña corre



Corre niña corre


Corre niña corre
Que no te alcance
Que no te atrape
Que no te ate
El malhechor

Corre niña corre
No descanses
Hasta que estés a salvo
Del maltratador
No importa que sea tu padre
Tu hermano o tu tío

Corre niña corre
Sálvate del violador

Corre niña corre
Nadie te escucha
Nadie hace nada
Los dejan libres
Te perseguirán

Corre niña corre
No mires atrás
Nadie te busca
No hay disculpa
Podrida sociedad
La iglesia solapa
La justicia se compra

Corre niña corre
No los castigarán

Corre niña corre
Salva tu cuerpo
Tu mente  y tu aliento
Tu pubis tierno
No deben tocar
Salta los montes
Los ríos, los cercos

Corre niña corre
Se callarán
Escapa si puedes
No pienses en nadie
Nadie piensa en vos

Corre niña corre
Cipota chispuda
Salvá tu ternura
No te cansés
Tus piernas te apoyan
Tu pies con ampollas
Avanzando están
Tu sed, tu inocencia
No deben robar

Corre niña corre
No llores ahora
Recordá que estás sola
Te pueden escuchar

Corre niña corre
Cruzá la avenida
Las noches vacías
Pronto amanecerá
Y cuando seás mujer
Tan fuerte y tan bella
Recordá que escapaste
De la impunidad

Tendéle la mano
A la cría que corre
Escapando del macho
Que la quiere violar
Soltá tus rencores
Lanzálos al alba
En día de tormenta
La lluvia los ha de lavar.


Sep. 19 de 2013.
No las torturemos, NO LAS OBLIGUEMOS A CORRER.




Ilka Oliva Corado- Guatemala










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Ilka Oliva Corado (El Pino en Comapa, Jutiapa. Guatemala)

Vive y escribe en Chicago, Estados Unidos

Cronista de historias mundanas, cuentista de tushtes y quimeras narradora de fábulas y de la frugal utopía cuando es concubina. Fotógrafa de difusas escenas que vagan descuidadas en la emergente senda del tiempo. Poeta de versos desnudos que la luna abraza.